Artemisa

CINCO

Los ojos del lobo

— suéltame— ordene intentando apartarlo pero solo me sostuvo más fuerte.

— no, eres mía— gruño lastimándome.

— oh demonios...— su hermana salio corriendo y yo mire a mi hermano quien estaba dispuesto a atacar.

— suelta eso— le indique a mi hermano y él me obedeció— ahora suéltame o te lastimare.

—  no es como si pudieras hacer daño— dijo con con su cabeza metida en el hueco de mi cuello ¿por qué demonios huele mi cuello?

— oh no... no acabas de decir eso— dije, revise en mi chaqueta y cuando lo encontré alce mi mano e inserte el dardo con anestesia en su cuello. 

Él se despego de mí sin dejar de verme... verdes con una combinación amarillenta. De su cuello se saco el dardo y rió.

— ¿crees que esto me hará daño?

Mire a Julieta.

— se supone que esto deja inconsciente a un lobo— hable.

— a un omega, no a un alfa— contesto ella.

Mire al tipo.

— ahora no te apartar- — se detuvo y cayo al suelo, levante la mirada y mire a Leo.

— uno no, dos si— dos dardos lograron hacerlo caer.

— si pero es un alfa, en menos de diez minutos estará despertando— hablo Julieta.

— pero que esta pasando aquí— en las escaleras se encontraba el alfa y su hija.

— jamás habían logrado noquearlo— dijo la chica observando a su hermano.

— siempre hay una primera vez— conteste esquivando el cuerpo— al parecer su hijo tiene problemas mentales, se me lanzo encima y gruño.

El alfa alzo una ceja y empezó a reír.

— no es gracioso— comente y él se detuvo.

— así que eres la mate de mi hijo— dijo entre risas.

— no, esta muy equivocado, de hecho su hijo lo esta, me toco sin mi consentimiento y vea lo que provoco.

Mi hermano le daba leves golpes al rostro del chico.

— cayo en un sueño profundo— hablo para luego levantarse.

— espero que haya caído en uno eterno...

— Vayamos a la oficina, hablaremos ahí— dijo el alfa— Eluney cuida a tu hermano y cuando despierte dile que estamos en la oficina.

— claro padre— contesto la chica.

— yo estaré aquí para vigilando— dijo mi hermano.

— okey tú y Eluney nos acompañan luego, Julieta y Leo conmigo— dije siguiendo al alfa.

Al llegar a su oficina me senté mientras Leo  se quedaba al lado de la puerta y Julieta se sentaba a mi lado.

El alfa se sentó enfrente de nostras.

— sabes lo que pasara— dijo.

— no puedo ser la mate de su hijo..

— Ariana...

— soy una Artemisa, no puedo, mi deber es con los cazadores.

— pero no puedes— Julieta hablo, la mire y ella miro al alfa—ella debe permanecer al lado del nuevo alfa por un mes, tal y como dice el acuerdo.

— exacto, de lo contrario esto seria romper el contrato.

— maldición— dije ladeando la cabeza hacia atrás— alfa, sabe que no puedo permanecer aquí, además fui entrenada para ser Artemisa, no una luna.

— Eso lo tendrás que hablar con mi hijo, como te dije ahora él es alfa, no yo. Si estoy aquí es porque quería presentarlos, claro que no tenia en mente que fuera a ocurrir esto.

— No debí pisar esta mana-

La puerta se abrió de golpe sobresaltándonos a todos.

— ¡maldición deja a mi hermana!— grito Cibran intentado golpearlo pero el alfa fue más fuerte y lo tomo del cuello para luego tirarlo al suelo. 

Me levante de inmediato y con fuerza empuje al alfa haciendo que soltara a mi hermano.

— ¡muy alfa podrás ser pero si le pones una mano encima a mi hermano romperé cualquier acuerdo!— grite con fuerza.

Sus ojos me observaron por un momento que creí eterno.

— Jasper, ella es Ariana, líder de los cazadores, es la Artemisa— hablo el alfa, en sus ojos se noto el asombro—Ariana, él es mi hijo Jasper, alfa de Luna creciente.

Levante mi pie y saque el cuchillo de mi bota mientras me alejaba lentamente.

— por el momento no te me acerques si no quieres ver correr sangre— amenace.

— ¿estas bien?— le pregunte a mi hermano quien permanecía en el suelo.

— si...— contesto.

— Leo y Julieta, que no se me acerque— di ordenes y ambos se colocaron delante de mí, me agache y mire el cuello de mi hermano, las garras del lobo casi perforan su piel.

Mire a la puerta y Eluney miraba la escena aterrada.

— ¿hay algo que me sirva para curar o ponerle algo a la herida?— pregunte.

— si... déjame yo lo ayudare, ustedes arreglen sus asunto.

Mire a mi hermano y antes de que se levantara abofetee su rostro.

— puedes atacar a un desterrado, pero jamás a un alfa ¿entendiste?— pregunte.

— si, hermana.

— Leo ve con ellos— ordene.

Leo ayudo a Eluney y mi hermano, mire a Julieta quien amenazaba con atacar al alfa.

Mire a Jasper, cabello negro, tez blanca y sus ojos eran una linda combinación.

— ahora si Jasper, hablaremos como lideres que somos.

Un gruñido se escucho de su parte.

— eres mi mate— su voz nos daba a entender que estaba molesto, o que su lobo estaba tomando el control.

— soy la Artemisa de los cazadores, no tu mate, reacciona.

— sera mejor que ambos tomen asiento— dijo su padre.

Así lo hicimos, dos metros de distancia uno frente al otro y Julieta palmeo mi hombro colocándose detrás de mí.

— mi intención era presentarlos pero como le dije a Ariana no pensé que esto fuera a pasar, ambos son lideres y entiendo tu posición Ariana.

— como entiende mi posición sabe que no puedo permanecer aquí, mi lugar es al lado de los cazadores defendiendo a los humanos.

— ¡tu lugar es aquí a mi lado!— grito Jasper.

— ¡no lo es!— grite.

— ¡ya basta!— grito el alfa chocando las palmas de su mano en el escritorio.

Un silencio abarco toda la habitación y en ese silencio se escucho un ruido extraño, cuando se volvió a escuchar voltea hacia atrás, Julieta lucia apenada.



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En el texto hay: cazadores, hombres lobos, romance

Editado: 20.06.2021

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