Arcania: La Flor Marchita Y El Protector

CAPITULO 57: La isla

Capítulo 57: La isla

Después de lo ocurrido mi luto duro bastante, no me sentía capaz de seguir, pero con ayuda de Itziyana, kali, mis padre adoptivos, mis amigos, los miembros de la orden  y la familia de Odette pude salir adelante.

Después de que las personas recordaran el origen de las leyendas me nombraron la santa dorada, ellos querían que gobernara, pero esa posición no me correspondía. Leeroy se convirtió en un rey benevolente y admirado, las personas del reino le tenían respeto a pesar de su corta edad.

Aun que tenía la habilidad para curar a las personas kali me advirtió que podía ser peligroso, cada vez que lo usaba acortaba un poco más mi periodo de vida; pensando en ello, realmente no me importaba si por mi sacrificio alguien podría salvarse, pero no podía hacer eso tan pronto, había cosas que debía resolver. Ayude a reconstruir el reino, ayude a los Noris arrepentidos que se quedaron sin hogar y antes de poder ayudar a los demás utilizando mi vida había algo que quería hacer, conocer a mis padres.

Kali me ayudo a poco a poco reconstruir la paz y una vez que se restaurara ella podría llevarme a conocer a mis padres. Cinco años fue el tiempo que me tomo. Las cosas que hacía a diario era visitar a los habitantes del reino, asegurarme que todo estuviera bien y revisar las cartas de Valentina acerca de lo que acontecía fuera del reino. Cuando ella termino su viaje para retomar el puesto de reina yo fui a ayudarla, ayudaba a leeroy con sus decisiones importantes y visitaba con regularidad a mis amigos.

Cuando Aideen y Alek comenzaron a salir nunca pensé que tendrían a sus adorables gemelos, recuerdo tenerles envidia por ello. ¿Llegaría yo algún día tener hijos? Era lo he pensaba cuando los miraba juntos, pero al final no me podía imaginar emparejada con alguien que no fuera Tsubasa. En mi rutina cada día terminada en su tumba contándole acerca de lo que  había hecho y lo mucho que le entrañaba. Itziyana constantemente me decía que él estaba orgulloso de mi y que no debería preocuparme. Era algo difícil pero seguí mi vida.

Tardamos un día entero en llegar a la isla escondida de donde Itziyana provenía, al amanecer podía ver el extenso paisaje de tierra sobre el mar, tenía una enorme montaña de piedra gris y estaba rodeada de flora, tuvimos que tener mucho cuidado ya que cerca del borde había varias rocas puntiagudas, al llegar a la costa Itziyana le pidió a los tripulantes aguardaran ahí mientras Aideen, Alek, Frederick y yo la seguíamos. Caminamos bastante hasta poder ver a las personas del lugar, entre la maleza y los grandes árboles había casas de ladrillo con hermosos pilares y adornadas con diversos diseños tallados. Pero nada me impresiono más que ver a las personas del lugar, todas las mujeres utilizaban ropas coloridas ricamente adornadas y bordadas con extravagantes diseños, utilizaban bastante joyería y tenían elegantes peinados, los hombres por otro lado utilizaban tonos más discretos en una parte de su vestimenta y un color más llamativo de la otra, ya sea pantalón claro y camisa colorida o viceversa, también estaban ricamente adornadas pero a diferencia de las mujeres ellos no utilizaban joyería, sus tonos de piel eran diferentes, mientras había algunos que tenían tonos cobre otros eran de color canela o clara. Sus ojos eran grandes de color negro así como el tono de su cabello.

Pronto estábamos rodeados de muchas personas y animales, los cuales andaban libremente entre la multitud y las casas. Itziyana avanzo al frente de nosotros y saludo a las personas juntando sus manos bajo su barbilla e inclinando su cuerpo un poco hacia el frente. El resto de la gente al verla y presenciar su saludo se incoaron anta ella y le permitieron el paso. Subimos unas grandes escaleras hasta lo que Itziyana llama “el templo principal”, una gran estructura de piedra tallada laboriosa y elegantemente con una cúpula brillante y pilares rodeados por enredaderas.

Había muchas personas en el templo y todos nos miraban como objetos extraños, se susurraban entre ellos y nos observaban con sus grandes ojos negros. Las puertas del templo se abrieron abruptamente. La mujer salió corriendo a abrazar a Itziyana, su cabello dorado brillaba con el sol, era extremadamente largo y brillante, utilizaba un vestido de algodón blanco sencillo. Sus ojos verdes me vieron y lentamente se acercó a mí con una mano temblorosa.

- ¿Rosalie? –otra vez ese nombre, fue el nombre que Itziyana menciono la primera vez que la vi. Comencé a derramar lágrimas sin motivo, la mujer me abrazo y ambas caímos al suelo de rodillas.

- ¿Bella, está todo bien? – esa voz me sonaba familiar y desconocida al mismo tiempo, cuando alce mi mirada un hombre de piel canela, cabello negro lacio, alto y delgado.

- Yamir, es nuestra rosalie, Itziyana la trajo de vuelta – le mujer no dejaba de llorar, el hombre llamado yamir se incoó con nosotras y nos abrazó.

- Bienvenida de vuelta mi flor dorada – me sentía bien, la calidez de su abrazo y sus voces me hacían sentir en casa.

Yamir y Bellarose me ayudaron a levantarme, bella no dejaba de tocarme el rostro y acariciarlo, Itziyana se unió a nosotros y me abrazo como solía hacerlo en el castillo. Ellos eran mis verdaderos padres, mi familia. Tenía tantas dudas, comencé a atacarlos con preguntas ¿Por qué me dejaron? ¿Qué es este lugar? ¿Qué fue lo que paso?. Mi madre me tranquilizo y me pidió primero presentar a mis amigos, después de eso nos invitó a pasar al templo. Tuvimos que quitarnos los zapatos y sentarnos en el suelo cubierto por un hermoso tapete bordado. Nos sentamos alrededor de una mesa de madera mientras nos traen te.



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En el texto hay: diosas, habilidades especiales, aventura y amor

Editado: 06.12.2020

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