Arte en Movimiento

Capítulo 5. Emociones desbordadas.

Farijh.

 

–Aguarda un momento –pidió mi mejor amiga, Lena, luego de que estuviera hablando la mayor parte del tiempo, o más bien, gritando –. ¿Me estás diciendo que vas a bailar con Park Jimin, tu más grande ídolo, en un evento organizado por la universidad por medio de la invitación de tu directora?

 

–¡Sí! –chillé emocionada, incluso agitando mis manos ante la energía que estaba desbordándose de mi cuerpo.

 

–De acuerdo, no esperaba eso –se echó a reír, aflojándose la cola de caballo que tenía amarrado su cabello –. Uno de tus más grandes sueños se hace realidad, te felicito. Te daría un abrazo si estuviera contigo.

 

–Muchas gracias, Lena. Aunque todo esto es tan emocionante que creo que estoy soñando, tengo un problema.

 

–¿Cuál?

 

–¿Cómo podre bailar con mi ídolo sin ponerme nerviosa o tímida? Sería un desastre.

 

–Bueno, al parecer ese alter ego tuyo hace un buen trabajo manejando la situación, admitiste que no te cohibiste demasiado la primera vez que se vieron en la academia, pero, ¿no te da miedo que descubra que eres Farijh Spencer?

 

–No creo que sea tan sencillo –fue mi respuesta, porque es algo que ya he estado pensando –. Mi cabello siempre está amarrado en una coleta o recogido, y como uso gel para evitar que me estorbe al bailar, se oscurece un poco.

 

»Mi voz suena diferente cuando hablo en coreano, de hecho, el acento ayuda mucho a ocultarlo. Tampoco creo que se fije en mi figura, la mayoría de veces he estado usando vestidos o camisas holgadas cuando lo veo, y en cuanto a mis ojos, no hemos estado tan cerca para que los recuerde.

 

–Yo lo decía más por esa frase de "la verdad tarde o temprano sale a la luz" –comentó, recargando su mejilla de la palma de su mano, ladeando levemente la cabeza –. Sabes que no soy muy devota de las mentiras, así que, ¿por qué no le dices que el cisne blanco eres tú?

 

–Me da miedo hacerlo, que tal... ¿Qué tal si se decepciona? Mi vida normal no tiene nada de emocionante o especial, pero cuando soy el cisne blanco todo brilla, es hermoso y digno de ver –confesé en un tono triste.

 

Yo no era nadie sin mi alter ego al bailar, sólo una chica sumisa, débil y torpe que cualquiera pudiera manipular. Nadie me recuerda, nadie se emociona tanto al verme, soy sólo alguien más, alguien tan común, que jamás llamaría la atención.

 

–Nena, no deberías pensar as de ti misma. Eres de las personas más increíbles que conozco. Tu potencial y valor no se definen por el baile, también por la clase de persona que eres, y puedo decir sin miedo o duda alguna, que eres excepcional.

 

–No estoy tan segura de eso –murmuré en voz baja, observando el moretón en mi antebrazo, hecho por HaNa el día de ayer, cuando intenté zafarme de su agarre al querer huir de su presencia.

 

–¿Disculpa? No te escuche muy bien –sacudí la cabeza, alzando la mirada a la pantalla del computador.

 

–No dije nada. De todos modos, me siento cómoda con mi secreto, si lo siento como una carga, lo pensaré y decidiré si decírselo o no.

 

–De acuerdo, eso está bien.

 

–¿Cómo va tu maestría? –pregunté, para desviar la atención de mi asunto.

 

Lena suspiro, contándome con lujo de detalles sobre su estadía en la universidad donde fue a estudiar su maestría. Ella ha sido mi mejor amiga desde los diez años, nos conocimos cuando fui a Londres a estudiar, debido a que mis padres se quedaron allá un tiempo, antes de establecerse de manera permanente en Seúl.

 

A diferencia mía, Lena tiene raíces colombianas de primera, aunque sus padres y abuelos han vivido casi toda su vida en Londres, por lo que habla inglés y español con bastante fluidez, además de alemán y portugués. Congeniamos muy bien desde el primer día de conocernos, fue de esas amistades que sabes que serán para siempre.

 

Aunque ella posee una personalidad seria, analítica y educada, también una dulce, divertida y relajada, no es tan arriesgada, pero tampoco se queda con la duda, es un equilibrio perfecto. Sigue con la herencia familiar de estudiar abogacía, y cuando terminó en Londres, se fue a Suiza a hacer una maestría en derecho civil.

 

Quiere ayudar a la gente lo más que pueda, algo muy admirable en ella, la admiro demasiado, Lena es muy determinada cuando se lo propone, ninguna de sus metas le ha quedado grande, es una especie de súper héroe para mí. Tenerla lejos no es algo que agrade, pero sabemos que contamos la una con la otra sin importar distancia.

 

Sinceramente, no sé qué haría sin mi amiga, que más que mi amiga es mi hermana. Me ha apoyado en tantas cosas, impulsado en otras y consolado cuando no me salen a mi manera, espero algún día lograr retribuirle todo eso, todo el amor y apoyo que me ha dado, se lo merece de verdad.

 

–Por cierto, ¿qué ha pasado con ese pequeño escrito que me mandaste la última vez? –pregunté, al recordar lo asombrosa que es Lena con las palabras, ya sea escritas o habladas.

 

–Lo publiqué en esa página de la que te hablé. Parece que a la gente le gusta, mis visitas y votos suben cada día mas –sonrió, aplaudiendo ante su logro.

 

–Te lo dije. Tienes un talento enorme para eso. Aun no supero el primero que me diste a leer, fue mágico.

 

–Es sólo un pasatiempo, nena, nada importante –se rio, mirando a un lado –. Lo siento, debo colgar ahora. Tengo un seminario al que asistir mañana y ya es demasiado tarde, debo ir a dormir.

 

–Está bien. Muchas gracias por dedicarme tiempo –le sonreí de manera dulce, a lo que ella rio.

 

–Para ti siempre estoy disponible. Mucha suerte con tus ensayos, reflexiona sobre lo que te dije y deslumbra a ese amor tuyo.




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