Arcan: Cielo y Arena

Capítulo 3

De niño. Mi abuelo siempre me contaba historias, no cualquier tipo de historia, cuentos terroríficos que a veces no me permitían dormir ¿Qué tenía ese anciano metido en la cabeza para contarle una historia de terror a un niño de 8 años antes de dormir? Recuerdo que la vez que llegué por primera vez al distrito, muchas personas me miraban como “El niño que proviene de afuera”. No me gustaba para nada ese nombre, la gente me miraba raro y con miedo. Muchos decían que era un mal augurio excepto Cloudman quien con mucho interés decidió adoptarme en cuanto las águilas doradas me abandonaron en las calles de arena del distrito.

 

Me dio acilo, comida y una vida cuando nadie lo hizo. Cloudman me salvo la vida. La primera noche desenpolvo un viejo libro que tenía sobre un estante y me preguntó si me gustaban las historias, yo asenté mi cabeza y procedió a leerme los escritos dentro de ese pesado libro.

 

La historia contaba sobre una pequeña celestial ciudad en los cielos, blanca, limpia y llena de vida. Allí habitaban los ángeles quienes protegían a los humanos de grandes calamidades. Nos vigilaban y nos salvaban de nuestra propia destrucción, pero un día se cansaron de hacerlo y nos dejaron contra nuestra propia suerte. Tiempo después, un Ángel de confuso nombre miró con mucha tristeza lo que habían dejado atrás y se reveló contra los nuevos principios establecidos por sus superiores, así que fue a la tierra para ayudar a la humanidad. No obstante, las calamidades eran tan grandes que el ángel no podía luchar contra todos a la vez debido a que la oscuridad y la maldad se había apropiado de casi todo el mundo, lo único que se interponía de salvar a la humanidad eran de sus enemigos quienes aprovecharon la ausencia de los celestiales y tomar el control del mundo. Sus enemigos eran todo lo contrario a ellos, provenían de un lugar donde no existe luz, no eran bellos y tampoco gozaban de vida llena de virtud y gloría.

 

Para mi solo eran historias de un viejo libro de estante, sin embargo, siempre me interesó saber como el ángel lograba salvar la humanidad. Mi abuelo nunca me contó que paso con el ser celestial, sin embargo, el esperaba que algún día pudiese ayudar a la humanidad de aquella historia.

 

Este recuerdo llegó a mi mente mientras me quedaba perplejo observando la nube oscura frente a mí y con una nave de carga detrás de mí. Atemorizado, observaba como una silueta sobresalía de entre el polvo y la arena oscura comenzando a mostrar sus manos hasta su cuerpo completo. Era dificil de ver pero se podía ver como me observaba desde allí manteniendo sus piernas escondidas dentro del humo, solo lograba observar de su cintura hasta su cabeza.

 

-Hixwe ¿Qué es eso?  - Le preguntaba a mi amigo, con mucho temor.

 

Mi pequeño robot no podía identificarla, para él es como si no existiese nada en ese lugar.

 

Poco después, la misteriosa figura extendió su brazo apuntando sus dedos contra mí, y desde la oscura nube aparecieron leones del desierto. Criaturas gigantescas oscuras nacidas de la mezcla de leones e hienas. Se movían velozmente hacía mí y con mucha prisa me voltee en busca de la escalera colgada de la nave de carga.  Los pilotos, preocupados se sumaron en mi ayuda tomando un rifle que tenían dentro de la nave y desde la escotilla comenzaron a disparar contra las bestias logrando a matar a una de ellas, sin embargo, causaron el enojo del ser que yacía dentro de la oscura nube.

 

Sin explicación alguna, desapareció y se envolvio de una oscuridad similar al de la misma nube y voló con gran impulso hacía la nave tapándolos de mi vista. Los pilotos asustados no podían ver y sentían como algo los asfixiaba fue entonces en que la nave comenzó a dar giros y caer contra la arena hasta explotar.  Mientras todo eso ocurría yo continué corriendo hasta escapar de la última bestia que quedaba con vida. Me acorraló enseguida hasta llegar a un camino sin salida  y sin poder escapar vi como la bestia se acercaba lentamente hasta mí hasta intentar atacarme con sus garras.

 

De la nada, vi como un proyectil atravesó la enorme criatura. Sorprendido vi un hombre con una enorme ballesta acercarse hasta el cuerpo de la bestia para tomar nuevamente la flecha que había gastado en ella. Intentando calmarme, lo vi fijamente y sentí un terrible precentimiento de que ese rostro ya lo había visto antes. Cuando volteó a verme finalmente pude acordarme. Su rostro estaba en los anuncios de se busca en el pueblo y salió de la televisión está mañana.

-Tú eres... él - Dije con mucho temor.

-De nada niño - Me dijo, el hombre de barba.

  -Nunca antes había visto a alguien matar a una bestia de estas, y mucho menos con una simple flecha - Le dije tras ver como guardaba su proyectil en su carcaj.

-¡Deberías regresar al lugar de donde vienes, Niño! - Me dice, ignorando mi comentario.

-Mi motocicleta esta más adelante, cerca de la gigantesca nube negra - Le comenté mientras señalaba la dirección.

-¿Cuál nube negra?  - Me pregunto el hombre de gran barba.

 

Caminando hasta la ubicación donde se encontraba mi motocicleta de arena, la nube de polvo negro había desaparecido sin dejar rastro alguno del ser que yacía en su interior, inclusive hasta la misma nave de carga que había destruido, había desaparecido.

 

 

-¿Aquí es donde estaba la nave? - Preguntó.

-Así es... pero no tiene sentido que haya desaparecido sin dejar rastro - Dije.

-Al parecer también desapareció tu motocicleta - Comentó el hombre.

 

El sujeto tenía razón. Mi moto había desaparecido con la nave de carga y los pilotos. Era como si la criatura me quisiese atrapado en ese lugar. No obstante, mientras me quedaba perplejo ante la situación recibí una señal de mi compañero Hixwe proveniente de lo lejos.

 




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