Artemisa

TREINTAYTRES

— Nea detente— dijo la otra chica al ver que la loba estaba por atacar.

— no son de nuestra manada.

— y agradezco eso— dije haciendo que gruñera más fuerte.

— no vienen con intención de atacar— dijo la chica tranquilizando a la loba.

sus características eran humanas.

— ¿quienes son usted?— preguntó la chica.

— somos de la manada Luna Creciente— respondió el alfa Evan.

— entiendo— dijo la chica acercándose al alfa y extendiendo la mano— Jennie, alfa de la manada Luna llena. Mire a leo sorprendida, ¿como una humana podía ser alfa?

— ella es Nea, beta de la manada.

Mire a la loba, algo no cuadraba.

— necesitamos hablar con usted en ese caso— dijo el alfa.

— claro, pasen— nos dejo libre el paso, empezamos a caminar entrando a la enorme mansión.

— por favor traigan comida para nuestros invitados— dijo la alfa Jennie— tomen asiento— nos sentamos en unos sillones con la beta viéndonos.

— desterrados de su manada atacan la nuestra—hable llamando la atención de la alfa.

— cazadora... ¿verdad?— miro mi arco.

— artemisa— ella me miro sorprendida, la beta me observo impresionada.

— eres una Venandi por lo que veo, solo los Venandi llaman Artemisa a su líder.

— ¿cómo sabe eso?— pregunte.

— porque los Venandi salvaron a mi madre— respondió la beta.

— me alegra escuchar eso— dije, la beta sonrió luciendo más tranquila.

— ¿como saben que son de esta manada?— preguntó la alfa mientras dejaban comida en la mesa para nosotros.

— solo los desterrados de esta manada caminan en grupos.

— caminar uno solo haría que los maten, son desterramos y no los matamos.

Cuando destierran a alguien y sale de su manada es más propenso a morir solo, por el contrario si caminan en grupo ellos pueden defenderse, algo que aprendieron en esta manada.

— pues es mejor que los maten, los desterrados de luna llena están atacando manadas, humanos y cazadores.

— suena falso — habló la beta.

— pues es real— dije— si los desterrados siguen atacando saldrá a la luz lo que son.

— pensé que esto era por alguna rivalidad— dijo Evan.

— claro que no, la pelea que tenia con mi padre se acabo al tomar yo el mando— mire a la alfa, tanto ella como Jasper eran nuevos alfas.

— entiendo— contesto Evan.

— por el contrario— siguió hablando— en nuestra manada a habido desapariciones.

— hace un año empezaron, claro que hace poco el padre de Jennie estaba a cargo, ahora que esta ella ese asunto creció y las desapariciones son mayores.

— ¿algún patron?— pregunte.

— personas con edades de treinta a cuarenta años, todos hombres.

— ¿alguna pista de las desapariciones?— preguntó Leo con Ava a su lado.

— nada.

Nada...

Mire al alfa, debíamos quedarnos y averiguar más, si ellos no tenían ni idea de los desterrados de su manada y además hay desapariciones hay algo más, algo que no logramos ver.

— gracias por venir— levante la mirada observándola— me seria mucho de ayuda contar con cazadores y un alfa, claro y una vampira—dijo mirando a Ava la cual le sonrió.

— nos quedaremos, permaneceremos dos días en vigilancia y encontraremos rastro alguno de los desaparecidos.

— Nea le enseñara sus habitaciones, gracias— dijo Jennie retirándose.

— síganme— los cuatros seguimos a la beta, primero llevo a Leo a una habitación, luego al alfa y yo estaría con Ava.

Al llegar a la habitación ella abrió la puerta, deje entrar a Ava.

— gracias— agradecí.

— vendré por usted para la cena.

— claro— entre a la habitación y cerré la puerta.

— es bonita— dijo Ava saltando en la cama, sonreí al verla y camine a ella.

— demasiado— me senté y ella se sentó a mi lado.

— cuando lleguemos puedes hacer algo para que mamá no se enoje, ella te obedece— claro que lo hacia, el miedo y su traición la llevaron a esto.

— no— negué golpeando ligeramente su nariz— obtendrás un castigo al llegar.

— le diré a Leo que me defienda— dijo la niña encongiendose de hombros.

— Leo no podrá— me recosté y ella conmigo.

— veraz que si.

Al llegar el anochecer la beta paso por cada uno, nos sentamos en la mesa con la alfa a la cabeza.

Mire la sopa y empece a comer, no estaba nada mal.

— ¿una mujer puede ser alfa?— Ava miraba a Jennie.

— bueno... pues yo lo soy— respondió ella.

— ¿yo puedo ser una alfa?— pregunto.

— claro que sí, si luchas por serlo lograras tu meta— respondió ella.

— mañana estaremos en la frontera de su manada al amanecer— dije a la alfa.

— claro, Nea los acompañara— asenti con la cabeza en aprobación.

Al terminar la cena dormí con Nea, la niña no me dejo dormir en toda la noche, aparte su brazo por quinta vez de mi rostro, se movía demasiado y estaba que me botaba de la cama. La acomode mejor y escuche su pequeño ronquido, sonreí y me acosté mirando el techo.

Extrañaba a Jasper, primer dia sin dormir con él, cerré los ojos y al abrirlos Leo estaba a mi lado.

— ya despierta.

— dejame dormir— me queje.

— son las cuatro de la mañana, levántate y vístete.

Di la vuelta cayendo de la cama.

— auch...— me queje levantándome.

— perdón— se disculpó Leo, me levanté y lo mire cubriendo a Ava, claro y a mi me dejo caer.

Camine al baño a ducharme y luego me vesti, tome los sedantes, el veneno y los puse en los bolsillos de adentro de mi chaqueta, esta chaqueta fue diseñada por Iris y era mi favorita.

Ate mi cabello y tome mi arco y flecha.

Al salir con Leo bajamos, Evan y la beta ya estaban en la entrada.

— estamos listos— dije, ella asintió y empezamos a caminar saliendo de la mansión, el bosque de la manada luna Llena era demasiado grandes, sus árboles eran fáciles de escalar pero el pasto era demasiado alto, por eso no lograban encontrar rastro alguno, todo se perdía.



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En el texto hay: cazadores, hombres lobos, romance

Editado: 20.06.2021

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