Samantha se levantó muy temprano, se bañó, se vistió y se dispuso a bajar, pero antes pasó por la habitación de sus amigas a comprobar si habían despertado. Efectivamente Aderyn lo había hecho, pero Diandra aún se desperezaba en la cama.
Sam y Aderyn decidieron dejarla dormir. Cuando ya llegaban a la escalera, escucharon una puerta y al volverse vieron a Mael. El chico les hizo señas para que lo esperaran, pero antes se asomó a las habitaciones de Danny y de Gail comprobando que ambos dormían aún.
Los tres bajaron, pero cuando llegaban al comedor escucharon voces airadas y se detuvieron. Mael afinó su oído y luego informó a las niñas.
Sam y Aderyn se miraban mientras Mael escuchaba.
Los chicos entraron al comedor y saludaron de forma natural. Se sentaron mientras Sam miraba con ojo crítico a Vlad. Estaba ojeroso y continuaba tosiendo. El captó la mirada preocupada de la niña y le sonrió.
El desayuno se extendió un buen rato y luego los niños subieron.
Pero cuando iban a abrir la puerta de la habitación de Gail, el chico apareció por ella al mismo tiempo que Diandra asomaba la cabeza por la suya. Todos se dirigieron a la habitación de Danny, pero Gail iba protestando.
Sam abrió la puerta de la habitación de su hermano y éste aparentemente acababa de salir del baño y los miró sorprendido.
Aderyn y Diandra se volvieron para abandonar la habitación al ver a Danny solo cubierto con una toalla, y éste las miró con una sonrisa maligna.
Las chicas enrojecieron y continuaron en su camino hacia la puerta.
En cuanto Danny estuvo listo, Gail les avisó a los demás y volvieron a entrar.
Aderyn y Diandra se llevaron las manos a la boca mientras que Sam miró a Danny. Siempre habían sabido que aparte del aparente interés de aquel sujeto por matarlos, había algo más relacionado con ellos y que no les habían dicho, de modo que se preguntaban si ese día les dirían eso que habían mantenido oculto durante aquellos cinco años.
Bajaron a desayunar y el resto de la mañana la pasaron colocándose a diferentes distancias para ver qué tanto podía captar Mael.
Después del almuerzo, Iván les dijo a Sam y a Danny que necesitaba hablar con ellos en el estudio. Tal y como habían planeado, Gail comenzó a protestar ruidosamente, porque de no haberlo hecho, los demás habrían sospechado. Finalmente Eve los condujo hasta el Salón de juegos y les ordenó quedarse allí, pero para más seguridad e indignación de Gail, cerró la puerta con un hechizo.
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Editado: 23.07.2022