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C A P I T U L O 13

C A P I T U L O  13

"Navidad Oscura"

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24 de Diciembre de 2015

Calle Serpent - 7:00 p.m.

Narrador Omnisciente

Luces blancas y amarillas eran las que se iluminaban en todo el pueblo de Egon, los niños jugaban con la nieve que se acumulaba en las calles siendo cubiertos por el manto blanquecino que caía del cielo. 

Egon no parecía ser tan escalofriante y aterrador en ese tiempo, al contrario, el sol era más brillante frente al territorio, pero en un lugar recóndito de este, se encontraba una casa. 

La casa que decían estaba embrujada.

¿Por qué?

La calle Serpent, la peor calle del pueblo donde pasaban múltiples accidentes causados por tres adolescentes traviesas que les gustaba hacer de las suyas cuando alguien se atrevía a cruzar aquella calle y salir con vida. 

Lo disfrutaban, lo deseaban, era su instinto como si se tratara de depredadoras en busca de algo que comer. Tres chiquillas de ojos esmeraldas, cabellos castaños, algunos ondulados y otros lisos; y las tres con buena genética, o podría decir que genética criminal. 

Estaban escondidas detrás de unos arbustos que apenas crecieron debajo del cielo nevado de aquella noche buena, las tres sonreían conspirativamente esperando el momento en que un auto pasara por la carretera que los lleva al centro de Egon. Esperaban impacientes que alguien apareciera para cometer sus travesuras de niñas adolescentes. 

—Esto es un asco, Hannah —se queja la mayor de las hermanas —. Dijiste que hoy nos divertiríamos y mira a donde nos trajiste.

—Hoy estas en tus días y por eso estás insoportable —recrimina la segunda hermana. 

—¿Como lo sabes? 

—Por favor, conozco la irritación femenina cuando la veo.

—Cállense —demanda la menor de las hermanas. 

Las tres enmudecen, escuchan a lo lejos un auto acercarse, se preparan para empezar su plan y...

—¿Que creen que hacen, muñecas? —sus pieles de color caramelo se transforman en un blanco pálido, expresando su temor hacia la voz de aquel hombre que las convirtió en lo que son ahora.

—Estábamos jugando, tío... —declara la mayor de las hermanas inocentemente con el arma en su mano escondida detrás de su espalda.

El hombre se acerca a ella, la voltea y toma el arma, revisa, está con cuidado para luego empujar a la chiquilla de tan solo catorce años. El hombre hace lo suyo, apunta hacia el auto que se acerca y dispara causando que el auto se estrelle contra los arbustos del lado contario. 

Las chicas quedan desconcertadas, ellas querían hacerlo por su cuenta, pero el hombre de ojos azules brillantes no dejo que ellas hicieran el trabajo sucio. 

—¡No es justo! —se queja la menor.

—Cuando tengan la edad suficiente, podrán usar un arma y disparar con sus propias manos —dictamina el hombre —, mientras tanto, vayan a casa como las muñecas obedientes que son. 

—Tú no eres nuestro padre —murmura la mayor de ellas. 

Esto desata una tremenda cólera dentro de aquel hombre de ojos azules, toma del cabello a la mayor de las hermanas y la arrastra por el suelo, dejando que se lastime con las ramas secas en los brazos y piernas. Las últimas dos lo persiguen tratando de ayudar a su hermana mayor, quien suelta una gran cantidad de lágrimas por el dolor causado por las ramas que se incrustaron en sus piernas, eran pequeñas, pero el dolor se volvió intolerable. 

La dejo en medio de un agujero lleno de tierra, la sangre que brotaba de su pierna salía a chorros. Hannah y Michelle intentaron acudir a ella para sanar su herida, pero su tío no las dejo hacer tal cosa porque les propino una bofetada que jamás olvidarían. 

—No soy su padre, pero soy su sangre y puedo hacer lo que me plazca con ustedes —vocea su tío. 

Las tres se ven a los ojos, quieren hacer algo, pero en el fondo saben que no pueden hacer nada. Lo quieran o no, son familia y lo que hace en la familia, se queda en la familia. 

El hombre, quien es llamado Craig Williams, se desabrocha los pantalones y se despoja de toda su ropa en el proceso. Heather se da cuenta de sus intenciones, al ver esa sonrisa maliciosa y perversa siendo dibujada en sus labios, las chicas tratan de ayudarla, pero es inútil, ya él estaba acorralándola colocando su cuerpo sobre el de Heather. 

Hasta que, de repente, Hannah toma el arma que fue tirada por su tío en el suelo, le apunta con esta y quita el seguro para causar mayor terror en él, algo que no ha logrado ni por asomo. Por pura actuación, Craig toma a Heather del cuello, asfixiándola. Hannah se lo cree y sonrie con superioridad. 

—Sueltala... —tiembla de adrenalina —... Ahora... 

Craig suelta a Heather lentamente y levanta las manos, la mayor de las trillizas corre hacia Michelle quien la retiene en su sitio por unos momentos esperando que Hannah dispare y acabe con Craig Williams, el hijo de puta que ha jodido su infancia por mas de 12 años. 




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