Archivo 103 [#1 Saga Archivos Criminales]

C A P Í T U L O 2

C A P Í T U L O  2

"Indescifrable"

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Detective Spencer

Martes, 3 de marzo de 2020 – 1:10 p.m.

—Siéntense —nos indica el chico Williams. Tiene una apariencia un tanto extraña. Es de cabello negro corto liso, tiene los ojos miel, tez blanca, un tatuaje en un costado del cuello, sus músculos bien marcados. Lleva una camisa azul, pantalones negros, zapatos negros, su cinturón con una placa. Es un policía de unos veinte tantos años, por lo que pude deducir en pocos minutos.

Miro a mi alrededor. La sala de estar es muy grande para un chico que vive solo. Me percato que hay un hombre de la tercera edad sentado en uno de los muebles de la sala, este se levanta y se dirige a nuestra dirección y extiende la mano para saludarnos, le devuelvo el saludo; le pide al mayordomo te para todos y nos sentamos en los diferentes muebles de la sala.

—¿Qué los trae por aquí detectives? —pregunta el hombre

—Venimos por un caso que nos asignaron. Se trata de un asesino que anda por las calles matando criminales como si fuera Batman —empiezo —, nos informaron que el asesino tiene su nombre registrado aquí en el pueblo de Egon.

—Mi capitán me comento eso mismo, detective —responde el chico —, pensé que irían mañana a nuestra central para discutir esto.

—Si pero quisimos adelantar trabajo ya que nos dieron pistas del asesinato de esta mañana —le doy la carpeta —. Resulta que la víctima recibía el nombre de Jordan Lee, era un ex convicto que había sido encarcelado en el 2019. El asesino lo mutilo a sangre fría dejando rastros de dedos y pies amputados.

—¿Jordan Lee? —inquirió el hombre —, él estuvo en prisión aquí en Egon pero lo habían trasladado a la cárcel de Carolina del Norte ya que era ciudadano de ese estado.

—Pues, el asesino lo mato un año después de su encarcelamiento —mencionó Mcoy

—¿Saben quién pudo haberlo hecho? —pregunto el chico

—Tenemos un nombre —digo yo —. Craig Williams.

Por un momento, los ojos del chico se oscurecen y su rostro cambia radicalmente. Aprieta la mandíbula y tensa los brazos.

—¿Saben quién es? —pregunta Hicks

—Es...—No termina la frase

—No es nadie —lo interrumpe el chico —, al menos no para mi.

—Chico si tienes alguna información, debes decirnos —dice Mcoy. Yo me quedo mirando al chico unos cuantos minutos para intimidarlo y hacer que coopere. No soy un hombre paciente

Al principio, vacila y duda en querer tener que decir algo hasta que cede:

—Era un paciente del psiquiátrico. —no le da largas a la respuesta

—Pero en sus referencias se indica que usted es su hijo —menciona Hicks

—Ese hombre nunca ha sido mi padre —espeta y señala al hombre que tiene al lado —, este señor de aquí, es mi padre, Joe Pearlford, ex teniente del FBI y el hombre que me ha dado todo desde muy pequeño.

—Señor Williams... —intenta decir Mcoy pero el chico no lo deja

—Señor Pearlford —corrige —, el Williams era por mi madre.

—¿y donde se encuentra su madre? —pregunto yo

—Tres metros bajo tierra, detective —sonríe sarcásticamente. Me voy a divertir molestando a este chico con mis interrogatorios

—Murió cuando él tenía 3 años —responde el hombre

—Ese hombre nunca me reconoció como su hijo y me abandono —continua el chico

—También se apellida Williams, ¿Cómo explica eso? —pregunta Hicks

—Tal vez pudo haber cambiado su apellido al apellido de casado que tenía antes de que mi madre muriera —opina el chico y añadió: —, cuando salió del psiquiátrico se había ido del país y se supone que había muerto por que, según los policías de la frontera mexicana, encontraron un cadáver que tenía su mismo nombre.

¿Cómo nuestro asesino no podía estar vivo si su sangre se encontraba en la escena del crimen de esta mañana?, algo muy raro esta pasando en este pueblo y no voy a parar hasta descubrirlo.

Asentimos ante la respuesta y el mayordomo llego con el te, por desgracia, debíamos irnos ya. Nos levantamos y los dos caballeros hicieron lo mismo.

—Bueno —le extiendo la mano al chico para despedirme —fue un gusto conocerlos. Disculpen la molestia.

—Descuiden —sonríe tranquilo —si necesitan algo pueden llamarme cuando quieran.

—Gracias.

Nos escoltan hacia la puerta y los detectives y yo nos dirigimos a mi auto. Definitivamente, algo no cuadra bien en este pueblo.

Por algo lo llaman el pueblo de los psicópatas

Subimos a mi auto y empezaron a parlotear como loros:

—No me convenció del todo —dice Hicks sentada en el copiloto

—A mi tampoco —respondió Mcoy, quien estaba sentado en la parte de atrás —creo que deberíamos hablar con el capitán.

—Mañana —alego —. Por hoy debemos hospedarnos en un hotel. Mañana haremos acto de presencia en la central de policía.

—¿Qué opinas tu, Spencer? —me pregunta mi amigo

—Opino que hay que vigilarlo muy bien —digo al mismo tiempo que enciendo el auto y salimos de la zona

Ese chico no me dio muchas respuestas pero esas respuestas no cubrieron el hecho de que algo raro esta ocultando. Lo se. Mi instinto de policía no falla jamás, por algo soy uno de los mejores detectives de la central de Carolina del Norte.

††††††††††††

Austin Williams

Esa visita de los detectives a mi casa no me da buena espina. He estado tan tranquilo que me pareció extraño que esta semana no se mencionara el nombre de mi jodido padre, cada vez que lo mencionan algo de mi vida se jode con tan solo pensar en donde estará ese viejo que se hace llamar mi padre biológico.

Estuve dando vueltas pensando. La cabeza me daba vueltas, tenia un vaso con whisky en mi mano izquierda y no se como carajos llego eso ahí. Mi padre adoptivo me veía y creo que no fue el único que se mareo. Bebi del vaso y me senté en uno de los muebles de la sala de estar.




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