Jimin.
–¿Quién? –pregunté, al escuchar la puerta de mi habitación ser tocada.
–Soy yo, Jimin –respondió la voz de JungKook.
–Adelante –fueron mis palabras, observándolo abrir la puerta, cerrándola detrás de él.
–Necesito de tu ayuda –pidió, pareciendo un poco nervioso y ansioso.
–¿Para qué?
–Quiero darle un regalo a Anya, algo que ha estado rondando en mi cabeza desde hace un tiempo.
–¿Qué cosa? ¿Un anillo? –pregunté divertido.
–Efectivamente, un anillo –confirmó, por lo que lo observe atentamente.
No me sorprende su respuesta, ya muchas veces ha dejado en claro que le gustaría casarse con Anya, que la ama lo suficiente para unir su vida con la de ella en matrimonio, sin embargo, hay un punto importante que él parece ignorar:
Anya no cree en el matrimonio.
No la escucharas decir que su sueño máximo es vestir de blanco y caminar hacia un altar a encontrarse con la persona con la que uniría su vida, jurando amor eterno y votos que cambiarían con el pasar del tiempo, según su perspectiva. Las razones del porque no sé ve en ello, son tres.
La primera, es que sus padres no tuvieron un buen matrimonio, su abuela enviudo antes de que naciera y no considera los matrimonios en sus demás familiares como algo ejemplar. La segunda es que cree en Dios, sin embargo, no está del todo de acuerdo con lo que varias religiones predican, así que decide no meterse en ello.
La tercera, pero no menos importante, es que siempre ha visualizado su futuro sola, sin familia, esposo o algo como eso. Puede que esa visión haya cambiado ahora, debe recalcarse que al iniciar su relación con JungKook, descubrió nuevas cosas de sí misma que han hecho cambiar sus pensamientos, pero, ¿el matrimonio? No estoy seguro de eso.
–JungKook, no es que quiera desanimarte, pero no estoy seguro si es el momento adecuado para hacer algo así –expliqué con suavidad y tacto, no quería hacerlo sentir miserable.
–No tienes que decírmelo, sé lo que piensa Anya ahora del matrimonio, sin embargo, no es un anillo de compromiso el que busco –aclaró –, es un anillo de promesa.
–Bueno, es un poco menos serio que el de compromiso, pero más formal que una relación de novios –murmuré, pasando una mano por mi cabello –. ¿Alguna razón en especial por la que quieras hacerlo?
–Llámame loco, pero algo en mi corazón me dice que es el momento adecuado –suspiró, colocando una mano en su pecho –. Tenerla cerca aún se siente como un sueño para mí, pensé que pasaría al menos un año o más para volver a tenerla así de cerca, y el que este aquí ahora, me hace sentir algo inexplicable en el pecho.
»Sonará apresurado, pero ya no sé cómo eran mis días sin ella, sin sus sonrisas, abrazos o su sola presencia. Quiero que Anya sepa lo especial que es para mí, quiero que todo el mundo lo sepa, y fue cuando se me ocurrió esa idea.
No dije nada los primeros segundos, al finalizar su explicación. Lo observé detenidamente, analizando sus palabras, la manera en que sus ojos brillaban y la sonrisa que parece no se dio cuenta, comenzó a dibujar en sus labios conforme más y más hablaba. Había una sola cosa que justificaba por qué JungKook pensó en todo eso.
–Tu estas terriblemente enamorado –señalé lo obvio y la razón por la cual pensó en ello.
–¡Lo sé! Y me encanta –se echó a reír, pasando sus manos por su cabello –. Me encanta amar a Anya, me encanta que me amé, me encanta todo. Necesito hacerlo, debo hacerlo o de lo contrario, siento que explotaré.
–Entiendo, entiendo. Es demasiado importante para ti –reí un poco –. Bueno, te vez demasiado seguro y contento con tu decisión, así que cuenta con mi ayuda para buscar el anillo ideal para mi amiga.
–¡Si! Gracias, Jiminie –gritó feliz, lanzándose hacia mí, abrazándome mientras reía. Le correspondí el abrazo, palmeando un par de veces su espalda, disfrutando de su risa –. Hobi también se nos une, está muy emocionado con esto –comentó, separándose brevemente.
»Pero quiero que sea una sorpresa para ella, así que hay que ser muy precavidos con nuestras salidas.
–No hay cuidado, seré bastante discreto.
–Ya que la mencioné… Nos mostró tu presentación del otro día. Estuviste increíble, fue una grandiosa presentación.
–Muchas gracias, me siento muy contento de haberla realizado –sonreí, recordando ese día.
–Lamento no haber ido ese día, hubiese sido genial verte –se lamentó con un puchero en los labios.
–No hay cuidado, Kookie, lo entiendo.
–¿Y que se sintió bailar con alguien más que no fuéramos nosotros?
–Fue increíble, no sé, aun no sé cómo describirlo –suspiré, recargando mi mejilla de la palma de mi mano –. Había una gran conexión entre Elena y yo, había tanta coordinación y química, fue… fue bastante impresionante.
–¿Cuándo será el próximo evento?
–Como en quince días, en lo que los demás participantes también presentan sus rutinas.