Algunas personas corrían enfrente mío, pero desvivan la mira para ver aquella esa de la que yo era parte, los pagaros chillaban dando seña que ya se irian a dormir, la risa de los niños jugando llegaba hasta a mí.
Hable de nueva cuenta.
—¿Te puedo ayudar en algo?—pregunte aun con miedo.
—Si me pudieras decir que hice mal eso me ayudaría mucho—su voz se quebró inmediatamente.
Sentía como mi corazón se hacia pequeño y un gran nudo en la garganta casi me impedía hablar, sentía como el dolor salía de ella, sentía su alma desgarrada al pronunciar cada palabra.
Era como si me pudiera ver meses atrás, podía sentir y entender completamente su dolor, sus sentimientos.
—Creo que jamás podremos saber si hicimos mal y mucho menos si fuimos suficientes para la persona que amamos—hable con voz baja—Pero eres suficiente, siempre serás suficiente.
Ella me miro fijamente y vi como sus ojos quedaron cristalinos antes de romper en llanto.
—¿Qué pude haber hecho para retenerlo?—preguntó con el alma desgarrada—¿Qué pude haber hecho? ¿Qué debí haber hecho?
—No había nada que pudiste haber hecho si el te dejo de amar—mi corazón se rompió al pronunciar aquellas palabras—No había nada que hacer si el partió de ti hace mucho.
No hubo palabras de respuesta solo lagrimas y lagrimas de aquella chica que acaba de conocer.
—Pero yo creo que si tu amaste de verdad no perdiste, o al menos así me gusta pensar cuando mi alma me duele de una manera insoportable—hubo una pequeña pausa—No perdiste nada si amaste de verdad, si cuidaste de verdad, si te entregaste de verdad no perdiste nada.
—¿Y todo esto dolor que es? ¿Todo este dolor significa que no perdí?—me pregunto con muchas lagrimas en los ojos.
—Exacto tu ganaste por que ese dolor me demuestra que fuiste sincera—le quite las lágrimas de los ojos—Esto me demuestra que tu corazón se supo entregar, esto me demuestra que eres de las pocas personas reales que quedan en este mundo.
No sabía que más decir solo quería ayudarla un poco, solo quería hacerle sentir que no esta sola.
—Se que te acabo de conocer, pero—se detuvo un momento—¿Me puedes acompañar esta noche?
Su mirada me lo decía todo, sentía sola, se sentía usada y se sentía remplazable además que nadie este con ella en estos momentos realmente me hace creer que esta sola.
Que el era todo para ella y que todo ese dolor debe ser de las cosas mas insoportables que llegara sufrir en toda su vida.
—Me quedare lo que sea necesario y lo que tú me permitas—le sonreí.
Se lanzo a mis brazos, sus lágrimas caían una tras otro tras, simplemente la tome entre mis brazos, la abrace con fuerza, quería que, aunque sea por un pequeño momento ella se sintiera amada.
—Creo que conozco un lugar que realmente nos ayudara mucho—hable de nuevo.
Ella acepto de inmediato y nos dispusimos a ir a ese lugar.