En el corazón de París, en el barrio de Montmartre, donde las calles susurran historias de antaño y la modernidad se entrelaza con lo bohemio, se erige una galería de arte que desafía la percepción habitual. Esta es la morada de Zoe, la enigmática protagonista de nuestra historia.
Hija única de un embajador francés en la exótica Polinesia Francesa, Zoe creció en un mundo donde el lujo se fusionaba con los misterios de la selva. Desde temprana edad, se vio fascinada por la simbología intrincada de los tatuajes que adornaban a los habitantes locales. Según la leyenda de la Polinesia, los tatuajes son de origen divino. Cuanto más tatuado estaba el hombre, mayor era su prestigio. Estar tatuado era un signo de fuerza, poder y riqueza para el individuo. Por lo tanto, se podían observar los tatuajes más elaborados en los guerreros o los líderes.
Con el tiempo, esta fascinación se transformó para Zoe en una pasión por el arte en todas sus formas. La galería de Zoe, ubicada en la rue des Martyrs, no es solo un espacio de exposición. Es un santuario dedicado a lo que ella llama "arte marginal", aquel arte que desafía las normas rompe barreras y cuestiona la realidad.
Sin embargo, tras la fachada de esta exitosa mujer de mundo, se oculta un secreto oscuro. La misma pasión que alimenta su amor por el arte, impulsa una faceta más sombría de su ser. Zoe, envuelta en un aura de misterio, camina en un filo peligroso, donde el arte y la mortalidad se entrelazan de maneras inesperadas.
"Arte marginal, retrato de una asesina" es un viaje a través de los ojos de Zoe. Un recorrido por la belleza y la oscuridad, por calles adoquinadas y galerías iluminadas, por secretos tatuados en la piel del alma. Aquí, en las sombras de lo bello, se esconde una verdad que desafía todo lo conocido.
Bienvenidos al mundo de Zoe, donde el arte no solo imita a la vida, sino que a veces, la reclama.
“El arte es la orgía más apasionante que el hombre tiene a su alcance”
Jean Dubuffet