Artemisa

TREINTA

Me levante, el sol aún no salía y a pesar de estar tan cómoda tenía que recorrer la zona de los cazadores.

Levante el brazo de Jasper y él se quejo.

— ¿a dónde vas?— preguntó adormilado.

— tengo que— bostece— ir a recorrer la zona de los cazadores.

— pero el sol aún no a salido...

— mejor aún.

Su mano no se apartó y me atrajo más a él.

— la recorres mañana— dijo aún sin abrir los ojos.

— nos iremos hoy mismo así que no hay un mañana.

— Un poco más...— suspire.

— perdón— con fuerza lo empuje hasta botarlo de la cama.

— auch...— se quejo.

Salí de la cama y me adentre al baño.

Me vestí de manera rápida y al salir, Jasper se estaba poniendo su camiseta.

— pondré almohadas debajo de la cama, no es la primera vez que lo haces— sonó molesto, me acerque a él y lo abrace por detrás.

— no te enojes, es la única manera para que despiertes.

— hay otras— apartó mis manos de su cintura para verme de enfrente— puedes usar unas más cariñosas como...— empezó a dejar besos en todo mi rostro— así...— sus labios buscaban los míos.

— ¡ARIANA!— me sobresalte y Julieta abrió la puerta— ya es tarde, pensé que seguías dormida...

— ¿cómo es que tienes una llave de mi habitación?

— tengo una llave de toda la mansión.

— no puedo creer que las cuatro de la mañana para ustedes sea tarde— agregó Jasper tomando su chaqueta.

— vamos— dije saliendo de la habitación.

Jasper caminaba detrás de nosotras, salimos de la mansión y empezamos a caminar por el bosque.

— él debe estar cerca, querrá arruinarte la vida, eso sin duda— dijo Julieta conociendo a su hermano.

— cuando de el primer paso caerá, no tienes que preocuparte por él.

— me preocupo por ti.

Jasper dejó de caminar y me miro.

— ¿pasa algo?— pregunte.

— esas huellas— señaló el suelo.

Pise las huella viendo que parecían humanas, sin embargo se iba desfigurando hasta quedar como los de un lobo.

— son las mismas huellas.— dijo Julieta borrándolas.

— van al sur— dije.

— tendré que ir a la manada del sur, los lobos vienen de ahí y una razón tiene que haber.

— te acompaño— dije y él negó.

— no somos aliados de Luna Llena.—ese era el nombre de la manada del sur.

— de igual forma te acompañare, digas no o si— él rodó los ojos y continuamos.

— cuidate por favor— Julieta volvió a mi lado.

— estaré bien.

— Helios es un lunático, es mi hermano y no quiero que lo lastimes pero tampoco quiero que te lastime.

— no pensaba hacerle daño, o al menos no del todo.

— ¿por qué Helios es diferente a ustedes?— preguntó Jasper.

— Helios fue criado por Demian, lo escogió desde el inicio para formar parte de los cazadores y Apolo lo apoyó en esa decisión, además quería un futuro para su hija y el pequeño pelirrojo era mejor opción.— torcí los labios viendo el ceño fruncido de Jasper.

— ya no hables— regañe a Julieta.

— ¿en verdad tus padres querían casarte con el cabeza vómito de zanahoria?

— no te metas con su cabello— amenazó Julieta.

— él no debió meterse con lo que me pertenece— Julieta sonrió de lado al saber de que hablaba.

— no seas tan posesivo— regañe golpeando su pecho— ahora volva-

Esa inquietud, como si alguien me observara...

— ¿sientes a alguien cerca?— pregunté y él asintió mirando a todos lados.

El aullido que siempre se escucha se hizo presente pero se escuchaba más cerca.

— alguien los está llamando— Jasper empezó a correr en dirección al aullido.

Julieta lo siguió mientras yo me quedaba parada sin dejar de sentir tal sentimiento.

— ¿Ariana?— levante la mirada observando a Julieta—¿pasa algo?

— nada...

Jasper tuvo una mala suerte, no encontramos nada y volvimos a casa. 

Al llegar a la entrada mire cajas.

— ¡Artemisa!— Iris corrió a mí.

— Hola Iris...— la salude.

— es bueno verla de nuevo Artemisa.

— digo lo mismo— miro a Jasper

— oh por los dioses... Ustedes debe ser su alma gemela.

— asÍ es, soy Jasper— le extendió su mano.

— Iris— la tomó en saludo— es un gusto poder tener a un alfa frente a mis ojos.

— no es como si fuera tan grandioso— el comentario de Julieta me hizo reír y Jasper solo la miro de mala manera.

— ¿que te trae por aquí Iris?

— sé que son cazadores pero traje grandes armas, no son muy comunes— me acerque a las cajas.

— ábrelas y veamos.

Ella las abrió emocionadas, me acerque y tome el mango sacando el objeto.

— Es bellísima...— dijo Julieta al verla.

— sin duda lo es, yo ya consto con una ballesta y un arco, creo que esto es más para ti Julieta.

— Seria grandiosa...— le extendí la espada.

— cada cazador se mueve de diferente manera, tu eres más ágil en batalla, usalas para proteger a los nuestros—ella lo tomo.

— gracias Artemisa.— sonreí y mire a Iris.

— siempre haces grandes trabajos.

— gracias Artemisa, por cierto ¿ya uso el arco y la ballesta?—negué.

— quiero conservarlos, saber que son regalo de mis padres me hace querer conservarlos intactos.

— tu padre te lo dio para que los usaras no para que los guardaras, dales uso.

— lo haré pronto.

— bueno, me voy. Un gusto conocerlo Alfa, adiós Ariana y Julieta.

— adiós— nos despedimos viéndola irse.

Al llegar el atardecer estaba lista para partir, subí a mi habitación y debajo de mi cama saque la caja, Jasper me observo en cada momento.

— ¿tu padre te lo regalo?— asenti con la cabeza sacando el arco.

— Hazlos feliz pero no olvides los más importante, tu felicidad. —leí y miré a Jasper— tengo que darle uso a este arco, además un lobo rompió el mio.

— ¿nos vamos?



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En el texto hay: cazadores, hombres lobos, romance

Editado: 20.06.2021

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