aroma a cafe

Tus labios

Otra vez podía oler esos huevos revueltos y es que se estaba volviendo algo repetitivo, cuando llegue a la cocina allí estaba ella con los audífonos puestos, ahora se había convertido en mi alba con esa dulzura que la caracteriza, hacia algo para desayunar, como un hombre sonámbulo el cual persigue sus sueños me acerque lentamente mientras estaba distraída, de espaldas la cogí de la cintura, repentinamente volteo su cabeza y al verme pude ver su hermosa sonrisa, nos fuimos acercando lentamente hasta que volvió a suceder, piel con piel, era feliz aunque estuviera mal, pero son cosas que no se pueden evitar, ese sentimiento había sobrepasado mi razón dejándome solamente con ese sentimiento ademan que no paraba.

Empezamos a comer mientras nadie decía nada solo eran sonrisas continúas y gestos cariñosos, estaba tan perdido en ese momento que no me fijé en la hora, rápidamente cogí mi mochila y salí inmediatamente al trabajo.

Era la segunda vez que faltaba a zafra y es que no tenía tiempo para un buen café, cuando llegue al trabajo todo parecía común y corriente excepto esa nota, era una carta de esas de amor, parecía todo color de rosas hasta que me fijé en el autor.




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