—¿Ya me dirás a donde vas todas las tardes después del trabajo?
Limpio el mostrador mientras escucho a Namjoon inquirir por tercera vez en el día lo mismo. Giro mis ojos al cielo y hago como que no lo escuché.
—¿No deberías estar haciendo otra cosa? No sé, tal vez ¿Estudiando para el próximo exámen o visitando a tu amigo Hoseok? —El chico niega con la cabeza sonriente —¿Acaso no te cansas de estar aquí todas las tardes?
—¿Te molesta a ti?
—No realmente, pero no deseo que tu madre te regañe o algo por el estilo —Recuerdo al instante como mi madre me reprendía si llegaba tarde a casa después de la escuela. Ese recuerdo me hace sentir chiquito el corazón pero lo alejo de inmediato.
—A mi madre no le interesa mucho lo que haga. Mientras le entregue buenas notas está conforme —Lo veo elevar los hombros restándole importancia.
—Puede parecer que así es, pero te aseguro que le interesa todo lo que hagas. Al fin de cuentas eres su hijo. Todas las madres son así.
—Lo dudo. Ella simplemente quiere quedar bien ante la sociedad y eso no es para mí.
Sus palabras encajan un poco en el rompecabezas que me he hecho sobre él y creo entender lo que dice.
Desde la primera vez que lo vi pude notar que Namjoon no era un chico cualquiera. Zapatos lustrados, uniforme impecable, peinado bien acomodado, cadencia en la forma de hablar... No tuve duda al descifrar que es de familia con alta posición económica; sin embargo, creo que en gran medida le ha afectado el tener todo y nada a la vez.
—¿Has estado ejercitándote? —Cambio de tema en cuanto siento que el aire se ha puesto incómodo a nuestro alrededor —Creo recordar que esos brazos no eran tan musculosos la primera vez que viniste aquí.
El colorete no tarda en aparecer en sus mejillas y esos hoyuelos que me llegan a hipnotizar aparecen en un santiamén.
—Sí, bueno... —Lo veo dudar un segundo —Debido a Sehun y sus amigos me vi en la obligación de incrementar mi masa muscular —Me siento apenada y agacho la cabeza —Oh, pero no te preocupes Noona, después de lo que ocurrió ahora solo voy al gimansio por diversión —Elevo mis ojos para verlo pero él juega nerviosamente con sus manos —Me di cuenta de que es desestresante el ejercitarme. Me ayuda a no pensar demasiado.
Por algún motivo oculto de mi ser, dejó el paño con el que estoy limpiando encima del mostrador y me acerco lo suficiente para agacharme y quedar a la altura de aquel chico, quien está con la cabeza gacha.
Mi mano actúa sin que yo se lo ordene y lo tomo del mentón. Sus lindos y delicados orbes ven los míos de forma grande y curiosa.
—Nada malo volverá a pasarte. Te lo aseguro —Sonrío tímidamente y trato de confortarlo.
Le hago una pequeña caricia en la mejilla e instintivamente cierra los ojos.
Mi corazón inicia una frenética y desconocida carrera. Lo siento latir al mil en cuanto la mano de Nam envuelve la mía y la sostiene aún sobre su pómulo.
Un calor vibrante y desconcertante invade todo mi ser en un segundo.
"Esto solo lo sentí cuando conocí a..." Mi mente me quiere jugar sucio pero la detengo a tiempo... Al igual que a mi instinto.
Con movimientos veloces me pongo de pie y retiro mi mano. El escozor de su piel ardiente queda impregnada en la mía y me deja atontada por un segundo.
—Lo siento... Yo... —Nam quiere disculparse pero lo detengo.
—No, no, yo fui la inconsciente. Discúlpame tu a mi —Camino de regreso a paso lento hasta el mostrado pero una figura parada al otro lado de este me saca del ensimismamiento.
—Vaya... Eso sí que estuvo intenso —Yoongi me mira de soslayo, con la risa impregnada en su rostro.
Veo como Nam se pone de pie y se inclina en un ángulo de noventa grados.
—¡Lo siento! ¡No planeaba molestar a tu novia Hyung!
Sus palabras salen tan rápido que me quedo en shock mental.
—¿Novia? —Yoongi deja su mochila en la percha donde colocamos los abrigos y toma asiento en la silla —Ya quisiera esta mocosa ser mi novia. Yo soy un alma libre y feliz.
—Min y yo somos amigos desde que nos conocemos en Daegu —Es estúpido, pero siento la necesidad de dejar las cosas en claro. El calor sigue en mi cuerpo pero ya no se si es por vergüenza, pena o confusión.
—No, no es mi novia niño... —Yoongi coloca sus ojos en un Namjoon titubeante y termina su impecable presentación con algo que solo Min Yoongi es capaz de decir —Pero tu podrías hacerla tu novia. Le caería bien una relación centrada a esta niña.
El muy tonto termina riendo a carcajada suelta.
"Ay Min Yoongi... Cavaste tu propia tumba"