Arte en Movimiento

Prólogo.

Me gustaría que la vida fuera igual que el baile.

Delicado.

Preciso.

Hermoso.

Lleno de pasos e instrucciones claras.

Quisiera que mi vida fuera así, donde tenga un manual para saber qué hacer, como hacerlo y demás, una gran línea recta que me haga llegar sana y salva a mi meta.

Desafortunadamente no es así. Tengo una familia increíble que me apoya en todo, un talento nato para el arte y una destreza increíble para el baile, pero algo ha opacado mi felicidad: las constantes burlas que sufro en la escuela.

He soportado burlas, desprecios y hasta maltratos por mi físico, por no ser la típica chica bonita, por ser diferente a las demás. Las mismas chicas molestándome año tras año, las mismas chicas que me volvieron tan tímida, callada y temerosa, una persona completamente diferente que soy cuando bailo.

Al bailar me oculto tras una máscara, doy lo mejor de mi tras un velo de misterio que me hace sentir segura. El arte y el ballet son mi refugio, mi paz, esa casa de cartas que me hace ignorar mi pésima suerte en mi vida social.

Al aceptar el enseñar a niñas ballet no pensé que llegaría a conocer al chico más tierno, dulce y amable del mundo, no pensé que él se fijaría en mí, no pensé que él me amara con la misma fuerza con la que comencé a amarlo cuando lo vi por primera vez pensando que era algo imposible.

Ambos teníamos el mismo sueño: vivir de nuestra pasión, no rendirnos jamás y dar lo mejor en el escenario.

¿Funcionaria eso en la vida real? ¿Podría ser lo suficientemente fuerte para luchar por lo que quiero y no dejarlo ir por mis inseguridades? No lo sabía en el momento, tenía que esperar y descubrir que pasaría, pero él fue una de las personas que me enseño que la vida es igual al arte, solo que esta era arte en movimiento.




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