Arthur : Infiltrada en la historia

♛Segundo capítulo♚

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Capítulo dos 
 

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Giré de nuevo sobre la cama amplía y suave,abrigandome más con las sabanas de satén.

Entre abrir mis ojos, mirando una lampara de oro brillante, bostecé.

Coloqué mi cuerpo boca arriba, con la poca visión que me brindada mis ojos; logre ver el techo de mi cama. Rojo y con bordados dorados en forma de flor era lo que destellaba en ese lugar.

Vaya, nunca pensé que el cielo fuera tan caro.

Pase mis manos por mis ojos restregandolos, tuve un sueño loco, más de lo qué, fue completamente real.

El tres de diciembre, morí, 2019.

Ni siquiera sentí dolor, miedo o angustia. Sólo queria desvanecerme como el polvo barato en el mercado estafador.

Me senté en la cama viendo una visión completa de lo que al parecer era una habitación de una reina, sonreí.

Ya que estaba muerta.

Podría salir por las noches asustando a todo loco a las tres de la mañana ¡Si!

¡Sin duda un espectaculo de que reír!

Dirigí mi vista a la gran puerta, atrás de ellas se escuchaban risas venir. Rápidamente me tumbé a la cama abrigandome.

Esos tenían que ser mis angelitos de la guardia, ¡Dios! Vieron todas las locuras y pendejadas cuando estaba viva.

Sólo pido que Dios no se arrepienta y mandarme de una patada al infierno.

Las risas cesaron al entrar, sólo escuchada pasos venir a mi dirección, apreté mis sábanas de santen. ¡Me llevarían al infierno!

¡Yo sabía que no tenia que mezclar picante con chocolate!

¡Perdoname diosito!

—Miss is not yet awake —suspiró — Que Dios la ayude a levantarse de esa cama, Amén —todas repitieron la última palabra juntando sus dos palmas de golpe.

¿De qué hablan? ¿Qué me ayude? ¿No se supone qué estoy muerta?

Me quité la sábana de mi cara, para verlas a todas. Completamente vestidas de sirvientas, estaban rezando arrodilladas mientras decían cosas que no lograda entender.

Trague grueso.

—Hola —susurré. Una de ellas levantó su mirar, su cabello era muy peculiar, amarillo estrañamente pálido.

—Hola —la volvió a bajar, trató de concentrarce de nuevo

—¿Por qué rezan? —pregunté.

—Por la señorita —habló sin tomarme importancia.

—¿Cuál? —ladeé mi cabeza.

—Aquí —palmeó la cama —, hace tres semanas que no despierta por el golpe en su cabeza, el doctor nos aseguró que no sobreviviría más de unos cuantos días, los señores están muy triste.

—Allen, ¿con quién hablas? —susurro una chica de cabello marro completamente amarrado.

—Le estoy explicando a la señorita del por qué estamos rezando —la miró, para después las dos abrir los ojos sorprendidas.

—¡Señorita! —gritaron a la vez.

—¿Esté es el cielo? —pregunté dudosa, porque si lo era, no sé como lo describiría.

—¡De qué habla señorita! —Allen se levanto agarrandome de los hombros —¡Esta viva! ¡Dios escucho nuestras plegarias!

—Elizabeth, llama a la condesa y el conde, ¡rapido! —hablo la castaña.

—¡Si, señora! —la chica desapareció de mi campó de visión.

—Margaret, busca comida, bastante comida para la señorita —volvió a demandar la castaña—.Mi pobre princesilla tiene que estar muerta del hambre.

La verdad, estoy muerta literalmente.

—Dios mío, es un milagro —una lágrima recorrió la pálida mejilla de Allen, me abrazó — Todos pensamos que no despertarías señorita.

—Allen —trague grueso,¿de qué diablos hablan?

—¡Allen! Suelta a la señorita,la vas a asfixiar —regañó la castaña.

—¡Oh! ¡lo siento señorita! —dijo mientras se separada rápidamente de mi — lo siento, Nessa.

Allen se arrodilló enfrente de mi cama, mientras que Nessa me mirada con ternura.

—Sobrevivistes —sonrió —, me alegro Anastasia

¿Anastasia?

—No conozco ninguna Anastasia —reí nerviosamente mientras trataba de bajar de la cama—, creo que se equivocaron de persona.

—Señorita, creo que se le zafó un tornillo de la cabeza —hablo Allen mientras se levantaba, Nessa le piso el pié, haciendo que está se doblará del dolor.

—¿De qué habla señorita? —cobró la compostura —Usted es Anastasia Kenbell.

Entre cerré los ojos, esto era una mala broma. ¿Y si eran los demonios tratando de seducirme?

—No vengan a engañarme que sé todo sus trucos —las miré fulminandolas con la mirada —, ustedes no quieren que esté en este paraíso de dioses. Así que, no tienen más opción que seducirme, a esta hermosa mujer.

Las dos se miraron anonadadas, para después empezar a reír.

—Señorita, sé que quiere volverse grande rápido —Nessa tapó su boca conteniendo la risa, me miró con ternura —. Muy pronto lo será, tengo fe, ¿pero de dónde saco todo eso?

—¡Anastasia! —un grito desgarrador y desesperado se escuchó en toda la habitación, Nessa y Allen rápidamente hicieron una reverencia mientras se apartaban a la vez. Una mujer joven estaba en la puerta, su cabellera negra ondulada caía gentilmente sobre su espalda, su piel blanca estada sudando dé a poco, mientras que su gran vestido azul turquesa con flores rojas subía y bajada al mismo compás que su pecho, que hacia relucir su tan destacado escote.

Varias lágrimas de deslizaron por su fino rostro mientras se acercaba lentamente en donde estaba. Creo que mi cara era lo suficiente obvia, no sabía que santos sucedía.

—Anastasia —volvió a repetir, mirandome con alegría. Su boca se abrió para decir algo, pero rápidamente me abrazo ahogando todos su llantos en mi hombro —¡Estas viva! —me abrazo más contra si.

¡Porqué me esta pasando esto a mí!

¿Quién es Anastasia?

¿Y porqué esta mujer me abraza?

¿Quién es?

Aggh, esto me pasa por haberme drogado hasta el fondillo.

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En el texto hay: reencarnación

Editado: 29.06.2020

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