Artemisa

CUARENTAYDOS

Tamara

— no puedes despegarte ni un segundo de nuestra luna Clara ¿entendido?— pregunte a Ava.

— si mamá... Pero quiero ir contigo.

— no puedes cariño, volveré pronto.

— ¿y papá?

— papá igual...— dije sonriendo.

— estará bien aquí— dijo Clara abrazando a mi hija.

— gracias Luna...

— de nada Tamara.

Baje las escaleras observando a Jasper.

— ¿lista?— preguntó.

— si...— salimos de la manada, el rastro de los cazadores era más grande, cada vez lográbamos encontrar algo nuevo, salimos de la manada llegando al lugar en donde traicione a Ariana.

— este lugar era muy usado por los cazadores hasta que lo descubrieron— dije a Jasper.

— no creo que se hayan ido tan lejos.

— eso no lo sabemos Jasper, son cazadores y aunque me cueste admitirlo son demasiado listos.

— ni que lo digas.

Empezamos a caminar hasta llegar al final del bosque.

— si seguimos caminando más saldremos del bosque y nos adentraremos a la ciudad— dije.

— tienes razón hay qu- — alguien tiro a Jasper.

— ¡Jasper!— grite intentado acercarme para ayudarlo pero alguien tomo mi brazo.

— ¡hay que irnos!— me grito intentando arrastrarme, tome su brazo y lo aparte de mí. 

Corrí a Jasper y lo ayude a levantarse.

— ¿estas bien?— pregunte.

—  lo estoy...— se levanto.

— ¡Tamara!— me grito Theo.

— ¡él no es el enemigo!— le grite.

Theo vio a Jasper.

— un alfa...

— ¿quien es?— me preguntó Jasper.

— Theo... mi hermano. 

◘◘◘

— ¡Tío!— grito Ava al ver a Theo.

— ¡pequeña Avatar!— Ava río al escuchar su apodo, Theo la cargo en los brazos y ella reía.

Con Jasper nos sentamos en la sala mientras mi hermano jugaba con Ava.

— Logramos atrapar a dos cazadores—dijo Leah.

— gracias— agradeció Jasper.

— están en los calabozos, son pareja así que te será fácil sacar información.

Ella se fue, mire a Jasper.

— hay que ir ahora.

Nos levantamos saliendo de la mansión y caminando a los calabozos, estos lugares ya no eran usados pero problemas como estos merecían medidas extremas.

Entramos a los calabozos, ambos cazadores estaban atados a unas sillas.

La primera en despertar fue la chica.

— ¡suéltennos!— grito intentando desatarse.

— claro, pero antes tienen que decirnos en donde esta Demian.

— ¡muérete!— grito.

Miramos al chico despertar.

— bueno si no hablas quien morirá sera él— dijo Jasper, sus uñas y dedos se deformaron, tomo la cabeza del chico indicándole a la chica que estaba dispuesto a lastimarlo.

— no hables— dijo el chico con dificultad.

— yo tu lo hago— hable— mira que nuestro tiempo es corto y si no hablas ahora morirá.

— ustedes n- — se detuvo al ver el primer rastro de sangre en el chico—¡detente!—grito con miedo,

— solo habla...

— ¡cerca del lugar de los cazadores, al final del bosque en donde se encuentra el árbol sesgo!— grito.

Jasper soltó al chico.

— ¿en donde queda eso?— me pregunte.

— árbol sesgo...— mire a mi hermano.

— no tenias que seguirnos— hable.

Él no puso su atención en mí y se puso enfrente de la chica.

— ¿es un árbol torcido verdad?

— si idiota... por algo es sesgo.

— ¿sabes en donde queda?— pregunte.

— si... pase por ese lugar sintiendo un gran temor.

— es porque en la cueva que está oculta entre los árboles está el lobo.

— ¿te refieres al padre de la artemisa?— pregunte.

— si... Apolo...

— Tienes que llevarnos—le dije a mi hermano.

— claro.

Empezamos a salir.

— ¿que no piensan soltarnos?—dijo la cazadora.

—no, se quedaran aquí hasta que aprendan de sus errores—dije cerrando la puerta.

Ya era de noche, me acerque al espejo a punto de dormir, mis ojos estaban cambiando.

Me acerque a la cama y dormí, al amanecer fui la primera en despertar y llegar a la entrada de la mansión. 

Mi hermano me miro sorprendido, al parecer el llego antes. 

— tus ojos...

— lo sé...

— eso significa que ya no volverás a casa...

— estoy en casa...

— Tamara...

— ¿a que viniste?

— a buscarte a ti y a Ava, no podía seguir viviendo sabiendo que ustedes estaban en el bosque corriendo peligro.

— estamos bien...

— Ava me hablo de su padre, algo me dice que no es el bastardo de tu alma gemela. ¿algo que me tengas que contar?

— estoy formando un vinculo con alguien que vale la pena—dije sonriendo.

— Empezamos—voltee a ver a Jasper— Tamara... Bienvenida a mi manada.

— Gracias...

— tú y Ava son de mi manada, es hora de buscar a Lily.

Empezamos a correr, para llegar a donde estaban los cazadores nos tomaría demasiado tiempo.

Luego de horas nos detuvimos.

— estoy cansada...—dije sentándome en el suelo.

Mi hermano miro a todos lados, corrió alejándose de nosotros y luego de tres minutos volvió.

—¡pero que contigo!—grite al ver el conejo que me extendía.

—bebe para que recuperes energía.

— haré lo mismo—dijo Jasper transformándose  y alejándose para cazar.

El conejo era como el de Ava, lo lamento amiguito.

Saque mis colmillos clavándolos en su pequeño cuello, el conejito pateo un par de veces pero luego se detuvo.

Al terminar mire al animalito, lo lamentaba.

Lo deje en el suelo con cuidado y lo cubrí con las hojas secas.

—¿se supone que lo sepultas?—preguntó mi hermano— vaya cambio Tamara... Antes no te importaba en donde cayera el cuerpo.

—eso fue antes...—dije levantándome. 

Jasper volvió en su forma humana con una sonrisa.

—a continuar...—volvimos a correr hasta llegar al inicio del bosque.



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En el texto hay: cazadores, hombres lobos, romance

Editado: 20.06.2021

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