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C A P Í T U L O 11

C A P I T U L O  11

"Decepcionado"

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Hospital Psiquiatrico de Egon - 7:30 a.m. 

13 de marzo de 2020

Joe Pearlford 

La puerta de mi habitación se abre dejando entrar a dos enfermeros altos corpulentos que me sobrepasan en fuerza física. Una de las enfermeras entre a mi habitación para darme la píldora de la mañana, como siempre en las rutinas del hospital. Me da un paso hacia la salida de mi habitación. Los dos enfermeros me escoltan hacia el comedor donde veo a un montón de adolescentes lunáticos. 

La enfermera me indica donde sentarme para desayunar y sigo manteniendo el papel de viejo desorientado por el Alzheimer que, según Price, tuve por la vejez. Me siento en la mesa y visualizo todo a detalle para que no se me olvide nada cuando me pongan la maldita inyección. 

A la semana ya habia vuelto a la normalidad, he fingido el tiempo que puedo para recordar lo que pueda mientras los días transcurren y asi no olvidar nada cuando Price vuelva a darme la dosis de Lorazepam que me causa el Alzheimer. Lo descubrí gracias a las jornadas y las actitudes sospechas de Price desde el momento en que recuperé la memoria y el efecto habia devanecido. Fingir ha sido lo unico que me ha ayudado a ganar tiempo mientras busco una manera de salir de aquí.

Es mi hospital, debí haber hecho alguna via de escape, pero recuerdo que siempre he sido precavido y nunca llegué a imaginar que él me hiciera esto. Me vio cara de idiota ese maldito. 

Miro a mi alrededor fingiendo que estoy tratando de reconocer el lugar hasta que la enfermera se posa enfrente de mi preocupada por saber por que me estoy empezando a alterar. 

—Hey, tranquilo amigo —Me dice acariciando mi cabello. Odio que me toquen como si fuera un anciano —. Todo estará bien, estás en el comedor, nadie te hará daño...

—¿Quiénes son estas personas? —Pregunto fingiendo extrañeza 

—Tus compañeros de ahora en adelante —Me responde y dirijo mi mirada alternandola en diferentes chicos que vociferan, patalean y son arrastrados por los enfermeros

Puedo ver como una chica de cabello negro lleva un vestido de diseñador. Otros discutiendo, peleando y exigiendo que los saquen de este lugar. Mi vista se centra en el gran conflicto que se escuchaba a centímetros del comedor. 

De repente, un disparo alteró a los demás lunáticos de aquél psiquiátrico y usé ese momento a mi favor para fingir que estaba caminando desorientado. Llegué al pasillo del rango tres, mis ojos necesitaban hallar algo que pudiera ayudarme a escapar, pero la voz de alguien me detuvo en plena acción. 

—Señor Pearlford —La voz de la enfermera que esta encargada de mi hace que gire la cabeza fingiendo confusión —. Al fin lo encuentro, un detective quiere hablar con usted, señor 

Me toma del brazo con delicadeza y miro su rostro para recordarlo el tiempo que sea necesario. 

—¿Como te llamas? —Inquiero 

—Andrea. Andrea Espinoza —Responde 

—¿Qué eres? 

—Su enfermera, señor —Dice con dulzura y trato de mantener el nombre de la enfermera en mi cabeza mientras que soy arratrado por ella hasta la sala de juegos 

Un hombre se levanta de una silla y me mira con total seriedad. Lleva una placa en su cintura con el cargo de detective grabada en este; tiene una camisa negra, un pantalon del mismo color al igual que sus zapatos, su cabello negro esta bien peinado. No recuerdo de donde lo he visto antes. Siento que lo conozco de semanas. 

—Señor Pearlford —Me saluda con respeto —. Supongo que no me recuerda, soy el detective Spencer, detective de homicidios de Carolina del Norte. 

Y mi cabeza hizo click al reconocerlo. Fue el detective que se me hizo parecido a... el... Me mantengo en silencio esperando que siga hablando. 

—De acuerdo, vine por que quiero hacerle unas preguntas sobre su situacion —Empieza —. ¿Recuerda el día que debía ir al bar?

No puedo hablar con él. Es un policía, los policías están siendo comprados por él. Necesito salir de aquí antes de cometer algún error. Ellos son sus cómplices. Ellos lo ayudan. Lo protegen...

—¿Un bar? —Me hago el incrédulo

—Supongo que no lo recuerda, ¿cierto? 

—No sé quién es usted, ¿por qué me hace tantas preguntas? —Me levanto alterado —. ¡Saquen me de aquí! ¡No sé quién es este tipo! 

—Señor Pearlford, por favor necesito que se calme...

—¡Dígale a su jefe que no voy a responder a sus preguntas! —Vocifero interrumpiendo lo. Espero que haya entendido mis últimas oraciones 

Andrea entra por la puerta junto con Price quien sostiene una jeringa en la mano. Evado sus cuerpos empujandolos para que me den paso a la salida, pero soy detenido por los dos gorilas disfrazados de enfermeros. Me inmobilizan con el rostro aplastado en la pared, me toman de los brazos con fuerza, Price se acerca a mi con una expresión malévola que me da cierto escalofrío y...

—¡Espere! —La voz del detective Spencer me da un rayo de esperanza para que pueda pensar en un plan lo mas rapido posible —. ¿Que le hará? 




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