C A P I T U L O 10

C A P I T U L O  10

"Tentaciones"

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Mansión Pearlford - 3:40 p.m. 

Austin Pearlford 

Los besos me relajan. Mis manos se hunden en su melena azabache mientra que la otra mano toma su cintura con fuerza haciendo que sienta el bulto que tengo entre los pantalones. Sus jadeos solo me encienden más, mi mano sube por su muslo subiendo poco a poco la falda negra que lleva puesta. Hago a un lado las bragas que imagino son de encaje por su textura y deben ser de color rojo. Toco su sexo con delideza, esta tan mojada que mi dedo se resbala dentro de ella, me mira a los ojos y yo le sonrio con perversión. 

—Ups —Musite y ella también sonrió de la misma manera dejando que la siga estimulando con mi dedo

Su espalda se arqueaba con cada estocada. Metí dos dedos esta vez en su canal, sus gemidos se volvieron cada vez más fuertes por el placer que le estaba dando, pero...

El maldito teléfono empezó a timbrar deteniendo mi accion al mismo tiempo que bajó la calentura que tenia a mil desde esta mañana. Contesto a pesar de tener los dedos untados de los fluidos de la chica que me tiene más caliente de lo que he estado antes y la voz de Spencer en la otra linea me hace querer colgarle en este momento, pero no lo hago ya que la diosa que estaba sentada en el sillon se acerca a mi gateando como si fuera una maldita gata en celo.

Baja el cierre de mi pantalón y saca mi miembro que esta más duro que una roca, mientras que hablo por teléfono con Spencer quien pareciera estarme haciendo un interrogatorio. 

—¿Como esta Joe? —Pregunta por mi padre haciendo que algo en mi consciencia me haga sospechar 

—¿Por que la preguntra? —Mi voz sale agitada por culpa de la morena que esta masturbándome con su boca mientras hablo por teléfono. Una gran fantasía desbloqueada y cumplida. 

—Solo queria saber como está, somos compañeros después de todo —Me dice y no logro entender su interés por completo 

—Esta bien, Price se esta encargando de su... —Me detengo un momento por la rapidez con la que esta empezando a masturbarme la morena de ojos verdes —... su seguridad. Lo siento. 

—No te preocupes.

Bajo el telefono por un momento para tomar a la morena de su larga melena para obligarla a que llegue hasta el fondo. La voz de Spencer preguntando que sucede me hace volver a colocar el telefono en mi oreja. 

—No sucede nada... —Mi respiracion se oye muy agitada —. Te llamo luego, estoy algo indispuesto por el momento, adiós. 

No dejo que se despida y cuelgo tirando el teléfono al piso. Tomo con fuerza a la morena del cabello con desesperacion. La empotro en el sillón, le destrozo las bragas y la embisto sin previo aviso tomandola del cabello con fuerza. Le gusta que la tome de esta forma. 

Le gusta mas cuando yo lo hago. 

Mis ojos se oscurecen, ejerzo mas fuerza en las embestidas y ella empieza a gemir mi nombre sin escrúpulos. Me encanta que lo haga, solo conmigo gime hasta quedarse sin voz, solo gime mi nombre conmigo. 

—¡Ah! ¡Craig! —Vuelve a gemir y me prende todavía más 

Las embestidas suenan como musica para mis oidos, cada vez que lo hago, nuestra piel se une, una y otra vez sonando como un maldito aplauso. Estoy a punto de correrme y doy unas ultimas embestidas con rapidez antes de soltar todo mi líquido en su interior. Dejo mi frente en su espalda y mis manos siguen manoseando sus senos y trasero que me vuelven a encender. 

—Buenas tardes para ti tambien, Craig —Me dice y sonrio sobre su piel, dejo besos húmedos en este y se empieza a reir como la niña consentida que siempre ha sido 

Me separo de ella y nos vestimos mutuamente de vez en cuando manoseandonos en el proceso. 

—¿Que se siente haber logrado una parte de tu maravilloso plan? —Me pregunta cuando ya tengo un cigarrillo entre mis dedos. Lo enciendo y le doy una calada, suelto el humo en su rostro y sus ojos verdes brillan 

—Nada, por que no sentiré nada hasta que lo complete 

—Entiendo. 

—¿Price aceptó? 

—Sin titubear. 

—¿Hicieron algo?

—No hay nada que no hayas visto que hemos hecho en su oficina —Esta mujer es más astuta de lo que pensé. Me quedo en silencio procesando su respuesta —. Si, lo sé. Sé que hackeaste el servidor de las cámaras solo para ver lo que hacia con él. Te conozco mejor que nadie, Craig. 

Se levanta quedandose enfrente de mi. Detallo su porte, su figura, sus dotes, sus ojos verdes que me encienden cuando aparece ese brillo en ellos. Me tiene mal, pero me gusta lo malo. Yo soy malo y estoy rodeado de gente mala igual que yo. 

—Hicimos cosas, le mame la verga unos minutos —Su descripcion de lo que vi me revuelve el estomago —, hicimos el 69, me penetró tanto que sigo adolorida, me nalgueo como si fuera su perra, pero...

Se sube en mi regazo otra vez.