Arte en Movimiento

Capítulo 10. Un leve imprevisto.

Jimin.

–Lamento la tardanza –fue lo primero que dije, al entrar al salón donde Elena ya estaba esperándome, observándome entrar a la habitación.

–Descuida, ¿tuviste algún contratiempo? –preguntó, ladeando levemente el rostro.

–Tuve que atender un pequeño asunto con los chicos, nada grave –sonreí, siendo discreto para no exponer a JungKook y su sorpresa para Anya.

Aún seguimos buscando sin ninguna clase de resultado positivo, algo que está comenzando a desesperarme y preocuparme, porque parece que ella está comenzando a sospechar de nuestras salidas casi continuas.

–De acuerdo. Déjame mostrarte lo que tengo planeado para esta ocasión –comenzó a decir, llamando mi atención, observándola acercarse a mí con una carpeta en sus manos –. Esta ha sido la coreografía que he estado planeando estos días, aunque aún le quedan ciertas cosas que pulir, creo que ha ido muy bien.

–¡Wow! Estoy muy impresionado, tus dibujos de los movimientos son realmente buenos –la halagué, observando con cuidado los múltiples dibujos de siluetas de dos personas bailando, además de notas a los lados en inglés, que señalaban ciertos detalles de los movimientos –. ¿Siempre has hecho así tus coreografías?

–Así es, me ayuda a tener una guía visual –responde –. Sé que las personas no lograran entender lo que visualizó en mi cabeza si sólo se los explico, así que dibujo los pasos en estas hojas, agregando algunas notas como cuanto tienen que durar los giros, si es a la izquierda o derecha, cosas así, ayudan muchísimo.

–Es una muy buena técnica, te felicito, más porque la mayoría de veces nos enseñan la coreografía cara a cara o sólo nos mencionan los movimientos que se harán, sin embargo, de este modo es mucho más útil y practico, me gusta mucho.

–Te lo agradezco mucho, tus palabras son muy significativas para mí –sonríe de manera leve.

–¿Y cómo es que creas la rutina? –preguntó más curioso.

–Comienza cuando escuchó alguna canción que llame mucho mi atención, sucede de manera casi automática. Conforme más la escucho, una especie de película pasa por mi cabeza con varios movimientos que creo son buenos, así que seleccionó los mejores y voy ilustrándolos.

»Puede parecer un proceso bastante largo y laborioso, pero me ayuda a tener todo bajo control y perfecto, de la manera que me gusta hacer las cosas –se gira a verme, frunciendo levemente el ceño –. ¿Qué te sucede? ¿Por qué me observas de ese modo?

–Porque eres una de las personas más talentosas y profesionales que he conocido.

–Te agradezco, aunque cabe mencionar que nada sería posible si no me esforzara y trabajara duro.

–No dudo de tu esfuerzo, se nota a primera vista –aseguró, sonriéndole –. A pesar de que tienes una increíble reputación como bailarina y coreógrafa, una carrera sólida y un conocimiento inmenso de este arte, nunca dejas de esforzarte y demostrar cómo has llegado tan lejos.

»Demuestras que no das nada por sentado y sigues avanzando a tu manera, luchas por lo que deseas y no te avergüenzas en demostrar porque eres la mejor. Admiro mucho lo que has logrado, por personas como tú, es que me siento orgulloso de conocer y rodearme, gracias por la oportunidad.

Elena sólo se quedó mirándome fijamente, como si mis palabras hubiesen hecho efecto en ella, sólo que por la máscara no se veía del todo. Desvió la mirada, sacudiendo levemente la cabeza, como si quisiera orientarse, antes de volver a mirarme a los ojos.

–Tus palabras han sido muy bonitas y conmovedoras, lo aprecio muchísimo, sin embargo, también hay que dejar en claro que no soy la única talentosa aquí en esta habitación. Has demostrado que no sólo posees talento en el baile, también en la música, algo que no todos logran.

»No sólo cantas de una manera hermosa y armoniosa, también has creado de tu puño y letra canciones demasiado significativas para muchos, incluyéndome en la lista. No tuviste un inicio sencillo, has pasado por demasiadas dificultades, momentos donde rendirse era lo ideal, y ahora, recoges los muchos frutos de tus logros –sonríe, palmeando ligeramente mi hombro.

»Lo has hecho espléndidamente, Park Jimin, eres digno de admirar.

Traté de decir algo, pero en este momento, fue como si mi voz se hubiese ido. Mi corazón se siente tan cálido y conmovido, recibir elogios de alguien tan grande como ella es un honor indescriptible. Tomé la mano que aún estaba en mi hombro, sosteniéndola entre las mías, a pesar de su mirada llena de sorpresa.

–Muchas gracias, Elena, tus palabras han sido muy significativas.

–No hay de que –aclaró su garganta –. ¿Volvemos a ver la rutina?

–Por supuesto –asentí, soltando sus manos de entre las mías, para continuar con el ensayo del día, esta vez, con una energía diferente rodeándome, una energía que me hacía sentir bien y motivado.

§§§§§

–¡Ya estoy en casa! –anuncie, cambiando mis zapatos en la entrada por mis pantuflas para entrar a la casa.

–Bienvenido, Jimin –me saludó Hoseok, saliendo de la cocina –. Creí que tardarías más en volver.

–Terminamos temprano, porque dijo que tenía que ayudar a unos compañeros a practicar sus rutinas, sin embargo, me dio copias de la rutina que vamos a hacer esta vez –agité las hojas en mis manos.




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