Capítulo 2
Una nueva expedición fuera de las murallas
–No recuerdo la última vez que había sido derribado por una chica.
–El dolor del impacto después de la caída fue mayor que el dolor que recibía de los golpes del estudiante con aspecto de gorila. Todos en el lugar aplaudían ante lo maravillosa que era “Sarah”, la estudiante más prometedora de la academia.
–Ella simplemente recibía elogios por parte de sus amigas mientras que yo simplemente recibía los regaños por parte del entrenador quien constantemente me ordenaba levantarme, de lo contrario recibiría castigo.
–¿Qué demonios estás haciendo, soldado Byner? – Me gritaba el entrenador – ¡Levántate! – Agregó.
–Yo siempre era de aquellos que se levanta cada vez que lo derribaban, e inclusive me emocionaba poder caer para levantarme mucho más fuerte de lo que fui antes de ser derribado, pero… que alguien me obligue a levantarme a gritos delante de muchas personas… era vergonzoso. Aún más vergonzoso era para mí tener que tirarme al suelo y no poder levantarme tras ser derribado por una chica.
–Cuando me levante, recuerdo que lo primero que hice fue mirar a Sarah directamente a sus ojos, y poder ver a través de su mirada como se reflejaba un profundo odió. No por mí, sino por su pasado.
–Sarah era ese tipo de chicas que se apartaba socialmente, siempre posaba de brazos cruzados lejos de la gente y tenía un don para mantenerse en silencio. No tenía nada en contra de ella acerca de su personalidad, pero me sentía una fuerte atracción por su forma de ser tan distinta a todos los aspirantes.
–Recuerdo que cuando me levante, ella me habló por primera vez y dijo:
–¿Aún tienes fuerza para levantarte después de recibir mi patada? – Preguntó, con seriedad – Interesante. Debes ser una persona muy fuerte – Agregó.
–No es nada de eso. Es solo que odiaría tener que ser derribado por una chica – Le comenté, mientras sonreía.
–En ese instante, ella bajó la mirada y dijo.
–Ya veo… Entonces estarás avergonzado el resto de tu vida después de esto – Dijo Sarah.
–No tardó más de un minuto para derrumbarme nuevamente hacia el suelo, esta vez de la formas más dolorosa posible dejándome un enorme chichón o chipote sobre mi frente.
–Era innecesario, y a la vez costoso pero Oscar tuvo que colocar hielo sobre mi chichón para bajar la inflamación. Digo “Costoso” porque aún con los elevados precios del agua y la dificultad para conseguirla, aún fue más costoso conseguir hielo pero Oscar hizo lo posible para hacerme sentir mejor.
–No debiste subestimarla. Nadie ha podido vencer a Sarah – Dijo Oscar, mientras colocaba el hielo sobre mi frente.
–¡Ya estaba cansado de que trapeara el suelo conmigo! Por lo menos quería demostrarle que mi voluntad continuaba intacta – Le dije.
–Pues al parecer no has cambiado nada. Aún continuó trapeando el suelo contigo – Dijo Oscar.
–En ese momento, un silencio profundo invadió la habitación. Oscar se mantenía callado durante largos periodos de tiempo en esa noche, sin ni siquiera mirarme fijamente al hablar. Siempre estaba atento a la ventana de nuestra habitación. Sabía que algo pasaba. Decidí no dejarlo pasar por alto y le pregunté sobre lo que ocurría.
–¿Qué pasa? – Le pregunté – Has estado muy callado, últimamente – Agregue.
–Cruzando sus brazos. Oscar, tomó un largo y profundo respiro antes de contestar mi pregunta y al hacerlo, mantuve mi mirada fija en él.
–Las águilas doradas regresaron del exterior de las murallas… – Dijo Oscar de brazos cruzados mientras miraba por la ventana.
–¿Si? ¿Salieron hace poco cierto? Han pasado dos años desde que el capitán Smonrrow nos dio la bienvenida. Luego de eso, partió de inmediato al exterior con quinientos soldados – Le dije. Recordando los acontecimientos de aquella vez.
–Así es… – Contestó mi compañero, haciendo una larga pausa en sus palabras – ¡Solo regresaron cincuenta! – Comentó.
–¿Enserio? – Le pregunté, luego de tragar una pesada saliva.
–No sé qué está pasando fuera de las murallas, pero debe ser algo muy serio y muy peligroso. Las personas ya se están preguntando sobre las actividades de las águilas doradas – Dijo Oscar.
–Nunca vi lo que mi compañero Oscar presenció ese día, sus palabras reflejaban las terribles bajas que habían sufrido las águilas doradas y de cómo su aspecto derrotado se reflejaba en sus rostros y su cabezas agachadas.
–Todos los soldados regresaron con la cola entre las patas, todos excepto el capitán Smonrrow quien se mantenía con una mirada llena de odio, mucho más fuerte que la de Sarah.
–La ciudad de Gon-bling como cualquier otra ciudad, tenía su alcalde a cargo de tomar las decisiones más importantes para los ciudadanos, pero nuestro alcalde, era mucho más que eso; Un protector de la ciudad, un héroe justiciero que presto servicio en las águilas doradas y además de eso, la persona que conoce todos los secretos de la ciudad.
–El alcalde de aquella vez era Jonathan Romanuk, normalmente conocido como el alcalde Romanuk y no salía mucho de su oficina, pues tenía sobre su mesa de trabajo un modelo tridimensional de la ciudad que le ofrecía cada detalle de lo que ocurría en tiempo real.
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Editado: 10.08.2020