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C A P Í T U L O 21

C A P I T U L O  21

“Pecadores”

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13 de Marzo de 2015

Central de Policia de Egon – 4:00 p.m.

Narrador Omnisciente

La mañana de aquel trece de marzo del año dos mil quince era bastante ardiente. En el pueblo era normal el clima caluroso en esas fechas y para buena suerte de nuestros detectives, no habían tantos casos de homicidio en esa época del año. Los habitantes planeaban con antelación sus viajes porque se acercaba el clima que más los molestaba.

Normalmente estaban acostumbrados al clima árido de Egon, con el frio calando en sus huesos por las madrugadas y con la sensación de sufrir de hipotermia cada vez que se daban una ducha rápida en sus hogares para ir a trabajar. La gente de Egon es… Peculiar…

Con el sol radiando calor sobre los techos de todas las casas, los detectives no podían darse el lujo de faltar a su trabajo. El hombre Pearlford de ese tiempo no era el mejor detective si no un simple policia de trafico que estaba sudando a chorros por el calor intenso de afuera.

Entro a la central sin decir una sola palabra que no fuera:

Demonios, que calor hace afuera.

Se despojo de su gorra que habia protegido algo de su cabellera que, en ese tiempo era un poco mas larga con sus puntas llegando a sus ojos. Peino su cabello hacia usando sus dedos para apartarlo de su rostro algo que hizo suspirar a la mayoría de las mujeres de la central de manera silenciosa.

¿Mucho calor, amigo? aparece el mejor amigo de Pearlford, quien le extiende una botella de agua.

El pueblo parecer arder en llamas dice metafóricamente.

Esta época del año siempre es asi, ya te acostumbraras le da una palmada en su espalda llena de sudor que traspasa la tela de su uniforme.

Ire a darme una ducha Thomas asiente.

Austin se va corriendo a las duchas que están luego de la bodega de armamentos. Se despoja de su ropa que esta empapada en sudor, toma una toalla y se mete a la ducha. Abre el grifo dejando que el agua tibia moje todo su cuerpo relajando sus extremidades. Mantiene los ojos cerrados, inspira y exhala profundo mientras sigue dejando que el agua moje todo su cuerpo.

Una figura femenina entra a la ducha. No lo toca, solo lo ve con morbo mientras muerde su labio inferior y se mantiene ahí parada mostrando su desnudez sin pudor alguno. Se acerca lentamente intenta acariciar al pelinegro, pero este detiene su mano con fuerza. Austin mira con confusión a la morena de ojos verdes.

¿Quién carajos eres? pregunta este mirándola a los ojos.

¿No me recuerdas? inquiere la morena.

No se responde una pregunta con otra señorita, es muy grosero de su parte la mira de forma despectiva.

No se lastima a una mujer, detective dirige su mirada a la mano de Austin quien aun sujeta la mano de ella.

El capta el mensaje y la suelta, carraspea y trata apartarse, pero la morena se lo impide.

No hemos terminado.

Claro que si, no voy a estar por mas tiempo desnudo ante su presencia.

Que cabellero, pero no hay nada que no haya visto ya adula la ojiverde.

No la conozco, señorita…

Mitchels completa la chica —. Hannah Mitchels, oficial.

Señorita Mitchels, perdón, pero debería irse sugiere el policía.

La morena empuja a Austin haciendo que su espalda choque contra la pared, lo besa sin un consentimiento, pero el no pone objeción, todo lo contrario, le responde con efusividad, deseo y un lujuria que no sabe de donde salio, pero sientes unas ganas enormes de follarla como si la conociera de antes o… de toda la vida…

La erección en su miembro es mas que notable, este roza su miembro con la entrepierna de la morena sacándole un gemido que el ahoga con su mano en la boca deliciosa de la chica, a quien no conoce para nada, pero en este momento, no siente tener el control de su cuerpo.

Toma a la morena de los muslos y ella entrelaza sus piernas en su cintura. El trata de evitar que esto llegue a mayores, no quiere tener problemas y mucho menos aprovecharse de una ciudadana del pueblo a quien ni siquiera conoce y probablemente este drogada. Separa sus labios de los de ella.

Señorita, por favor, debemos parar le suplica Pearlford.

No tengas miedo… murmura y luego habla en su oído: —…Craig…

Para Austin, parecía más un gemido intencional para despertar aquello que el siempre quería reprimir, pero esta mujer logro quitarle el poco a autocontrol que le quedaba sobre su cuerpo.

De repente, la sensación de un vacío se apodera de el, mira los ojos de la morena brillando por última vez y luego… todo queda borroso… y luego… vacío…




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