Arcanum: Otro Infinito

Capítulo 7

Caminamos juntos por entre medio de los árboles mientras que yo le contaba sobre mi madre, sobre mi mundo y como era todo en ese lugar, a pesar de que él ha estado allí, le explicaba más o menos los aparatos que utilizábamos, la tecnología, la evolución. Pero a medida que íbamos llegando al castillo, más oscuro y siniestro se tornaba alrededor, era como aquella vez cuando nos encontramos con el espectro que nos persiguió.

Tan solo esperaba que no fuera lo mismo u otra cosa peor.

De un momento a otro se escuchó un fuerte grito de un animal no muy lejos de nosotros, saque el arco y una flecha para colocarme en posición para disparar por si algo se acercaba, pero otro grito desgarrador se escuchó. Mi mente dio vueltas, eran como los gritos de Kayla cuando el hombre caníbal trató de comerse su brazo, mi respiración comenzó a agitarse, le eche un ojo a Eifion que estaba muy atento a su alrededor. Otro grito más fuerte se escuchó y yo ya no pude más.

—Lo siento, tengo que hacer esto…— Sentencié, corrí sin mirar atrás entre medio de los árboles guiándome solo con sonido de los gritos de la criatura.

Lo único que odiaba más de mí, era que siempre me importaba ayudar a los demás. Ni siquiera pensaba si Eifion estará persiguiéndome o no, simplemente seguí corriendo hasta que llegué a un lugar donde los árboles estaban rasguñados y otros muy golpeados, se notaba que hubo una gran pelea en este lugar.

En una rama bastante gruesa de un árbol estaba colgado de una pierna una criatura que se asemejaba mucho a un tigre, pero este tigre tenía puesta una armadura de guerra y al parecer había caído en una trampa. Me fui acercando con mucho cuidado hasta que sus ojos se fijaron en mi presencia.

—Por favor, Ayúdame— Habló

Me sobresalte, nunca creí que los tigres podrían hablar, aunque en esta dimensión nada es seguro.

—¿Me harás daño si te suelto? —Pregunté, retrocedí unos cuantos pasos por precaución.

—No, por favor, solo suéltame antes de que lleguen los…—No alcanzo a completar la frase y nuevamente rugió de dolor.

En su pierna corría un líquido rojo, no pude aguantar ver aquella escena. Guarde las dagas en la parte trasera de mi pantalón, no las iba a utilizar para esta ocasión. Saque el arco y con una flecha disparé directamente a la soga en la que estaba colgado, haciendo que éste cayera como un saco de patatas al suelo.

Me acerque rápidamente a él para asegurarme si estaba bien y éste de un salto se levantó del suelo muy desesperado. ¿Sera un tigre hada? Caminaba con dos piernas y no con cuatro como lo hacen los animales comunes y corrientes. Me di cuenta de que la pierna con la que estaba colgado aún seguía sangrando así que no podía estar muy estable de pie.

—Estaré en deuda contigo—Hablo mientras comenzaba a cojear hacia la oscuridad del bosque— Mi nombre es Racanee

—Soy Amira—Respondí antes de que desapareciera completamente el bosque oscuro.

Justo en ese momento apareció Eifion agitado de tanto correr, no sé si habrá presenciado la escena del tigre parlanchín, pero se acercó rápidamente a mí y sus brazos me rodearon con fuerza.

—Estaba preocupado, te seguí tan presto comenzaste a correr, pero de la nada desapareciste de mi vista y no te podía encontrar —Se podía escuchar su voz más aliviada

—Algo me decía que tenía que venir a ayudar—Respondí, rodee su cintura con mis brazos. Creo que esto se siente tener amigos.

—No vuelvas a decirme “Lo siento” antes de irte corriendo—Asentí varias veces mientras nos separábamos.

—Ya paso, ahora debemos seguir nuestro camino

Eifion echo un vistazo a nuestro alrededor y al darse cuenta de los árboles, la sangre en el suelo y la soga rota me miró interrogante.

—No fue nada, solo fue un animal que quedó atrapado en una trampa y lo ayudé a escapar—No mentí, pero tampoco dije completamente la verdad.

No preguntó nada más, a pesar de que se le notaba en el rostro que aún tenía muchas dudas que aclarar con el suceso, pero no lo hizo. Volvimos al sendero por el que íbamos, yo me hubiera perdido por completo, pero Eifion tenía más experiencia y marco los árboles con una “x” mientras corría detrás de mí.

Bennu aterrizó cerca de nosotros con una nota en su garra.

—Bueno, creo que dice que Bennu nos guiara a ella

Eso me parecía excelente, era la forma más fácil para poder llegar rápido al lugar, mientras mirábamos al ave que volaba por los cielos, trataba de no tropezar con las ramas del suelo, el castillo se veía cada vez más grande y eso indicaba que ya estábamos llegando a nuestro final.

Comenzó a escucharse voces cerca de donde estábamos, detrás de unos arbustos salió una mujer alta, delgada, con cabello blanco hasta los hombros y unos ojos penetrantes de color rojo. Era como Eifion, tan solo en versión mujer, con curvas y con rostro más femenino. Atrás de ella venían varios faes con armaduras como la de Eifion cuando nos conocimos, sus espadas estaban envainadas, listas por si necesitaban pelear contra algo o alguien, y la verdad es que se veían como unos polluelos inexpertos que estaban escondiéndose detrás de la hermana de mi amigo.

Eifion camino hacia su hermana con una sonrisa radiante, pero el rostro de ella estaba igual de serio como en el retrato que habia visto en la pared de su casa.




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