Cap. 17 Primer año
Danny abrió los ojos y se encontró mirando a unos ojos grises. Trató de ubicarse, cosa que no le llevó mucho tiempo, porque ya había estado en varias ocasiones allí. Bien, se dijo, estoy en la enfermería, pero por qué. Estaba haciendo un rápido repaso mental, pero fue interrumpido.
- ¿Cómo te sientes? -- preguntó Eowaz
- Bien, pero… ¿Qué hace usted aquí? -- y diciendo esto giró un poco la cabeza.
Si bien no se sintió alarmado por encontrarse en la enfermería, sí lo hizo al ver en la cama de al lado a su hermana.
- ¡Sam! -- exclamó e hizo intento por levantarse
- Tranquilo -- dijo Eowaz sujetándolo por los hombros -- ella está bien
Y en efecto en ese momento Sam giraba la cabeza hacia él.
- ¿Qué sucedió? -- preguntó Danny -- ¿Por qué ella está aquí? -- y de pronto recordó la carrera y que había visto caer a Gail -- ¡Gail! ¿Dónde está?
- Cálmate o Genezing me sacará de aquí -- dijo Eowaz
- ¿Genezing? -- preguntó Sam
- Sí, es el Läkare de Develieng -- le contestó Eowaz
- ¿Läkare?
- Es el equivalente a un médico, Sam -- dijo Vlad
En ese momento Danny vio que estaban todos allí y su terror aumentó.
- ¿Dónde está Gail? -- volvió a preguntar
- Aquí -- escuchó la voz del chico
Verlo sentado en la cama de en frente lo tranquilizó un poco.
- ¿Qué demonios sucedió? -- con la tranquilidad había recuperado su mal genio
- Aún no lo tenemos muy claro, Danny -- contestó Eowaz con honestidad -- pero todo indica que tú y el señor Natchzhrer fueron atacados de alguna manera -- vio el desconcierto en la cara del chico y continuó -- ¿Sentiste algo inusual antes de caer de tu Glide?
- ¿Me caí? -- preguntó con extrañeza
Retomó sus pensamientos donde los había dejado al ser interrumpido por Eowaz, y poco a poco todos vieron como se formaba una tormentosa mirada en sus ojos.
- Lery -- murmuró con ira
- ¿Recuerdas algo? -- insistió Eowaz
- Sí, recuerdo que sentí como si me hubiesen golpeado con algo en la espalda, pero no recuerdo nada más ¿Qué sucedió después?
- Según los testigos, saliste despedido de la Glide y chocaste contra un roble -- contestó el hombre
Danny movió con disimulo los brazos y las piernas, y llegó a la conclusión de que no tenía ningún hueso roto.
- Bueno, por lo menos no me rompí nada
- Claro, si no cuentas el hecho de que te fracturaste el cráneo, pues no -- dijo Eve
- ¡Demonios! -- exclamó el chico llevándose las manos a la cabeza
- Pero estás bien, no te preocupes -- aseguró ella
- ¿Y Sam por qué está aquí? -- preguntó y miró en forma sombría a su hermana agregando -- ¿También fuiste atacada?
- No, la verdad no sé qué sucedió, íbamos hacia donde se efectuaba la carrera y de pronto perdí el conocimiento.
Ambos miraron a Eowaz esperando alguna explicación.
- Verán, como ya deben saber, los gemelos tienen una conexión muy fuerte, sin embargo, la de ustedes es mayor, porque sus padres utilizaron magia muy antigua para unirlos aún más, por lo tanto las simples leyes de la naturaleza no se aplican a ustedes y su conexión va mucho más allá de lo que nos es comprensible. ¿Qué tan unidos están? Es algo que tienen que averiguar ustedes mismos. Por lo pronto lo único que sabemos con certeza, es que lo que afecta a uno físicamente, afecta al otro.
Los chicos asintieron, pero se guardaron de comentar que podían comunicarse en forma directa. Ya sabían que muchos Arzhvael eran capaces, como en el caso de Sam y de Iván, de penetrar en los pensamientos de los demás, pero para ello era necesario estar físicamente cerca de la persona. Sin embargo, en el caso de ellos, podían hacerlo sin importar a qué distancia estuviesen.
Iván notó el rápido intercambio de miradas, pero no tuvo tiempo de captar nada, ya que en ese momento los interrumpió otra voz desde la puerta.
Los chicos miraron hacia la puerta y un hombre de aspecto jovial venía entrando. Ya Danny lo conocía de sus anteriores visitas a la enfermería, pero Samantha no. No era muy alto, tenía el cabello castaño y los ojos verdes.
- ¿Cómo se siente, señorita Douglas? -- preguntó
- Bien -- contestó la niña
- Me alegro, ya puede salir de la cama entonces e ir por sus cosas para partir a casa
En ese momento Danny recordó que ese día comenzaba su semana libre. Genezing se volvió hacia él.
- ¿Y usted, señor Douglas?
- Bien -- contestó con rapidez -- perfectamente bien.
- ¿De veras? -- preguntó el hombre risueño -- Bueno tendré que decirle a las señoritas que están afuera y que quieren pasar a verlo, que ya va usted a salir.
- Pues me hará un gran favor