Arzhvael (libro 1. El Origen)

Cap. 27 Los Orígenes

 

Samantha se levantó muy temprano, se bañó, se vistió y se dispuso a bajar, pero antes pasó por la habitación de sus amigas a comprobar si habían despertado. Efectivamente Aderyn lo había hecho, pero Diandra aún se desperezaba en la cama.

  • ¿Qué necesidad tienen de madrugar?  --  dijo con voz somnolienta  --  No tenemos clases.

Sam y Aderyn decidieron dejarla dormir. Cuando ya llegaban a la escalera, escucharon una puerta y al volverse vieron a Mael. El chico les hizo señas para que lo esperaran, pero antes se asomó a las habitaciones de Danny y de Gail comprobando que ambos dormían aún.

Los tres bajaron, pero cuando llegaban al comedor escucharon voces airadas y se detuvieron. Mael afinó su oído y luego informó a las niñas.

  • Iván, Eve y Vlad discuten por una visita que vendrá hoy.
  • ¿Una visita?  --  se extrañó Sam, pero él le hizo un gesto de silencio

Sam y Aderyn se miraban mientras Mael escuchaba.

  • ¡Vamos!  --  les dijo --  Ya advirtieron nuestra presencia, luego les digo

Los chicos entraron al comedor y saludaron de forma natural. Se sentaron mientras Sam miraba con ojo crítico a Vlad. Estaba ojeroso y continuaba tosiendo. El captó la mirada preocupada de la niña y le sonrió.

  • Estoy bien, linda. Seguramente pesqué un resfriado.

El desayuno se extendió un buen rato y luego los niños subieron.

  • ¿Y bien?  --  preguntó Sam mientras subían las escaleras
  • Espera, veamos si los demás están despiertos  --  le dijo Mael

Pero cuando iban a abrir la puerta de la habitación de Gail, el chico apareció por ella al mismo tiempo que Diandra asomaba la cabeza por la suya. Todos se dirigieron a la habitación de Danny, pero Gail iba protestando.

  • ¿Por qué tenemos que ir por él? Tengo hambre.
  • Tenemos que hablar  -- se limitó a decir Mael

Sam abrió la puerta de la habitación de su hermano y éste aparentemente acababa de salir del baño y los miró sorprendido.

  • ¿Qué? ¿Se está quemando la casa?  --  preguntó mientras se secaba el cabello

Aderyn y Diandra se volvieron para abandonar la habitación al ver a Danny solo cubierto con una toalla, y éste las miró con una sonrisa maligna.

  • ¿No eran ustedes las que se quejaban por mi forma de entrar a una habitación?

Las chicas enrojecieron y continuaron en su camino hacia la puerta.

  • Estaremos afuera  --  dijo Aderyn y Sam salió con ellas
  • ¿Qué sucede?  --  preguntó Danny una vez que estuvieron solos
  • Date prisa  --  lo apuró Mael  --  tenemos que hablar
  • Cachorro, si vuelves a decir eso te voy a…  --  comenzó Gail
  • Solo date prisa, Danny  --  dijo el chico y abandonó la habitación
  • ¿Se puede saber qué le pasa a este?  --  preguntó Danny mientras se ponía los calcetines
  • No tengo idea, pero mi estómago no está dispuesto a seguir esperando  --  contestó Gail malhumorado

En cuanto Danny estuvo listo, Gail les avisó a los demás y volvieron a entrar.

  • Escuchen, cuando bajamos a desayunar  --  comenzó para poner en antecedentes a los otros  --  Iván, Eve y Vlad discutían, y lo hacían porque Eowaz vendrá esta tarde a hablar con ustedes  --  dijo mirando a los gemelos  --  pero aparte de eso, logré escuchar que las cosas van muy mal con Nurión y temen no poder detenerlo.

Aderyn y Diandra se llevaron las manos a la boca mientras que Sam miró a Danny. Siempre habían sabido que aparte del aparente interés de aquel sujeto por matarlos, había algo más relacionado con ellos y que no les habían dicho, de modo que se preguntaban si ese día les dirían eso que habían mantenido oculto durante aquellos cinco años.

  • Bueno no entremos en pánico  --  dijo Danny  --  esperemos y escuchemos primero lo que Eowaz quiere decirnos.
  • Con toda seguridad a nosotros  no nos dejaran estar presentes en esa conversación  --  opinó Gail
  • No, no lo harán  --  asintió Mael  --  Eve dijo que se aseguraría de que nos ocupásemos en algo mientras Eowaz conversaba con ustedes.
  • Entonces necesitaremos de tus habilidades  --   dijo Diandra
  • Diandra, no puedo escuchar a grandes distancias  --  dijo el chico
  • Eso no lo sabes,  cachorro,  así que tendremos que averiguarlo --  propuso Gail

Bajaron a desayunar y el resto de la mañana la pasaron colocándose a diferentes distancias para ver qué tanto podía captar Mael.

Después del almuerzo, Iván les dijo a Sam y a Danny que necesitaba hablar con ellos en el estudio. Tal y como habían planeado, Gail comenzó a protestar ruidosamente, porque de no haberlo hecho, los demás habrían sospechado. Finalmente Eve los condujo hasta el Salón de juegos y les ordenó quedarse allí, pero para más seguridad e indignación de Gail,  cerró la puerta con un hechizo.




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