Artemisa

SEIS

Artemisa o Luna

— muchas gracias— dije cuando una muchacha de la servidumbre coloco un plato de comida frente a mí.

— esto está delicioso— dijo Leo con comida en la boca, arrugue la nariz.

— eres un asco — dije.

Los cuatro empezamos a comer con tres miradas sobre nosotros, estaba incomoda mientras comía pero antes de la incomodidad pensaba en el hambre. 

Otro estruendo se escucho, ¿pero que tiene esta familia con abrir las puertas tan agresivamente?

— ¿en donde esta? quiero ver a la mate de mi hijo— Clara, la Luna de la manada miraba a todos lados.

— mamá... la hija de Apolo Venandi es la mate de mi hermano— Aparte el tenedor de mi boca y mire a Clara, sus ojos me miraban con sorpresa.

Me levante y agache mi cabeza como saludo.

— es bueno verla otra vez Luna— Cuando levante la cabeza se lanzo a mí y me abrazo.

— no más formalidades, podre ser una luna y tú una artemisa pero seremos familia.

No... no...

— No podría haber mejor luna que tú.

Me aparte con cuidado, el hambre se me había quitado, tome el vaso de agua de la mesa y lo tome de un sorbo, deje el vaso en la mesa y mire a todos.

— díganme que esto es una pesadilla o usaron un dardo conmigo— pedí en susurro.

— hermana ¿estas bien?— Cibran llego a mi lado y asentí.

— necesito algo de aire y... y matar a un desterrado— salí esquivando a las personas, el viento choco con mi rostro y cuando me sentí libre, corrí, corrí como si huyera de algo, y huía pero de alguien.

Ariana no...

Ariana, tú no tienes mate...

Ariana, tú deber es al lado de los cazadores...

Se fría...

Lastima...

No tengas piedad de quien no la tuvo...

— ¡Ariana!— el grito de Julieta me hizo detenerme, ya estaba llegando a una parte desolada del bosque.

— dime que esto es una pesadilla— pedí, Julieta llego a mi lado.

— no lo es, tienes que hacer algo.

Me acerque a un árbol y deje mi espalda reposas en el tronco.

— ¿que tengo que hacer?— y enfrente de Julieta deje de comportarme como la Artemisa y empece a ser yo misma— quiero volver a casa... junto a mi padre, mi madre y mis hermanos.

— Las cosas cambiaron Ari y lo único que puedes hacer es permanecer aquí un mes completo, tú decides al final, si te vas o te quedas.

— me iré— asegure.

— eso no lo sabes ahora, dale una oportunidad...— mire a Julieta.

— no, sabes que no puedo, no aún.

Ella suspiro resignada y se levanto.

— el lobo estaba por seguirte pero lo detuve para que pudiera hablar contigo, pero creo que si tardamos mucho vendrá.

— no seré una luna— dije.

— ¿por qué?

— fui criada para ser cruel no para ser piadosa ¿te imaginas a una luna que asesina? los lobos no lo verían bien, una luna suele ser buena y piadosa, yo no lo soy, además no quiero permanecer aquí—me levante.

— ¿que harás?

— lo correcto, vamos— caminamos de vuelta a la manada, en la puerta estaba Jasper y Leo, ya estaba atardeciendo y eso me preocupaba.

— entremos, quiero hablar con todos— dije, Julieta empujo a Jasper y Leo a la entrada.

Todos nos reunimos en lo que parecía ser la sala, la antigua luna y el alfa me veían con preocupación.

— ¿estas bien?— me preguntó la luna acercándose a mí.

Asentí con la cabeza.

— sé que esto es difícil y más estando en tu posición pero espero entiendas.

—de eso hablare— dije, mire a todos y suspire—bueno, soy una Artemisa y como saben mi posición no me permite tomar otro lugar, Jasper—lo llame— puedes rechazarme si así lo dec-

— no— su voz dejo claro que no lo haría.

— oh... — demonios, no podía hacer otra cosa— siguiendo el acuerdo permaneceré un mes en este lugar.

— permanecerás toda la vida a mi lado— dijo Jasper, sus palabras hicieron que un escalofrió recorriera mi tiempo.

— el acuerdo habla de un mes, si decido no quedarme tengo permitido irme— él gruño y sus ojos se tornaron ligeramente rojos.

— no puedes permanecer un mes aquí— dijo mi hermano.

Me acerque a él y tome sus manos.

— Julieta se encargara de todo, yo estaré siempre con ustedes, el acuerdo no habla de no poder visitar a mi familia. En el tiempo que permanezca aquí quiero que protejas tu vida y la de nuestra madre, seguiremos con nuestro plan, encontrar a los desterrados que mataron a papá, nada detendrá eso.

Solté sus manos y bese su frente.

— tú y mi madre son lo más importante para mí. Julieta—la mire—seras la persona encargada de vigilar a los cazadores en cuento no este, cada semana me traerás información de lo que pasa.

— pero tu abuelo no permitirá eso, sabes como se pone cuando un no Venandi toma un puesto importante.

— mi abuelo es un idiota, las ordenes son mías así que le guste o no seras la encargada.

— claro Ariana.

— Leo, cuida a mi madre y hermano.

— lo haré Ari.

Mire por la ventana, ya era muy tarde.

— alfa— mire a Jasper— sé que estamos abusando de su estadía en este lugar pero le pido que nos permita quedarnos esta noche, ya es muy tarde y no pondré a mi hermano y mis amigos en riesgo.

— tú te quedas, pero ellos se irán.

— hijo— regaño su madre.

— no te preocupes Ari, podemos acampar afuera— dijo Leo animado.

— claro que no, hay habitaciones disponibles las cuales pueden usar— dijo Eluney.

— gracias— agradecí.

— de nada Luna— arruino el gracias.

— Ariana— corregí.

— claro, perdona.

— cenen y después vayan a sus habitaciones— dijo Clara y asentimos.

Permanecí sentada en la sala junto a mis amigos, los lobos nos habían dejado.

Me acerque a mi hermano y mire su cuello.

— ¿duele?— pregunte.

— no, Eluney lo curo muy bien y me ayudo a quitar el dolor— sonreí.



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En el texto hay: cazadores, hombres lobos, romance

Editado: 20.06.2021

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