La luz del sol comenzó a molestarme ligeramente en los ojos, no podía dormir bien... ¿Dormir?
Abrí los ojos rápidamente y me senté en donde quiera que estuviese recostada —Mierda, esa hada me envenenó — Fruncí el ceño y lentamente aquellos pensamientos sobre el veneno, el dardo y la espada, se fueron yendo de mi cabeza, no podía creer lo que estaba mirando, mi visión se llenó con la imagen de una habitación que no conocía, intacta; el armario, el escritorio, la cama en donde estaba recostada, hasta el tapiz estaba en perfectas condiciones, eso ya no se veía en ningún lugar del mundo.
De mi mundo…
De pronto el pomo de la puerta giró y un hombre alto entró a la habitación.
—Ah, estás despierta, ya es la hora. — Dijo con un toque gracioso en su voz
Era el maldito hombre hada que me había disparado aquel dardo envenenado, al parecer ahora no le basta con matar y destruir ciudades, si no también ¡secuestran a personas!
—¿Dónde estoy? ¿Cuánto tiempo llevo dormida? ¿Por qué estoy en una cama? ¿Qué…
—Oye, oye, tranquila fiera, estas a salvo, no te voy a matar, estuviste tan solo un día dormida, aquel anestésico que le puse al dardo no era potente y estas en mi mundo.
—Espera, quieres decir que, me dormiste y cruzamos un portal hacia otra dimensión, ¿tú dimensión?
—Entiendes rápido, estás en Arevalous, exactamente en la ciudad de Firevath en el Reino de Fuego.
Al escuchar lo último que había dicho quedé helada, no había organizado así mi plan, pero había llegado a mi destino y mamá debía estar en algún lugar de este peligroso mundo.
—Mi nombre es Eifion, guerrero de las fuerzas del Reino de Fuego.
Mis ojos se encontraron con los suyos, aquellos rojizos ojos eran totalmente perturbadores, pero se veía que estaba hablando con total sinceridad.
—Soy Amira y como ya sabes soy humana, es un gusto en conocerte Eifion. —Extendí mi mano hacia él para que éste la estrechara en forma de saludo, pero él simplemente se quedó mirando mi mano como si fuera la cosa más rara del mundo —Anda, no va a salir un cuchillo de ahí, no te hare daño.
—No es eso, nosotros no estrechamos las manos cuando nos conocemos, mi raza hace una pequeña reverencia, como si fuera un saludo—Y dicho esto, él doblo su cuerpo hacia adelante, haciendo una muy pequeña reverencia hacia mí.
Lo miré con incredulidad, ahora estaba siendo muy amable conmigo, pero en mi mundo por poco casi me mata con su espada voladora. No esperaba encontrarme tan pronto con uno de su raza, bueno, mi plan era seguir las huellas de sus destrucciones hasta encontrar uno, matarlo y luego buscar alguna baratija con la cual se transportan, aun que, realmente ni siquiera sabía si tenían un objeto para transportarse hacia otra dimensión o simplemente era “magia”
—¿Por qué me trajiste a tu mundo? — Pregunté directo al grano
Eifion se acercó a mí y se sentó en la cama en la cual estaba recostada, se notaba a leguas que su rostro cambio totalmente. Fijó su mirada al piso y comenzó a hablar.
—La verdad es que no lo sé, pero, algo en mi mente dijo “Ella es la correcta”. —Soltó un leve suspiro antes de continuar—En nuestro mundo, existen cuatro reinos, cada reino controla un elemento de la naturaleza, de donde yo provengo, controlan el fuego, hay algunos que aprenden a controlarlo, otros simplemente no tienen la destreza para hacerlo y los convierten en guerreros.
Estaba muy atenta a lo que él me estaba contando, y la primera conclusión que saque de todo esto, es que él no podía controlar magia o como quiera que le llamasen.
—Hace cinco meses atrás, una estúpida profecía de hace miles de años se cumplió y desde entonces, todo ha sido caos.
—¿Cuál es esa profecía?
Giro su rostro para poder mirarme directamente a los ojos y muy dentro de mí sentí escalofríos
—Una hembra que controle los cuatro elementos, será la que gobierne nuestro mundo y nos guiará a la paz y a la prosperidad. La profecía se cumplió, hay una hembra que está gobernando ahora mismo, sentada en el trono dorado. Todos los guerreros de todos los reinos debemos servirle y todas las personas piensan que ella nos dará paz, así que le creen todo lo que dice y avalan sus acciones. —Inhalo fuertemente y luego se levantó—Ella fue la que nos mandó a tú dimensión a crear caos. —Añadió.
—Espera…—No podía parar de pensar todo lo que él me había contado—Al principio, eligieron personas y las fueron a buscar, luego aparecieron ustedes a crear caos.
Él frunció el ceño y me miró con incredulidad. —Por lo que yo sé, nos enviaron tan presto se dieron las ordenes, no hubo ordenes pasadas, fue cuando recién ella se había sentado en el trono.
Mi respiración comenzó a acelerase, se suponía que mamá iba a estar aquí, ellos se la llevaron y la trajeron aquí, estaba 100% segura de eso. Pero eso fue un día antes del apocalipsis.
Mi cerebro comenzó a pasar todas las imágenes de ese último día que estuve con ella, estaba cocinando el almuerzo cuando escuché un ruido proveniente de la habitación en la que se encontraba ella. Pensé que quizás ella habría querido ir al baño y quiso levantarse sola de la cama, así que corrí rápidamente a su habitación y lo único que encontré, fue un pequeño agujero blanco en la pared y al segundo después se había cerrado.