Arcania: La Flor Marchita Y El Protector

CAPÍTULO 37: Traición y sacrificio

CAPÍTULO 37: traición y sacrificio

Algo definitivamente estaba mal, podía sentirlo. Avanzamos a la entrada principal lo más rápido que pudimos, la escena era caótica, una gran pelea se estaba dando lugar,  la tierra estaba abierta bajo nosotros, boques de hielo e incendios estaban esparcidos por el terreno, no había rastro de Tsubasa, Zaahir, mi madre o de los padres de Fred.

Entramos a la batalla en busca de respuestas, los noirs eran numerosos. Bajo nosotros había más caídos de nuestro bando que del suyo. Si mirábamos a alguien herido con esperanza de salvarse Fred se encargaba de ocultarlos. Tuvimos varios encuentros antes de llegar al lugar donde más se escuchaban y se sentían los estruendos, Fred suponía que ahí era donde nuestros padres se encontraban. Nuestras ropas estaban echas girones y llenas de sangre nos hicimos paso a como pudimos y llegamos al centro de la batalla, en efecto el padre de Fred estaba ahí combatiendo, mantenía apartados a los noirs debido a un gran agujero que los rodeaba, Tsubasa se encargaba  de extinguir los ataques de fuego  mientras la madre de Fred se encargaba de los ataques de hielo y rayo, el príncipe Zaahir estaba siendo protegido por ellos, no miraba a mi madre por ninguna parte.

- Fred, ve con tus padres nosotros… - pero Fred ya no estaba. - ¡¿A dónde se fue?! –

- A las carpas, miro que sus padres estaban bien y dijo que iría a encontrar a Valentina, dará una señal si encuentra a tu madre –Alek parecía muy tranquilo pese a la situación.

¿Ahora hace planes sin nosotros? me moleste, pero no era momento para eso, debía encontrar primerio a mi madre, seguimos buscando mientras evitábamos entrar en peleas que nos tomaran mucho tiempo, suponía que mi madre estaba bien ya que Wenlock estaba con ella y el además de ser nuestro amigo, sabia pelear muy bien. Me pare en seco.

- ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué te detienes así? – pregunto Alek

- No era el té –

- ¿De que estas hablando? –

- No era el té lo que mi instinto me decía que tuviera cuidado, era Wenlock, él nos traiciono, él fue quien dijo nuestro plan, ¡mi madre está en un grave peligro! –

Corrimos a gran velocidad, evitamos a todo el mundo, incluso a los que podíamos ayudar, mi corazón se aceleró, me sentía enfurecida y a la vez agobiada, temblaba. Llegamos a la carpa de mi madre, estaba  ligeramente quemada y no había nadie alrededor.

- ¡Aideen cuidado! – Alek me protegió de una fecha con su hielo.

- ¡¿De donde ha  venido?! –

- No lo sé –

Me quede pensando unos segundos, mientras miraba la flecha, eran MIS FLECHAS, alguien estaba usando el arco que Fred me había regalado contra mí y no había dudas de quien era el culpable. Encendí mis manos y me coloque espalda con espalda junto Alek quien también estaba con la guardia arriba. Sentía peligro por todos lados como si en cualquier momento alguien nos fuera a atacar.

- ¡Rayos! –

- ¿Qué pasa? –

- Estamos rodeados

- ¿Cómo los sabes? –

No lo sabía, solo lo sentía, la ira me envolvía cada vez un poco más, pero necesitaba relajarme, una explosión no ayudara en nada en esos momentos.

- ¡Wenlock!, ¡sé que fuiste tú! ¡¿porque nos traicionaste?! –

Escuchamos un sonido y miramos a alguien arrastrándose, su cabello rojo estaba hecho un desastre, su vestido estaba destrozado y tenía heridas sangrantes y dolorosas. Alcance a escuchar mi nombre levemente. Corrí hacia ella rápidamente.

- vete - dijo débilmente, un escalofrió me recorrió junto con una ráfaga de viento, nos habían lanzado una docena de flechas y Alek las había detenido congelándolas y haciéndolas caer.

- Gracias Alek, yo… -  Alek  se volteo lentamente.

Ellos lo sabían, sabían que intentaríamos congelar o quemar las flechas, una de ellas no era de madera, era de un metal que desconocía, la flecha estaba incrustada cerca de la boca del estómago, se miraba profunda. Alek cayó al suelo; no sabía qué hacer, tenía que proteger a ambos.

Poco a poco quienes nos atacaron fueron saliendo y ahí con mi arco estaba Wenlok mirándome con los ojos más fríos que nunca.

- Una disculpa princesa, pero mi familia ha servido por generaciones a la realiza y creo ya es hora de un cambio –

Incendie mis manos y quienes estaban con él también se prepararon para atacar, no podía pensar en nada adecuado. De pronto la tierra se abrió engullendo a la mitad de los noirs  y antes de que el resto atacara una pared de hielo se formó.

- ¡Alek! ¡Aideen! –

Voltee, Sven y Natashia estaban ahí junto con varios guerreros del reino del hielo incluyendo a Boris. Avanzaron y arremetieron contra los noirs quienes ya planeaban su retirada. Mi madre me tomo de la mano.

- Yo estaré bien, ve con el – asentí a mi madre con lágrimas en los ojos y me arrastre hasta donde estaba Alek, mis piernas y manos temblaban, no poda caminar. Llegue hasta él, tenía sus ojos cerrados, tome su pulso el cual era muy leve, seguía sosteniendo su mano, pidiendo, rogándole que se quedara conmigo -



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En el texto hay: diosas, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 06.12.2020

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