Había muchos papeles en la mesa del comedor, planes, lista de invitados entre otras cosas más relaciono con la boda de Bobby.
—¿Entonces ya tienes elegido el lugar para la ceremonia?—pregunte mientas revisaba otros documentos.
—Creo que si—suspiro—Quiero hacerlo en la playa.
—Pienso que es un excelente lugar ¿Y el que piensa?—le sonríe.
—Emir ha dicho que lo que yo decida está bien, a él solo le importa pasar el resto de su vida junto a mí—una lagrima salió de improvisto—Perdón, no es mi intención.
—No pidas perdón ¿Qué ha pasado?—me acerque a él.
—Todavía no creo todo esto que está pasando yo realmente lo amo, pero he visto tan de cerca como el amor puede convertirse en odio, yo he visto como el amor se vuelve dolor y lágrimas por lo que tengo miedo de que nuestro amor se vuelva eso—unas cuantas lagrimas cayeron por sus mejillas—Es solo eso, tengo miedo y no sé porque hasta ahora.
Me quede en silencio un momento, sé que no era su intención, pero esas palabras me habían lastimado, me sentía responsable de ese miedo por todo lo que hemos pasado juntos.
—No creo que el miedo se algo malo de hecho creo que es lo que nos recuerda que estamos vivos, es lo que nos recuerda que hemos sido amados y que hemos amados, es lo que nos recuerda que nos hemos equivocado pero que también que hemos acertado—di un pequeño suspiro—El miedo no siempre es malo siempre y cuando no dejemos que nos domine.
Él se quedó en silencio, como si estuviera analizando mis palabras por lo que yo me tome un momento para volver a hablar.
—Y sé que quizás yo soy responsable de ese miedo—solté un pequeño suspiro y el clavo la mirada en mi—Pero sabes de todo lo que paso me quedo con lo bueno, debes entender que esa mi historia, no te preocupes y no temas por la tuya por que la diferencia aquí está en que tu si estas con el amor de tu vida y yo creía estarlo.
—¿Si crees que es el amor de mi vida?—me pregunto con un nudo en la garganta.
—No lo creo, lo siento por que el amor de tu vida irradiaría fuegos artificiales con solo verte y sé que Emir siente fuegos artificiales cada vez que te ve—le sonreí y me abrazo con fuerza.
—Entonces quiero sellar mi amor con el amor de mi vida en la playa—sus lágrimas ahora eran sonrisas.
—Y yo voy a estar ahí para presenciar un amor de verdad—estaba vez yo lo abrace.
Y en algún momento de mi vida pensé que el amor había visto y que esa era algo que jamás podría presenciar de nuevo, pero aquí estamos.
El amor existe. La amistad existe. La honestidad existe. Las buenas personas existen.
Pero el dolor también existe, la tracción también y los corazones rotos también solo que debemos ser lo suficiente fuertes para superarlo.
Quien diría que esta historia comenzaría con una boda y terminara con otra.