Aquel Chico - Namjoon

CAPÍTULO 13

¡Mueve esos pies Sehun!

 

Después de esperar por tres horas ya no puedo más con el frío, realmente tendrá que entrar a la universidad ese cabeza dura para que haga valer el que me haya vuelto un tempano de hielo. 

Tengo puestos mis auriculares y muevo mis pies al rito de Californication. Está a punto de acabar y mis labios se mueven al ritmo de la última estrofa:

 

First born unicorn
Hard core soft porn
Dream of Californication
Dream of Californication...

 

Vislumbro a mi hermano por lo lejos y brinco en mi sitio haciendo señas con mis manos. Me ve de inmediato y no duda en caminar en mi dirección. La canción por fin termina y estoy a punto de desconectar los auriculares cuando...

—¡Con un carajo! —The Scientist comienza a sonar.

—¿Qué te pasa Noona? —Sehun llega a mi lado y me observa de lado.

—Creí que había eliminado todo rastro de Coldplay de la Playlist... pero al parecer estaba equivocada —Frustrada, apago de tajo el celular.

—¿Aún con eso? —Asiento sin mucho ánimo —Tarde o temprano tendrás que escucharlos de nuevo —El muy tonto pasa su brazo por mi hombro y frota su mano en mi cabello haciéndome una llave —¡A mi pequeña Noona le cuesta trabajo escuchar la banda favorita de... 

Su estúpida broma se queda a medias cuando un par de gritos lo interrumpen.

—¡Regresa aquí! —Ambos giramos el torso para observar lo que sucede —¡No me hagas repetirlo dos veces! —Un auto color negro está estacionado justo a las afueras de la escuela y en el cual un hombre parado que no pasa de sus cuarenta y pocos está con la cara roja debido a la cólera, este le grita insistente a Namjoon, quien camina en dirección opuesta y con hombros caídos —¡No tienes a dónde más ir!

Los estudiantes observan la escena sorprendidos y los cuchicheos no se hacen esperar.

Mi hermano y yo nos miramos por un segundo y ambos, al mismo tiempo, no dudamos en ir tras Namjoon. Caminamos lo más a prisa que podemos y llega un punto en donde tenemos que correr pero logramos alcanzarlo.

—¡Hey, Nam! —Lo tomo del brazo y lo halo un poco. Mala idea. Dudoso, eleva un poco el rostro y veo lágrimas silenciosas bajar por sus mejillas. Esos ojos que siempre están llenos de brillo y alegría sin igual, ahora están bajo una capa oscura y llena de tristeza.

En momentos como estos lo único que otra persona puede hacer es una sola cosa... No dudo en tomarlo entre mis brazos y envolverlo fuertemente en un abrazo. En un principio se tensa pero poco a poco afloja su cuerpo. Su cabeza cae en el hueco de mi cuello y solloza lo más bajo que puede. Sus largos brazos que colgaban en sus costados ahora me envuelven también, aferrándose más a mi.

No digo nada. 

No me muevo siquiera.

No quiero que perdamos esta conexión.

Sehun por su parte tiene el rostro contrariado pero tampoco suelta palabra alguna. Los minutos pasan y al cabo de un rato Nam suelta de a poco su agarre, alejándose para poder tener una distancia considerable. El verlo parado a metro y medio de distancia logra que me estremezca por la falta de tacto.

—Lo siento... Arruiné tu chaqueta —Es lo primero que suelta y disimuladamente se seca sus mejillas, evitando mi mirada.

—Tranquilo, el agua se seca. No pasa nada —Le sonrío y lo obligo a me mire. Mis dedos fríos terminan por quitarle esas feas lágrimas de su bello rostro.

—¿Cómo te fue en el examen? —Agradezco la intervención de mi hermano para romper el incómodo momento.

—Supongo que bien —Nam eleva los hombros restándole importancia.

—¿Solo bien? ¡Vamos amigo, eres el único que puede darme competencia en esta basura llamada escuela! —Sehun golpea cariñosamente su brazo y ambos ríen por lo bajo.

Me es agradable ver que la enemistad que mi hermano tenía con el pobre Nam terminó desde aquel día en que lo amenace diciéndole que, o se comportaba como un adulto o regresaba de inmediato con nuestros padres. Prometió no volver a molestarlo más y tal parece que ha cumplido con su promesa al pie de la letra.

—Ya es tarde chicos —Tomo la muñeca de mi hermano y en su reloj marcan ya las tres en punto de la tarde —Es hora de comer —Al tonto de Sehun le brillan los ojos y da un grito de emoción. Viro mis ojos a Nam y sé lo que está pensando, pero antes de que actúe, ya lo tengo arrastrando los pies y haciéndolo caminar hasta la calle atrás de la escuela —Vamos, yo invito.

Las atractivas facciones de aquel chico se muestran reacias a aceptar mi petición, pero no solo lo hago porque realmente sea hora de comer. Una frase de las tantas conversaciones que hemos tenido, llega a mi memoria como si lo estuviese viviendo de nuevo:

 

"Me gustaría poder tener una comida familiar como es debido"

 

Puede que no seamos su verdadera familia pero haré todo lo posible para que tenga una comida agradable.

Deseo que cuando rememore este día sea con el recuerdo de algo bueno y feliz, y no como algo fatídico o funesto. 

No quiero que viva con esa sensación por el resto de su vida... Como me sucede a mi.




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