Arte Marginal: retrato de una asesina

TA-TAU

Cuenta la leyenda que Mata Mata Arahu y Tu Ra’i Po’, los dos hijos de la máxima deidad polinésica Ta’aroa, se tatuaron por primera vez para seducir a la hija del primer hombre, Hina Ere Ere Manua. Los dos hermanos se pintaron con un diseño llamado Tao Maro Mata, que consiste en líneas rectas y curvas que forman un patrón geométrico. Cuando Hina los vio, quedó impresionada por su belleza y gracia. Más tarde, Mata Mata Arahu y Tu Ra’i Po’ enseñaron la práctica del tatuaje a los mortales. Los polinésicos, que eran un pueblo muy artístico, apreciaron inmediatamente la belleza del tatuaje y lo adoptaron como parte de su cultura.

Los dos hermanos se constituían así como dioses de ese arte profundamente arraigado a la cultura polinesia.

El legado del tatau polinesio, nombre onomatopéyico de la práctica del tatuaje, comenzó hace 3000 años con múltiples diseños. El Triángulo Polinesio incluye más de mil islas individuales en el Océano Pacífico Sur que forman varias docenas de grupos culturales, la mayoría de los cuales tienen sus propias tradiciones de tatuaje.

Cuando Zoe, acompañada por su padre y de Claire, visiblemente emocionada, visitó por primera vez las Islas Marquesas, donde Gauguin pasó los últimos años de su vida, quedó fascinada por el grado de sofisticación alcanzado en los tatuajes marquesanos. 

En la antigüedad los hombres se tatuaban totalmente de la cabeza a los pies, adquiriendo un color azulado y feroz y esa moda de los tatuajes polinesios ha proliferado desde los años ochenta hasta hoy, hasta tal punto que en este momento es posible conseguir un tatuaje con un patrón polinesio de cualquier artista del tatuaje en el mundo.

Los habitantes de las Islas Marquesas, tanto hombres como mujeres, eran conocidos por sus numerosos tatuajes. Estos tenían una función de integración en el clan, virtudes protectoras contra los espíritus y los enemigos, así como virtudes terapéuticas. 

Las islas Marquesas fueron un importante centro de la civilización de la Polinesia oriental. Debido a la orografía de las islas, cada valle constituía una unidad tribal con su propio sistema social dirigido por las genealogías de los cabecillas y de los sacerdotes. El aislamiento de los valles provocaba interminables guerras tribales marcando el carácter guerrero de los marquesanos. Practicaban el canibalismo ritual con los enemigos prisioneros.

Una persona no tatuada no podía contraer matrimonio. El largo y riguroso ritual del tatuaje permitía a los jóvenes del clan acceder a la condición de "hombre" o "mujer", y convertirse en adultos. Y al final de este proceso de iniciación, marcado por el tatuaje, se organizaba una fiesta de tres días que terminaba con un sacrificio humano. Los tatuajes eran considerados unánimemente como indispensables por los marquesanos. De hecho, como prueba de madurez, el tatuaje tiene un fuerte vínculo con la belleza, la seducción y, por extensión, el matrimonio, así como con la capacidad de procreación de los individuos.

Las herramientas tradicionales de tatuaje consistían en un peine con dientes de hueso o concha de tortuga unidos a un mango de madera. Los dientes estaban empapados en tinta a base de carbón de nogal diluido en aceite o agua. En el pasado, para tatuar, se introducía debajo de la piel el hollín de una madera calcinada mantenida en la cáscara seca de un coco. Para obtener esta tia iri o tintura tahitiana, los granos de coco eran quemados y diluidos en agua tibia o aceite de coco cuando se iban a usar. El tia iri era insertado en la piel con un diente o concha de tiburón adherido a la punta de un "TA" (pequeño palo tahitiano), que era golpeado en pequeños golpes con un mazo, causando que la piel fuera cortada y que la tinta penetrara. El maestro tatuador siempre llevaba en la otra mano una pequeña pieza de tejido de tapa, un tejido hecho de la corteza de ciertas plantas o árboles para absorber la sangre,  y siempre guardaba sus instrumentos en una caja de bambú cubierta con una funda. Los asistentes le ayudaban a sostener a la persona tatuada y a tensar la piel y de vez en cuando,  acompañaban este rito con cantos apropiados. Pero esta operación con herramientas tradicionales era larga y dolorosa y fue prohibida en 1986 . 

Cualquier individuo que no estuviera tatuado no estaba integrado en las actividades sociales del clan. El tatuaje era, pues, a la vez una prueba, un test y un marcador social.

Aquellas semanas que Zoe y sus padres permanecieron en las Islas Marquesas fueron inolvidables para Zoe, su cultura remota y hermosa nunca iba a desaparecer de sus recuerdos. Estos viajes a las Islas Marquesas dejaron una huella indeleble en ella. Las artes de guerra, los rituales, los tatuajes y las creencias espirituales de los marquesanos no solo expandieron su comprensión del arte y la cultura, sino que también influenciaron su visión artística futura. Estas experiencias alimentaron su fascinación por lo marginal, lo espiritual y lo simbólico, elementos que más tarde se reflejarían en su galería de arte en París.

Mientras Zoe quedaba extasiada por lo que vivía, las fiestas de artistas de los años 70 en Tahití eran un caleidoscopio de música, arte y libertad de expresión. En esos encuentros, los convencionalismos sociales eran a menudo dejados de lado, y se celebraba la creatividad y la individualidad. Estos eventos eran espacios donde los artistas podían ser ellos mismos, lejos de las expectativas del público y la crítica.

La música era un elemento central en estas fiestas, con sonidos que iban desde el rock psicodélico hasta el jazz, la música folclórica local y los ritmos experimentales. La danza era una expresión común, con artistas y asistentes perdiéndose en la música, a menudo hasta altas horas de la madrugada.

De modo que, a punto de entrar en la adolescencia, Zoe vivió una serie de experiencias que marcarían profundamente su perspectiva, su arte y su vida.  A pesar del ambiente festivo, también había espacio para conversaciones profundas y debates sobre arte, política y filosofía. Los artistas discutían sus obras, compartían ideas y a menudo colaboraban en proyectos futuros.



#688 en Detective
#459 en Novela negra

En el texto hay: asesinatos, paris, tatuajes

Editado: 05.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.