Armagedon

Capitulo 1.- Lluvia de fuego

Me he cuestionado mucho sobre cómo empezar a narrar la historia pero llegué a la conclusión de que ese día fue el que algo me cambio hasta el alma, literalmente.

Yacía en cama durmiendo cuando algo me despertó de repente, era la luz del amanecer y a pesar de ser una simple luz, me sentía muy alterado por esta a pesar de ser algo muy cotidiano, seguido de eso note el abundante sudor en mi cuerpo que incluso escurría por toda mi ropa, bostece y me levanté directo ala ducha mientras me desvestía de forma apresurada.

Entre a la ducha y al simple sonar de el agua cayendo, sonó la voz de mi madre desde afuera:

-¿Ya estás despierto?- preguntó ella (siendo algo obvio, pero siempre ame eso de ella)

-Si...-le respondí aún con mi voz algo afónica la cual es la típica de recién levantado.

-Apresúrate o perderemos el vuelo- dijo mientras la escuchaba alejarse.

No recordaba ningún viaje familiar o algo así pero hasta ese entonces tendía a olvidar las cosas con facilidad; de la voz de mi madre se notaba lo emocionada que estaba por el viaje y al pensar en eso solo sonreí y seguí en lo mío.

Mientras me duchaba venían a mi cabeza imágenes intermitentes de un extraño sueño que acababa de tener pero no podía memorizar ninguna después de verla, era una extraña sensación que decidí ignorar pero que no desaparecía; termine de alistarme y baje a la cocina desde donde pude notar un pequeño montón de maletas.

-¿A dónde vamos?-pregunté mientras me sentaba en la barra de la cocina.

-Vamos a...-Mi madre pronunció apenas esas 2 palabras para luego congelar su rostro en una sonrisa con la boca abierta, era evidente que al igual que yo había olvidado nuestro destino...Esto asegura que su condición es hereditaria....

Momentos después entra mi padre desde el patío de atrás, tiene una calmada sonrisa en su frío rostro.

-Al lugar al que vamos le encantará a nuestro pequeño-dijo mi padre refiriéndose a mí con su poco expresiva voz.

Jamás vi a mi padre carcajear tanto como otros hombres de su edad o algo semejante a desbordar sentimientos, aun así, jamás sentí que me faltó amor.

Cuando oí sus palabras no pude pensar en nada más que la grande y hermosa nación del sol naciente, Japón.

-¡Espero lleguemos rápido!- dije disparando mis emociones.

-¡Yo también lo espero!- dijo mi madre haciendo segunda a mi fanatismo.

-Recuerden que solo será un tiempo y no habrá lugar para cosas Otakus-dijo mi padre algo serio.

Sentí sus palabras a manera de prohibición y agaché un poco la cabeza pero mi felicidad no se desvaneció, no alegué con el pero tampoco dejaría que la tristeza me invadiera; mi madre al contrario de mi...

-¡P-pero sería un gran desperdicio cariño, debemos aprovecharlo al máximo y y y ...!- se quejaba tomándolo de su camisa suavemente haciendo una escena de berrinche como niña pequeña, a lo que mi padre sólo sonrió y dijo:

-Bien...talvez haya algo de tiempo...-al decir eso abrazo a mi madre y ella río de manera mimada.

A mi madre y a mí siempre nos encantó todo tipo de cosas niponas, así que no perderíamos la oportunidad de empaparnos de más de esa cultura tan extravagante y maravillosa.

Después de el desayuno y preparar algunas cosas más para el viaje salimos a subir maletas a un taxi que nos esperaba, mi padre regreso un momento adentró, pude observar que rezaba a una cruz en nuestra sala para luego salir y cerrar muy bien con llave; en el camino al aeropuerto mis padre leían un libro cada uno mientras yo miraba por la ventana con la mente en blanco, así que para mí fue solo un instante. En el aeropuerto mi madre no me dejaba de la mano y mi padre cargaba casi todo excepto una pequeña mochila que yo tenía y el bolso de mi madre; me sorprendía la fuerza de mi padre ya que había cosas bastante pesadas en las maletas pero el solo caminaba con su inexpresivo rostro.

Los viajes eran más complejos de lo que yo creía; en el aeropuerto siempre hay momentos tediosos como largas filas en ese extraño punto de seguridad de las maletas en el cual estuvimos atascados un buen rato porque al parecer había algo extraño dentro de la que papá tenía.

Un rato más tarde nos encontrábamos dentro del avión, sin embargo, el despegue se atrasó por otra hora debido a algunos problemas que no se nos revelaron, o al menos no lo recuerdo; a pesar de que lo tedioso que era estar en un avión, no estaba completamente incómodo ya que íbamos en primera clase donde siempre hay muchas cosas entretenidas a la disposición de los pasajeros, aún así, lo estresante no era el hecho de la gran espera, si no que jamás había viajado en un avión y varios rumores rondaban mi cabeza, como la presencia de terroristas, que un motor del avión estalle o que un rayo destruya el avión; mi mamá noto mi preocupación y al verme sonrió y acaricio mi cabeza:

- ¿Estas bien cariño?- me pregunto mientras me miraba con una sonrisa.

-Es que...- Mi voz temblaba no poco mientras le explicaba mis preocupaciones y mi tono de voz era bajo, además de tener una muy característica sensación de que iba a llorar aunque no lo haría.



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Editado: 06.03.2019

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