Arcania: La Flor Marchita Y El Protector

CAPÍTULO 9: Reino de fuego

CAPÍTULO 9: reino de fuego

Durante todo el camino Sheed no dijo absolutamente nada, miraba por la ventana y me hacía sentir incomoda, porque de algún modo sentía que me ignoraba.

- ¿Está todo bien  Sheed? ¿Acaso hice algo que te molestara?

- No, en absoluto. Es solo que no puedo verla ahora mismo, me hace sentir deprimido.-

- ¿A qué se debe? - El suspiro antes de contestar y por fin verme a los ojos.

- Me hubiese gustado decirlo en otras circunstancias pero debo decirle… yo y Brigith manteníamos una relación un poco más que amistosa.- Un vuelco me dio en el corazón y un nudo se creó en mi garganta.

- ¿Qué quieres decir con eso? – pregunte con una voz extraña.

- Lo que trato de decir es que desde el momento que mire a Brigith me enamore de ella, solíamos mantener conversaciones por medio de cartas y frecuentemente visitaba el reino para verla. Aunque no se me permitió asistir el día de su funeral la noticia fue desgarradora y ahora cada que veo cabello rojizo u ojos como los suyos me siento culpable, ya que no estuve con ella y no pude protegerla, ahora mismo si el carruaje tuviera más espacio me arrodillaría antes usted para pedirle que me perdone.

Dicho eso agacho su mirada como suplica de perdón. No sabía que decir, estaba definitivamente sorprendida, tantas cosas habían pasado que nunca me entere sobre ello. Le pedí que levantara su mirada y que no debiera sentirse culpable; sabia como se sentía, pero no era su culpa, yo también me sentía culpable de no poder estar con ella cunado mas era necesario y también me sentía de un modo responsable por lo que había sucedido.

- Creo que por ahora lo mejor que podemos hacer por ella es tratar de encontrar a la persona que le hizo eso y asegurarnos de que consiga un castigo digno – le estire mi mano en forma de alianza.

Cuando su mano toco la mía un escalofrió recorrió mi cuerpo.  “definitivamente lo encontraremos” dijo con una leve sonrisa y justo después el carruaje se detuvo, nos encontrábamos en el puente que dividía el reino de fuego y de la tierra.

Escuche como alguien se acercaba, toco la puerta del carruaje y después la abrió, era Wenlock, nuestro mejor sirviente, era quien me llevaba a todas partes y también quien siempre atendía mis necesidades.

- Princesa podría bajar, nosotros la escoltaremos –

- ¿Nosotros? Me baje para poder ver a que se refería con “nosotros” y parado junto al carruaje de mi madre estaba Connor con su sonrisa maliciosa y su cabello peinado hacia atrás.

- Lo siento Sheed creo que es momento de separarnos –

- De acuerdo Aideen, cualquier cosa que necesites puedes hacérmelo saber –beso mi mano como despedida.

Una vez que el subió yo me dirigí hacia Connor que no se miraba de un humor relativamente bueno. Durante todo el camino estuvo cuestionando mi viaje y que estaba esperando por mí desde hace bastante tiempo. Después de la ceremonia funeraria y de que las cosas se tornaran complicadas en la academia junto con Concordia decidió que lo mejor era quedarse en el reino de fuego y como lo habíamos prometido él ahora era uno de mis pretendientes oficiales junto con keegan y Declan (quien no se había presentado en ningún momento).

Mi madre estaba esperándome en la sala del trono, me parecía un poco extraña al principio ya que no despedía esa radiante personalidad de reina que la destacaba, más bien parecía cansada e incluso un poco enferma, me preocupe bastante y fui directo hacia ella pero entonces su personalidad habitual volvió, negó con una mano mi ayuda y comenzó a reñirme por tardarme demasiado.

Me explico que las cosas no estaban bien en el reino ya que nuestros  habitantes debían tener la certeza de que yo me encontraba haciendo mis deberes reales y continuando mi entrenamiento de futura reina, eso de algún modo traería seguridad al reino entero al igual el hecho de que Connor desde ahora y hasta nuevo aviso viviera con nosotras en el castillo, aunque al principio me negué mi madre dejo bien claro que era solo una formalidad que debía hacer, pero que si era necesario para el reino y si yo seguía protestando haría desde ese momento a Connor mi prometido oficial, no dije ni una palabra más y me marche a mi habitación.

Durante la noche no pude descansar correctamente, no dejaba de pensar en mis amigos, en Brigith y en cómo podría localizar a quien la había lastimado, además a partir de ese día mi madre me daría la mitad de su trabajo, sería una reina de medio tiempo hasta que las cosas se calmaran.

……….

Mi día a día ahora era sumonte ocupado con clases para mi reinado, keegan  dándome clases de control cada vez que podía y mi papel como reina suplente, por ello tenía muy poco tiempo para poder comunicarme con Fred, Alek o Hana, pero ellos tenían sus propios problemas.

Fred se encontraba investigando sobre los noirs junto con Valentina después de que el reino del rayo sellara sus puertas, aunque los demás reinos cuidaban entradas y salidas constantemente nada se comparaba algo que el rey Gregorio hizo. Alek seguía reconstruyendo su reino y no bajan la guardia ni un solo segundo, una vez que la reconstrucción estuviera terminada podría centrarse en buscar a su hermano. Hana por otro lado se encontraba triste, en una de sus cartas menciono que sus padres adoptivos habían desaparecido y ahora mismo se encontraba viviendo con Tsubasa, pero que debido a ciertos asuntos ella no podía verlo a menudo y quedaba al cuidado de su abuela, la cual era un mujer delirante y la confundía con alguien más.



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En el texto hay: diosas, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 06.12.2020

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