Arzhvael (libro 1. El Origen)

Cap. 18 Vacaciones y regreso a clases

 

Las vacaciones de aquel año fueron muy divertidas. Los Natchzhrer llevaron a los niños de visita a la casa de sus amigos y resultó que los adultos conocían a los señores McKenzie, y aunque no se frecuentaban mucho, esto hizo que la visita resultara mucho más agradable. Cuando llegaron a casa, Eve les explicó que los McKenzie también eran una de las familias más antiguas, pero residentes en Escocia. Esto despertó la curiosidad de Danny y Sam acerca de los demás Arzhvaels en el mundo.

  • Entonces hay más Arzhvaels  --  dijo Danny  --  quiero decir, en otras partes del mundo
  • Por supuesto  --  contestó Vlad --  están diseminados por todo el mundo, aunque lógicamente la mayor concentración se encuentra en Helgard, Escocia, Inglaterra y Francia. Pero en Alemania, Noruega, Austria y Arabia, hay un número bastante grande también.
  • ¿Solo en esos lugares?  --  preguntó Sam
  • No, como dijo Vlad están por todo el mundo, solo que en esos lugares es donde hay más  --  aclaró Iván

El día de su octavo cumpleaños, Danny recibió una enorme sorpresa. Cuando destapó el último de sus regalos, se encontró con una Glidebryter. Miró emocionado a Iván, pero antes de atreverse a preguntar, miró a Eve, quien se esforzaba en mirar a otro lugar.

  • ¿Esto quiere decir que ya puedo entrar al equipo?  --  preguntó por fin
  • Eso quiere decir, que finalmente Vlad terminó por hacer que Iván perdiera el juicio  --  concluyó Eve con acidez

Danny miró a Vlad que sonreía con satisfacción, y por último a Gail que tenía la boca abierta.

  • Entonces ¿yo también?  --  preguntó el rubio
  • No puedo seguir impidiéndoselos  --  aceptó Iván  --  pero quiero su promesa de que serán juiciosos.
  • Eso es una contradicción del tamaño del bosque de Erin  --  opinó Eve  --  Les das un instrumento que los hará pasar más tiempo en la enfermería que en las aulas de clase, y les pides juicio. ¡Ja!
  • Te lo prometo  --  dijeron los chicos al mismo tiempo, e ignorando a Eve

Ese día y a pesar de las bajas temperaturas, los niños pasaron casi toda la mañana en compañía del irresponsable de Vlad, como dijo Eve, volando en sus Glide.

Esa tarde llegaron los amigos de los chicos para la celebración del cumpleaños de los gemelos. Pasaron una tarde muy divertida, pero los McKenzie debían irse temprano, porque como les explicaron a sus amigos, ese era el día de Yule y tenían su propia celebración en casa.

En la noche, luego de que ya se habían quedado solos, Sam y Danny preguntaron qué era Yule. Eve les explicó que era una antigua tradición celta para celebrar el Solsticio de Invierno, pero no les dio más explicaciones.

Después de año nuevo, recibieron la invitación de los Berserker para ir a visitarlos. Esto requirió de un viaje mucho más largo y era uno que al menos Eve, no quería hacer, ya que los Berserker residían en Noruega. Mael vivía solo con su padre, pues había perdido a su madre a la edad de cuatro años. El señor Berserker era muy diferente a su hijo, ya que era un hombre alto y decididamente apuesto. No obstante, sí guardaba una semejanza con Mael y era lo taciturno de su carácter, pero Sam pensó que quizá se debía a la pérdida de su esposa. Aun así, los recibió con mucha cortesía y hospitalidad. Los Berserker vivían en un antiguo castillo a orillas de un lago, que al menos en esa época estaba congelado.  Se divirtieron mucho la semana que pasaron allí y les apenaba dejar a Mael en aquella soledad de nuevo.

  • Papá  --  le dijo Gail a Iván la noche antes de partir  --  ¿No podríamos invitar a Mael a quedarse con nosotros el resto de las vacaciones?

Iván los miró durante unos segundos, aunque había sido Gail el que había hecho la petición, pudo ver la súplica en los ojos de los otros dos chicos.

  • Bueno, déjenme ver qué puedo hacer  --  contestó

Gail y Danny sonrieron con entusiasmo y Sam se enlazó al cuello de Iván.

  • Calma, calma  --  les pidió él  --  aún no es un hecho, debo hablar con su padre a ver qué opina de esto ¿bueno?
  • Sé que lo convencerás  --  dijo Danny con convicción
  • Para algo debe servir el control mental ¿no?  --  agregó Gail
  • Te aseguro que no para esas cosas, Gail  --  dijo Iván
  • Claro que no  --  intervino Sam y sonrió de forma pícara  --  bastara con tu encanto personal.

Eve y Vlad que habían estado observando el asunto en silencio, y en el caso de Eve con algo de preocupación, prorrumpieron en sonoras carcajadas.

Ciertamente Iván no tuvo mayores inconvenientes para convencer al señor Berserker de conceder el permiso, de modo que Mael regresó con ellos a Allia.

La noche de su llegada y mientras cenaban, Mael se quedó mirando a Iván. Este y sin siquiera haber levantado la mirada, captó de inmediato los pensamientos del niño, pero cuando alzó la mirada, se encontró con los ojos suplicantes de Sam, de modo que le fue sencillo concluir que lo que él sabía, ella lo sabía también desde hacía tiempo.

  • Señor Natchzhrer  --  dijo Mael  --  hay algo que debo decirles.
  • Te escuchamos   --  le contestó él
  • No dejes que haga esto  --  escuchó Iván que le pedía Sam
  • ¿Por qué? ¿Acaso eso cambia en algo las cosas?  --  le preguntó




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