CAPÍTULO 13: SECRETO
Mi cumpleaños había pasado, Nolan se marchó y Connor por fin volvió de la academia pero no con buenas noticias, llego con la caja en manos y esta estaba vacía, el cello se había roto. No podía creerlo, necesitaba respuestas y me arremetí contra Connor.
El rápidamente explico que al momento de entrar en mi habitación todo parecía estar normal, busco la caja bajo la cama y noto que estaba abierta, pregunto a los guardias si alguien más había entrado pero ninguno de ellos sabía algo al respecto. También menciono que tenía intenciones de buscar el contenido pero desconocía que era, no podía buscarlo.
No tenía sentido, ¿por qué razón alguien entraría a robar algo que mi padre me había dejado? Fui con mi madre acompañada de Connor en busca de respuestas. Ella estaba en su habitación y entre echa una furia preguntándole que era lo que había dentro. Ella me miro desconcertada y luego cambio a una cara de tristeza, menciono que era un relicario con una pintura familiar y que además de eso tenía una gran gema de fuego que mi propio padre había creado. Saber que era el contenido me destruyo, las ultimas fuerzas de mi padre, lo más preciado que alguna vez pudiera tener me fue arrebatado sin siquiera verlo una sola vez.
- ¿quién se llevaría algo así de tu habitación? y ¿Por qué? Pregunto Connor mientras me ayudaba a permanecer de pie.
- Cuando Fred lo encontró yo creí… - mi madre se cubrió la boca dando entender que era algo que no debía decirme,
- ¿Fred? ¿Que tenía que ver Fred en todo esto?– la mire molesta, luego se descubrió para después poner una cara de arrepentimiento.
- Fred encontró el relicario en el bosque, al parecer Brigith lo tenía, desconozco como supo de él y el por qué estaba ahí.
- ¡¿Y por qué no me lo dijiste?! – estaba hirviendo de ira. - ¡¿dónde está ahora?! ¡¿Quién lo tiene!?
- Fred se quedó con él, no queríamos que te preocuparas más de lo que estabas, necesito que lo atiendas - dijo en tono de súplica.
- ¿Por qué razón no querría que lo tibiera? ¡¿Que escondes!? -Mi madre se quedó callada.
- La gema que estaba incrustada, la que tu padre creo desapareció, no queda más que el relicario con la pintura dentro.
Me rompí, me sentía traicionada, no solo por mi madre, también por Fred e incluso por Brigith, entonces sus últimas palabras de disculpa ¿eran por eso? ¿Realmente podía odiarla aun que ya no estaba? ¿Por qué razón lo tomaría? Nada tenía sentido.
Salí corriendo de la habitación al jardín y me pare en medio de él, no quería llorar pero las lágrimas no dejaban de caer, ¿cómo era posible? las personas en las que más confianza a quienes amaba me habían ocultado algo sumamente importante. En un grito de dolor consumí medio jardín. Seguía sollozando cuando Connor aprecio.
- ¡Aléjate de mí! ¡no quiero verte! –
- Por favor, tan solo dame una oportunidad, yo solo quiero…-
- ¡Vete de aquí! Yo ni siquiera te importo, lo único que quieres es hacerte rey, siempre me has molestado desde que puedo recordarlo. ¡no necesito absolutamente nada de ti!
El parecía perturbado por mis palabras pero justo después comenzó a reírse como loco y de pronto lágrimas cayeron de su mejilla. Estaba en desconcierto, no sabía lo que estaba viendo.
- De verdad, debo estar enfermo de la cabeza, había pensado en utilizarte para volverme rey pero me enamore de ti, he tenido esta clase de pensamientos durante muchos años y ya no puedo seguir negándolos más.
Él se incoó frente a mí y me limpio las lágrimas, comenzó a decirme que la razón por la que me trataba de ese modo al principio era envidia y recelo, pero con el tiempo comenzó a ver algo en mí, algo que lo atrajo, pero ya era muy tarde y no sabía cómo acercarse de manera adecuada y más aún con Fred cerca, estaba celoso de él y la amistad que teníamos.
- No se supone que esto debía pasar, originalmente había planeado mantener estos sentimientos en secreto y llevármelos a la tumba. – él se incorporó y me estiro la mano. - Sé que no tengo ninguna oportunidad por todo lo que te hice en el pasado, pero te prometo que te ayudare, descubriremos quien está detrás de todo esto y le daremos un merecido castigo.
No sabía si tomar su mano, quienes más quería me habían traicionado y estaba a punto de confiar en alguien que me había maltratado durante toda mi niñez. Lo mire con detenimiento y pude sentir que la decisión que tomaría era la correcta; un instinto, algo que me decía que podía seguir por este camino y confiar en él, tome su mano y cuando me incorpore un guardia llego corriendo hacia nosotros.
- ¡Princesa Aideen! El joven Nolan está aquí y tiene algo muy importante que decirle.