Jean Pierre había transmitido a su hija Zoe muchos conocimientos. Así que Zoe, además de viajar a la Polinesia Francesa tan tempranamente, conocía muchas cosas acerca de otras culturas.
Llamó especialmente su atención la historia de El Touloulou. Su padre le había contado que el origen estaba en una época en la que todavía había muchos leprosos en Guayana y las madres querían que sus hijas, a pesar de haber quedado desfiguradas por las secuelas de la enfermedad, pudieran salir a bailar y encontrar pareja.
Pero probablemente hizo su aparición en el siglo XIX y fue utilizado para designar a las mujeres que llevaban “un lobo”, una tela fina que se coloca sobre los hombros y el pecho, y recorrían el salón de baile para elegir a su jinete. Un "tour el lobo" que eventualmente se habría convertido en "Touloulou".
En los salones de baile, son los Touloulous quienes invitan a los hombres a bailar. No pueden negarse.
Viniendo de la cultura criolla Guayana, el carácter de Touloulou fue creado en el momento de la abolición de la esclavitud y caricaturizó a los burgueses de la época que se paseaban por las calles.
Este disfraz, que no estaba reservado exclusivamente a las mujeres, también permitió romper las barreras sociales y étnicas gracias al anonimato permitido por las amplias telas de vestidos, guantes y máscaras.
No fue hasta el siglo XX que el Touloulou perdió su caricatura y su mezcla para convertirse en un personaje exclusivamente femenino y misterioso.
Las touloulou son las reinas del carnaval de la Guayana Francesa. Son mujeres elegantemente vestidas que ocultan su identidad bajo un disfraz de colores.
Y con el tiempo, las touloulou se convirtieron en un símbolo de la libertad y la independencia de las mujeres.
El disfraz de touloulou consta de una enagua, una capucha, un “lobo" y guantes largos. La enagua suele ser de color blanco o negro y está adornada con encaje o bordados. La capucha es de tela ligera y cubre la cabeza y el rostro. Los guantes son largos y suelen ser de color blanco.
Las touloulou son las protagonistas del carnaval de la Guayana Francesa. Normalmente son mujeres a las que no se les ve un milímetro de piel. Para evitar ser reconocidas, las mujeres llegan a ponerse lentes de colores, pelucas y a camuflar sus voces. No usan su perfume habitual, compran pares de zapatos para la ocasión que no se van a volver a poner y para permanecer en el anonimato desfilan en la calle y participan en bailes enmascarados,
Así que cuando Zoe recordó lo que su padre le había contado, decidió dibujar una Touloulou.
El lienzo de Zoe no es fácil de captar a primera vista. muestra una figura central que parece ser una representación artística de una Touloulou. La máscara es predominantemente blanca con diseños intrincados en rojo y dorado alrededor de los ojos y en la frente. Parece haber una combinación de motivos florales y patrones geométricos y resalta los ojos, con una mirada que parece ser adivinadora y desafiante, llena de sabiduría.
El fondo del cuadro es una fusión abstracta de colores que sugiere un ambiente festivo y dinámico, propio del carnaval. Los trazos parecen ser expresivos y deliberadamente naïf, con una intención de capturar la esencia bruta y pura de la expresión cultural, en lugar de una representación realista. A su lado otro rostro deforme de una mujer ciega, sin nariz y con una mano que acaricia su mejilla, una mano sin dedos, casi un muñón.
Zoe está creando un contraste dramático entre la alegría y el color de la festividad con la realidad más dura y cruda de la enfermedad y la marginación. Ahora el cuadro de la Touloulou ocupa el lugar que ocupó “El Koru Eterno".
En el apartamento de Zoe hay una estancia especialmente llamativa. Es un estudio en el que sobre sus paredes cuelgan objetos que trajo de su estancia en la Polinesia Francesa.
El estudio de Zoe es una habitación luminosa y espaciosa. Las paredes están pintadas de un blanco puro que resalta el colorido de los objetos que cuelgan de ellas.
En el centro de la estancia hay un gran escritorio de madera maciza. Sobre él, un ordenador portátil y un montón de libros y papeles.
En una esquina, un sofá cómodo y una butaca de mimbre. En la pared que está frente a ellos, una gran ventana que da a un jardín lleno de flores.
Los objetos que cuelgan de las paredes son de diferentes materiales y estilos. Hay esculturas de madera, máscaras de corteza de árbol, telas con estampados tradicionales, y perlas negras de Tahití.
Una de las piezas más llamativas es una escultura de un tiki. El tiki es una figura antropomorfa que representa a los antepasados en la cultura polinesia. Esta escultura está tallada en madera de caoba y tiene un rostro serio y expresivo.
Otra pieza importante es una máscara de corteza de árbol. La máscara está decorada con motivos geométricos y colores vivos. Se utilizaba en ceremonias tradicionales para representar a los espíritus de la naturaleza.
Las telas con estampados tradicionales son otro elemento importante de la decoración. Las telas están hechas de algodón o seda y tienen colores vibrantes. Se utilizan para decorar las casas y para confeccionar ropa.
Las perlas negras de Tahití son un símbolo de la belleza y la riqueza de la Polinesia Francesa. Estas perlas son muy apreciadas por su rareza y su brillo.
Estos objetos son recuerdos de la estancia de Zoe en la Polinesia Francesa. Los objetos que cuelgan de las paredes de su estudio son un recordatorio de ese viaje inolvidable. Cada vez que Zoe los mira, se siente transportada a las cálidas playas de Tahití y a la exuberante selva de las Marquesas.
Y en el otro extremo del estudio hay un vestido colgado en el vestidor de Zoe. Blanco, inmaculado, con dibujos, incluye tonos ricos de rojo y toques de dorado, lo que sugiere un diseño opulento y decorativo. Parece haber una variedad de texturas, posiblemente de tela arrugada o plisada, que aportan un aspecto dinámico y tridimensional. Cintas y lazos caen de los hombros y alrededor del cuello, contribuyendo a la sensación de extravagancia y abundancia.