Arte Marginal: retrato de una asesina

CLAIRE

Claire, como Gauguin, es una “pequeña burguesa” y pinta en sus ratos libres. Es una mujer inestable, propensa a vivir en una burbuja donde todo está a su disposición y poco a poco, sin darse cuenta,  se sumerge en la comunidad de artistas locales y expatriados que comparten su amor por el arte y la cultura tahitiana, un crisol de creatividad, donde pintores, escultores, músicos y escritores se reúnen para intercambiar ideas, inspirarse mutuamente y celebrar la belleza de la vida en la isla. Las reuniones suelen ser animadas y llenas de discusiones apasionadas sobre arte, política y filosofía. Pero en ellas el alcohol fluye con libertad y sin límite y poco a poco Claire se va contagiando de sus efectos, lo cual ayuda a que pueda soportar sus propias incertidumbres y, a medida que esto sucede, su estudio se llena de lienzos que capturan la esencia de Tahití, combinando realismo con un toque surrealista.

A pesar de su vida social activa y su dedicación al arte, Claire mantiene una relación muy cercana y sobreprotectora con Zoe. Muy frecuentemente lleva a su hija a las reuniones, donde Zoe observa y aprende no sólo sobre arte, sino también sobre estados mentales extremos, idiosincrasias particulares o elaborados mundos de fantasía.

 

Ubicada en el corazón de Montmartre, la galería de Zoe, "L'Art Marginal", es un oasis de creatividad y expresión artística. Este espacio elegante y contemporáneo contrasta con las estructuras históricas del barrio, atrayendo la atención de transeúntes y aficionados al arte. Las paredes de la galería están adornadas con una mezcla ecléctica de obras: desde pinturas contemporáneas y esculturas abstractas hasta piezas de arte tribal y moderno. La galería se ha ganado una reputación por su enfoque audaz y su apoyo a artistas no convencionales, aquellos que, al igual que Claire, no temen desafiar los límites del arte.

"L'Art Marginal" es más que una galería; es un santuario para la libertad de expresión, un lugar donde el arte trasciende las barreras culturales y sociales. Zoe ha creado un espacio donde los artistas se sienten libres para explorar y expresar sus visiones más audaces, un legado de su madre Claire y su propia infancia enriquecida en Tahití.

 

Mientras Jean Pierre trabaja en la embajada francesa, pierde el rastro de Claire y de su hija Zoe. Está demasiado ocupado, así que hay situaciones que no detecta. Esa es la razón por la que cuando Claire se acuesta inopinadamente, él se queda pensativo e intrigado. Claire nunca dejó de sorprenderle, una mujer altiva, frágil, con esa piel que parece traslúcida, con esa mirada vivaz, esa boca que parece absorberlo todo y ese cabello ondulado, con un matiz cobrizo que parece fuego cuando le da un rayo de sol.

Y Zoe, que ha heredado de ella esa piel clara, ese cabello ondulado y generoso, y los ojos grises de su padre, así como su sentido del humor, es demasiado joven para vivir lo que ha tenido que vivir y aunque a ojos de todos pueda parecer una niña feliz y a la que no le falta nada, Zoe hubiera necesitado llevar una vida común, sin acontecimientos importantes que tan tempranamente le hicieron pensar cosas que no corresponden a alguien de su edad.



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En el texto hay: asesinatos, paris, tatuajes

Editado: 05.03.2024

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