Capítulo 2

La leyenda

A continuación les contaré acerca de lo poco que sé de la leyenda. Esta ha estado en boca de todos, por ende no falta la persona que le agregue cosas, así que yo les diré la que mi abuelo me contó.

››Alguna vez, en el año de 1696 cuando un campesino salió a sembrar trigo para darle de comer a sus hijos y esposa, en la búsqueda de un lugar decente para plantar encontró un nuevo terreno, encontrándose con uno muy grande, perfecto para él y todos los habitantes de Sprouss, pero había algo en específico: tres árboles. Frondosos y hermosos.

››Cuando los pueblerinos se enteraron de ésto, emocionados fueron a ver el terreno. Todos se prepararon para aprovechar todo el lugar, aunque eso significara quitar todo lo que estorbara, asi fueran árboles.

PLASH uno ya había caído, PLASH el siguiente, solo faltaba uno, que fue el más difícil.

—¡No cae! —Gritó uno de los campesinos más viejos.

—Amor, deja que lo haga Ernesto.

—Ya, está bien. —dijo enojado el señor Abraham.

—Con permiso— se refirió el susodicho, listo para derribar el árbol a como fuera. Griten ¡Uno, dos, tres!

Y empujaron, trataron de cortar, pero el árbol nunca cayó.

››Para ese instante estaban en agosto y hasta septiembre aceptaron que no afectaba en nada el que hubiera un árbol. Los días pasaron y con ellos las ganas de plantar, el sol brillante se veía por todo Colima, era el día perfecto para plantar. Al llegar algo, o alguien lo impidió. Un cuerpo colgado. Era un hombre robusto y viejo, por obvias razones todos se espantaron. Cuando tuvieron el valor de llamar a la policía y que esta se llevara al cuerpo, pasó algo más espeluznante.

Un día el gobernador dio un anuncio al pueblo.

—¡El día tres de noviembre todos pasarán a reconocer el cuerpo! ¡Fuerza para todos! —. Y así se despidió y todos con temor esperaron el día.

3 de noviembre de 1696

—Gracias a todos por venir, por favor, pasen a cada cuarto donde les asignarán sus horarios, turnos y fichas. La hora y día que les corresponda junto con su turno se respetará. Adelante, con cuidado y... Vamos. ¡Fuerza pueblo de Sprouss!— Dijo con temor.‹‹

Por lo que me contó fue algo muy tardado, tanto así que hasta el día cuatro cuando todos los habitantes habían pasado a reconocer el cuerpo.

Para el nueve del mismo mes terminaron los interrogatorios por parte de la policía, pues nadie reconoció el cuerpo, fue algo muy extraño así que se tomó la decisión de cerrar el caso.

Se dice que nadie del pueblo tenía algo en común con el cuerpo, ni siquiera había algo que dijera el motivo del suicidio.

Solo había señales de que se había colgado de una cuerda de dos metros y medio de largo. ¿Había huellas? Claro que sí, pero del fallecido.

Pero esto solo fue el comienzo de años llenos de terror y tristeza para nosotros, los suicidios fueron aumentando de manera inimaginable cada mes surgía uno nuevo, en el mismo árbol y con la misma medida de cuerda.

Así por décadas, hasta hace un par de años, todo pareció calmarse.

Incluso llegamos a pensar que no habría más, pero fuimos ilusos, pues al séptimo mes vuelve a pasar. Una persona más.

Aunque alguien vigile, siempre termina pasando algo que hace que nunca sepamos la verdad.

De hecho, por alguna razón estúpida —a mi consideración— cada vez que se anuncia un nuevo caso los extranjeros coordinan fechas para venir a ver este “espectáculo”. Juntándose en El Chanal una zona arqueológica de mi bello estado.

Ya sea en ese lugar, o en el manantial de Zacualpan.