Ariel y Uriel - Almas hermanas

Capítulo 19- La cuna patriarca

— ¿Ahora qué? —espeto casi como un reflejo

—Su fuente. —dice el profesor. Anonadado. Nos giramos a él. —Está aquí. En la Tierra

— ¿Cómo es eso posible? —pregunta papá. Estupefacto

—Pertenecen aquí —agrega Alex

—Nacieron aquí. Crecieron aquí. —añade Ariel. —La Tierra es su hogar

— ¿No se supone que su fuente debía haberse materializado en alguna parte del universo? —expone la reina

—Esta es una parte del universo. —responde Lucifer. —La ubicación de las fuentes no está siempre a capricho de papá. En especial esta fuente

— ¿Quién más sabe que se ubica aquí? —cuestiona mamá

— ¡Disculpen! —grito. Se giran a verme. — ¿Tenemos derecho a una pregunta o hay una lista de espera para eso?

—Y en dado caso de que la respuesta sea sí nosotros vamos a avanzar. —dice Ariel. —No tenemos tiempo para esto. —declara.

Se gira de nuevo a mí y con una mirada me dice que dé el primer paso hacia adelante; algo que ejecuto de inmediato.

Sin girarme, ambos podemos percibir que los demás han decidido abandonar la discusión y seguirnos.  

Caminamos, siguiendo con la mirada el techo majestuoso de agua. Nuestra vista está clavada ahí cuando súbitamente un par de símbolos aparecen.

—Son símbolos arcanos. —responde Alex a nuestra pregunta no expresada.

Camina detrás nuestro. A paso lento. Guarda su distancia.

—No siempre aparecen. —continúa. La velocidad de nuestros pasos se decrece un poco. —La primera vez que lo hicieron casi me voy de nalgas contra el piso. —cuenta y ríe ligeramente. —En su momento creí que había sido una artimaña de Arol, pero luego me di cuenta de que no es así; de donde sea que provengan, está adherido al templo. Por una fuerza más grande de la que puedo entender —nos detenemos y nos giramos a él

— ¿Más de la que puede entender Arol? —cuestiono  

—Ni siquiera sé cuál es el verdadero alcance del poder de Arol. Sé que es muy grande. —resalta. —El problema es que jamás me deja ver todo

—Quizás intenta protegerlo. De la oscuridad —sugiere mi querida hermana

—Yo no le temo a la oscuridad. —asegura. —Fue mi hogar por mucho tiempo. ¿Cómo podría temerle a eso? —resalta. —Me siento más en casa en ella, que en lo que se dice ser luz. Una vez un ingenuo monstruo en mi cabeza intentó perturbarme y sabes qué fue lo que hice

—No —responde Ariel. Neutral

—Le mostré lo que es un verdadero monstruo. E hice que jamás olvidara el que tratar de asustarme en mi propia casa es un intento suicida. —medio sonríe al final. Mi hermana y yo intercambiamos miradas; curiosas. —Así como puedo pintar un paisaje rosa en una abrupta tormenta, resaltando que amo la tormenta claro, —alardea—también puedo volver los cuentos de terror que los padres cuentan a sus hijos en una verdadera pesadilla

—Logró vencer sus miedos —premio

—Me obligaron a hacerlo. —corrige. —El resultado es el mismo, pero el proceso es más hostil en mi caso. Consejo. —nos mira a ambos. —A veces una opción es la única opción en un pajar de posibilidades. El resultado será el mismo de acuerdo o no. —aguarda un segundo. —Así que vuélvanlo sencillo y elíjanlo por ustedes mismos

—Gracias por el consejo. —responde Ariel. Los demás se limitaban a escuchar.

Luego, él parece soltar el aire; algo extraño a nuestra vista, pero sé lo que significa a pesar de no estar acostumbrado.

—Ese fue Arol ¿cierto? —digo. Medio risueño

—A veces suele ponerse un tanto intenso. —constata. Ríe un poco. —Pero continuemos. —nos indica que sigamos caminando y nosotros obedecemos. —Decía que no siempre aparecen. No he logrado detectar algún patrón o un evento causal que lo detone, sin embargo, como verán son bastante hermosos, y me alegro cuando aparecen. —siento que sonríe. —Aunque no sé lo que significan, al menos no todos

—Lealtad —digo en voz alta cuando uno más se materializa a nuestro paso

—Justicia —añade Ariel

—Amor —escupe Dylan. Me detengo y me giro a verlo. Me sonríe y le sonrío.

—Está impreso en todos los Comnopolios. —resalta papá.

Retomamos el avance.  

—Y es el que más presente está en el templo —anuncia Alex. Casi acercándonos a la entrada

— ¿Qué encontraremos exactamente ahí dentro? —aprovecho para preguntar

—No sé cómo es que funciona realmente. —comienza a responder. —Pero para alguien como yo ajeno a él, es un destino de paz. Permite conectarte con tu semilla

— ¿Semilla? —repite Ariel, algo fuera de contexto

—Tu núcleo interior. —responde el profesor por él. —Contiene toda la información de tus ancestros. Te ayudó a pararte, a caminar, a comer

—Al parecer ese es el efecto que causa en cualquier persona que no sean ustedes. Y cada una verá algo diferente. Se conecta con esa semilla a través de un paisaje único. Por ejemplo, conmigo es una casa. Es esta casa 




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