Armagedon

Capítulo 3.- Sword Stone

Era obvio, no estabamos en tierra firme y 1000 cosas pasaban por mi cabeza, resaltando el hecho de que la ultima vez que estuve en el aire termine en ese lugar, ademas, si estabamos en el aire no podía escapar o moriría al caer desde tal altura; comencé a sentir panico, mis piernas temblaban, asi que histerico me separé de Rose haciendo que su cigarro cayerá al suelo haciendo que ella se pusiera nerviosa mostrandome un rostro de panico:

--¡C-calma...n-no pasa nada!--me dijo tartamuda a la vez que respiraba mas a prisa.

Aprete los dientes al escucharla y comencé a hacer una rabieta, mis lagrimas escurrían como un grifo abierto y sollozaba junto con el tipico llanto molesto de un niño,era tipíco, era solo un pequeño en medio de una situacion que traumaría a cualquiera; Rose intentaba calmarme sobando mi cabeza, lo hacía algo frenetica, con temor, sin embargo, yo ignoraba eso,entonces en un ataque de ansiedad me heché a correr hacia la ventana, la golpeaba en mi desesperación de huir de ese lugar:

--¡Quiero ir a mi casa, sacame de aqui ya!-- gritaba mientras sollozaba y moqueaba.

--Ese vidrio esta reforzado, no le harás nada, entiende que no nos dejarán salir, porfavor, ven conmigo...-- ella me suplicaba con una voz quebrada al bordel del llanto, lo que sea que fuese que ella temiera... era algo que la tenía nuy atormentada.

De repente algo interrumpió tan fatal escena:

--¡¿Que mierda esta pasando aquí?¡--

Miré en la direccion de donde venía la voz, encontrandome con unos hombres vestidos con trajes militares color gris, armados con rifles pesados apuntandonos; al verlo de esa manera Rose entró en panico y se tiro al suelo cubriendo su cabeza:

--¡No, n-no n-nos d-dispa-paren!-- gritó llorando de la misma manera que yo lo hacía.

Horrorizado, huí corriendo en la direcciom opuesta a los soldados esperando de manera ingenua que no me dispararán; corrí con todas mis fuerzas esperando encontrar una salida hasta que frené bruscamente al chocar con algo que me hizo caer al suelo, mira al frente y me tope con otro soldado, apenas me dio tiempo de parpadear cuando me dio un fuerte golpe con la cacha de su arma justo en la cabeza, de nuevo estaba en el suelo, no podía escuchar nada y poco a poco todo se volvió oscuro. Estoy consiente que hasta este punto, no he hecho nada mas que ser golpeado y noqueado, sin embargo, hubiera preferido permanecer todo ese tiempo noqueado antes que experimentar todo lo que se avecinaba de manera inminente a la vez que yo lo ignoraba.

Al despertar sentía una leve molestía en la cabeza, era el mismo despertar que las veces anteriores, solo que esta vez no sentía frío y podía sentir algo cubriendo todo mi cuerpo; al despavilarme una luz palida pero clara y molesta, me daba justo en los ojos, por que me voltee de inmediato hacia otro lado raspando mi cara sobre lo que estaba acostado, asi que me sobe la mejilla levemente irritada por el rose; me encontraba sobre un monton de telas grises que me acolchonaban y cubrían del frio lugar en el que me encontraba, por curiosidad las olfatee un poco, me di cuenta que no se lavaban hace semanas y alguien las ha estado usando, es decir, si bien no apestaban, tenían ese olor caracteristico en ellas que te hacía pensar que algo no esta limpio, a pesar de su olor, me agradaba ya que era parecido a la vainilla o a la canela, tambien noté lo asperas que eran esas telas, probablemente por la falta de limpieza, de cualquier manera me dio igual y prosegí a observar mas el entorno, asi que me senté en esa pila de telas; antes que nada , me di cuenta que ya no tenía esas cosas como tentaculos pegados a mi, asi que sonreí aunque había perdido una potencial arma, pero no le preste atención; frente a mi podía ver aparatos muy extraños propios de un laboratorio de una película de ciencia ficción, algunos echaban chispas, otros emitían un leve sonido de estática y las clásicas incubadoras gigantes llenas de líquidos de dudosa procedencia, el cuarto era mucho más grande, así que me levanté para explorar un poco olvidándome de lo peligroso que era este lugar, al levantarme pude notar que al lado de la pila de telas en la que yo estaba, había 2 más a su izquierda, por lo que supuse tuve compañía mientras dormía o la deberé tener en caso de tener que dormir ahí:

-Espero que no sea alguien desagradable- me susurre a mi mismo.
-¿A quién llamas desagradable mocoso?- sonó una voz justo detrás de mi, lo cual me hizo dar un gran salto hacía atrás a la vez que me giraba para ver quien me llamaba, del susto caí de nuevo encima de la pila de tela; mientras evitaba vomitar mi corazón del susto, mire frente mío a una niña, ella había salido detrás de una de las maquinas cargando una caja llena de herramientas, ella era probablemente un poco mayor que yo; cabello corto castaño lacio y algo enmarañado, tez clara, ojos marrón oscuro, una estatura baja aunque un poco mas alta, una mirada indiferente; vestía una bata blanca que claramente le quedaba grande, pero, lo mas extraño en ella es que debajo de la bata vestía un traje de conejita, una muy extraña combinación.

La niña rió un poco y sonriendo dijo:

-No te preocupes, no te haré daño-

-L-lo siento, me asustasté- dije tímidamente tartamudo



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Editado: 06.03.2019

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