Quede sin palabras al leer ese nombre, ese nombre que trae consigo muchos recuerdos y momentos felices, al final de la carta había una invitación para ir a verla, no lo dude un segundo y aliste mis maletas para esperar pacientemente y volver a encontrarme con aquella niña de ojos azules que marco de manera significativa mi infancia.
En la carta se encontraba un boleto de avión, emprendería el viaje dentro de dos semanas, solamente contaba los días para estar con ella y abrazarla como lo hacíamos de pequeños, el destino seria Irlanda, en los acantilados de moher, siempre me había dicho que quería ir a Irlanda, por lo que pienso que cumplió su sueño de pintora en dublin.