Aquel Chico - Namjoon

CAPÍTULO 08

Reviso el reloj de mi muñeca y me maldigo en mi interior, son las diez treinta de la noche.

Debí haber salido de la biblioteca hace dos horas pero no podía dejar el proyecto a medias, me quedan solo dos meses para terminar la secundaria y por fin decirle hola a la universidad. Tengo que poner mi máximo esfuerzo si quiero graduarme como el mejor.

La noche es sumamente fría y no me queda más opción que abrazarme a mi mismo. No tengo abrigo y no deseo enfermarme cuando los exámenes finales están a nada de llegar.

Camino por una calle y vislumbro a lo lejos la avenida principal cuando una voz gruesa me hace girar el rostro.

—¡Hey, Kim! —En automático mi cuerpo se tensa al ver tres figuras recargadas en un muro. Mis ojos de inmediato se acostumbran a la oscuridad y logro identificar de quienes se tratan —¿No deberías estar ya acostado en tu camita y durmiendo? —Comienzan a reír.

Los insultos de Sehun, junto a los de Jongin y Minseok nunca me han interesado, así que los ignoro y sigo mi camino; sin embargo, para ellos es un placer el molestarme y por supuesto golpearme.

Kai, el tipo más popular de la escuela y el perro faldero número uno de Sehun, me toma del cuello y me arrastra hasta el callejón cercano a él. Con sus enormes brazos me hace una llave a modo de que no pueda moverme. Minseok por su parte me quita la mochila y comienza a golpearme en el estómago con sus puños.

—¿Cuándo aprenderás a tenerme respeto Kim? —Sehun comienza a propinarme cachetadas y de inmediato siento el sabor a óxido en mi boca.

Cuando creo que esta vez no sobreviviré a sus golpes, un teléfono comienza a sonar. El idiota de Oh deja sus golpes y saca el móvil de su chaqueta. 

—¡Carajo! —Maldice en voz baja.

Los otros dos siguen en lo suyo pero noto que el tipo frente a mi se tensa al escuchar un grito a su espalda.

—¡Hun! ¡Te dije que me esperaras en la avenida! 

Como si fuese magia, ambos lacayos me sueltan y caigo al piso.

—¡¿Pero qué demonios creen que hacen ustedes tres?! —La voz se escucha muy cerca de mi.

—Ehhh... Nosotros... —Como nunca lo hubiese imaginado, la voz de ese líder idiota tiembla de miedo.

No puedo abrir completamente mis ojos pero puedo sentir como un par de manos me sostienen la cabeza con sumo cuidado y la elevan del suelo.

—¿Kim... Namjoon? —Haciendo un gran esfuerzo miro por el rabillo del ojo y me topo con un par de hermosos orbes color avellana.

-—¿Mi... Mi Jung? —Tal vez esté alucinando y posiblemente me encuentre en el dichoso cielo del que muchas veces he leído, porque a quien observo es a aquella chica de la farmacia, que ahora parece más un angel que una persona.

—¡¿Se conocen?! —Mi sentido del oído sigue siendo muy bueno, porque noto la incredulidad en la voz de Jongin.

Nuevamente con delicadeza, Mi Jung coloca mi cabeza ahora en algo suave y en el fondo se lo agradezco.

El ruido cesa a mi alrededor y siento pesados mis párpados.

—¡¿Pero qué mierdas te pasa en la cabeza Oh Sehun?! —Mi Jung, aquella chica que todo el tiempo luce una bella sonrisa en su rostro, logra vociferar como si su vida dependiera de ello —¡No creí que fueras capaz de hacer semejante bajeza! ¡¿Y ustedes par de inútiles?! ¡¿Acaso creen que está bien golpear a un chico indefenso?! 

—Pero nosotros... —Con voz casi inaudible Minseok quiere hablar pero es interrumpido.

—¡Nada de nosotros! ¡A mi no me vengan con idioteces! ¡Ustedes dos están en graves problemas! ¡¿Y tu?! ¡Nuestra madre jamás nos ha enseñado este tipo de valores Sehun! En estos momentos me da verguenza ser tu hermana.

Dejo de escuchar y mi mente se queda en shock.

Acaso dijo... ¿Hermana?

Por fin, mis párpados se cierran y caigo en la inconsciencia.




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