Capítulo 26: Reino de la luz
Estábamos de camino al reino de la luz pero no podía dejar de pensar en lo que Aqua me había dicho sobre Fred y Aideen. Mientras observábamos su reconciliación Aqua se acercó a mí y me dijo algo que me dejo preocupado. “aun que se reconciliaron su relación no volverá a hacer la misma, dentro de uno de ellos algo se rompió y dentro del otro algo nuevo nació” a primera vista todo parecía estar bien, se hablaban con normalidad y hacían bromas, pero en cuanto uno de ellos se separaba del otro se podía notar una incomodidad.
En nuestro viaje María e itzayana no pudieron acompañarnos ya que podían arriesgar el factor sorpresa.
Cuando llegamos al reino de la luz quede deslumbrado, si la academia me parecía brillante aquel reino lo era aún más, grandes estructuras de adobe y piedra brillando con pequeñas incrustaciones y gemas de luz inactivas a casi cada esquina del reino, la gente vestida de amarillo y dorado con detalles en diversos colores debido a que la luz puede tomar distintos tonos (explico Tsubasa), había poca vegetación y la mayoría del área estaba rodeado de arena y tierra. El palacio que deslumbraba a lo lejos era inmenso me atrevía a decir que incluso podría ser más grande que la academia, pasamos por el camino principal el cual era una calle ancha que recorría todo el reino hasta el palacio y estaba lleno de mercaderes los cuales nos ofrecían insistentes sus productos, la mayoría libros y objetos de estudio.
Llegamos al palacio que era aún más majestuoso y parecido a la academia. Las paredes tenían decoraciones de oro y grandes ventanas que dejaba entrar bastante luz, esperamos en la recepción para ser recibidos por Sheed pero en cambio quien nos recibió fue el mismo rey acompañado de la reina.
Ambos nos dieron la bienvenida y nos invitaron a pasar para charlar. Llegamos a una sala llena de libros y algunos sillones de piedra con cojines dorados, nos acomodamos para después darle la palabra al rey.
- Me temo que mi hijo no está presente, ha estado ocupando ayudando a su hermano con asuntos de la academia, pero ahora mismo ambos están de camino a casa. Son bienvenidos a pasar la noche aquí mientras esperan su llegada.
- Estamos agradecidos, por su cordialidad – les contesto Tsubasa. El rey llamo a una sirvienta y un guardia haciendo una seña.
- Les mostraremos sus habitaciones síganos por favor – dijo la joven.
Subimos por varias escaleras hasta llegar a una división, los demás siguieron por el camino izquierdo pero yo me había quedado atrás ya que algo avía captado mi atención. Aun que era leve podía escuchar el sonido metálico de unas cuerdas musicales, era delicado y relajantes, seguí caminando por ese pasillo que era iluminado con rayos de sol, el sonido era cada vez más fuerte hasta que llegue a la habitación de la que procedía. Una figura sentada en una mullida cama tras unas cortinas blancas transparentes. La joven de cabello rizado hasta los hombros y piel oscura, utilizaba un vestido blanco. Ella era quien producía tan agradable sonido con un arpa, mantenía sus ojos cerrados y parecía ausente, concentrada en el sonido de la música. Sin querer me tropecé con un pilar y casi tumbo un jarrón.
- Sheed, ¿eres tú? – la chica dejo de tocar el arpa y volteo a verme aun con sus ojos cerrados, no hacía falta que lo mencionara para notarlo.
- No, lo siento, tocas muy bien –
- Gracias, ¿quién eres? Despides un aire frio ¿eres del reino del hielo? – esa era una de las razones por las cuales se respetaba a personas como ella, desarrollaban capacidades que aun con habilidades sería difícil desarrollar.
- Si, lo soy; soy el rey Alek volkov, tú debes ser la primogénita del reino de la luz.
- Kianga es un placer
- ¿Qué es lo que haces aquí?
- Venimos en busca de sheed
- ¿Venimos? ¿Quiénes? ¿Hizo algo malo? - No estaba seguro si mentirle o contarle la verdad pero presentía que si le menita ella lo notaria.
- queremos hacerle unas preguntas y que nos ayude a encontrar a una amiga.
- Ha estado ayudando a Zaahir con las desapariciones así que tienen razón al pedirle ayuda, pero el ahora no está en casa ¿se los dijeron?
- Lo hicieron, se encuentra en camino junto con el príncipe Zaahir. Pasaremos aquí la noche esperando su regreso.
Ella se levantó de su mullida cama y comenzó a acercarse a mí, despedía un agradable olor a sol, me tomo de la mano para guiarse y llegar hasta mi rostro, que comenzó a inspeccionar haciendo gestos extraños.
- Tu cara me es familiar y pareces ser un chico muy atractivo.- No pude evitar sonrojarme un poco, en eso escuche el sonido de una garganta aclarándose.
- Y nosotros pensando que te había pasado algo – Aideen me miraba molesta con los brazos cruzados mientras que detrás de ella los demás intentaban contener sus risas.
Pasamos el resto de la tarde hablando con la princesa, debido a su condición no suele salir mucho del castillo y rara vez tenia visitas, los guardias no parecían felices de que estuviéramos ahí y se ponían nerviosos cada vez que ella se levantaba (la sobre protegían demasiado).
Kianga ya conocía a Aqua y a Tsubasa, nosotros éramos los únicos que debía identificar. Toco la cara de Fred y soltó una pequeña risilla, “no estoy segura si estoy frente a un niño o un hombre” debido al tiempo que Fred había estado viajando su piel se había vuelto un poco áspera, pero su cabello seguía igual de liso y suave.