Arzhvael (libro 1. El Origen)

Cap. 28 Decisiones

 

Danny miró a Eowaz como dudando de su cordura, pero finalmente llegó a la conclusión de que hablaba en serio.

  • Supongamos que entendí bien  --   dijo el chico con cuidado  --  hasta donde sé, ningún mortal ha visitado Asgard, porque ese lugar es la morada de los Dioses.
  • Eso no es del todo exacto  --  reconoció Eowaz  --  pero carece de importancia en este momento, ahora lo más importante es saber si están ustedes dispuestos a ello.
  • Siguiendo en el camino de las suposiciones  --  continuó Danny  --  ¿Alguien sabe cómo llegar?
  • Tenemos una idea general bastante aproximada  --  le contestó

Mientras los niños pensaban en lo que les estaban diciendo, Eowaz sonrió para sus adentros y esto se debía al hecho de que lo satisfacía enormemente comprobar que sus preguntas estaban dirigidas hacia la parte práctica del asunto y en ningún caso reflejaban preocupación por su propia seguridad. Sin embargo, y aunque esto demostraba valor, consideró su deber aportar la información correspondiente.

  • Como les dije, tenemos una idea aproximada de la ubicación del camino  --  les dijo  --  pero este no carece de peligros.
  • En ese caso puede contar conmigo, pero es innecesario arriesgar a Sam si me tiene a mí.
  • Eso es muy noble de tu parte, Danny, pero han de ser los dos los que vayan  --  le aclaró  --  de otro modo no se cumplirá la exigencia.
  • ¿Qué exigencia?  --  quiso saber

Eowaz hizo un movimiento con su mano y les mostró el contenido de la predicción y su interpretación. Después de escucharlo, Danny miró a Sam y ella asintió.

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Los chicos en el Salón de Juegos habían pasado por todos los estados de ánimo, desde el asombro  hasta el terror y en ese preciso momento estaban entrando en desesperación. Gail miró en todas direcciones cuando Mael hizo silencio después de transmitir las últimas palabras de Eowaz.

  • Tenemos que salir de aquí  --  dijo Gail
  • ¿Cómo?  --  preguntó Aderyn mientras Mael seguía atento por si decían algo más

Gail intentó todos los conjuros y trucos que podía recordar para abrir la puerta, pero fue imposible. Frustrado y furioso le dio un violento puntapié y todos miraron asombrados cómo esta se hacía pedazos. Aunque él mismo estaba tan asombrado como sus amigos, no perdió tiempo y se lanzó hacia afuera.

  • ¡Vamos!  --  les gritó a los otros

Corrieron a todo lo que daban y sin ceremonias Mael tiró las puertas e irrumpieron en el estudio para asombro de los presentes.

  • Si ellos…  --  dijo Gail tratando de recuperar el aliento  --  van a hacer… una locura como esa
  • Desde luego no irán sin nosotros  --  completó Mael

Iván, Eve y Vlad estaban muy ocupados preguntándose cómo demonios habían salido del Salón. Eowaz los miraba con cierto brillo de diversión en los ojos. Mientras que Danny y Sam que habían estado pensando en cómo enfrentar a sus amigos con su nueva realidad, sintieron una cálida sensación en sus pechos al verlos allí dispuestos a acompañarlos y sin el menor rastro de desaprobación por sus orígenes.

  • Escuchen  --  comenzó Iván  --  esto no es…
  • Ahórrate el discurso, papá  --  lo interrumpió Gail  --  nada de lo que digas nos hará cambiar de opinión.
  • Gail…
  • No tía  --  interrumpió ahora a Eve  --  la única manera es que nos encierres y te asegures que no despertaremos hasta su regreso, y pueden estar seguros que es algo que no voy a perdonarles jamás.
  • ¿Nos estás amenazando, jovencito?  --  preguntó Iván
  • Qué bueno que eres rápido para comprender, papá. Ustedes me han enseñado la importancia de la lealtad a los amigos, nunca han abandonado a ninguno, así que no me obliguen a traicionar lo que ustedes mismos se han esforzado en enseñarme.
  • Iván, Vlad  --  dijo Mael  --  por su amistad y su lealtad  --  dijo señalando a los gemelos  --  es que hoy estoy vivo, y nada ni nadie me impedirá acompañarlos a donde quiera que sea necesario.

Aunque en la periferia de las mentes de los adultos se movía la pregunta de cómo sabían lo que tendrían que hacer los gemelos y que evidentemente no era por haber estado escuchando detrás de la puerta o los habrían advertido, ante aquella terca posición lo otro carecía de importancia.

Diandra y Aderyn no habían  dicho nada, pero tenían la misma mirada desafiante de los chicos. Eowaz los miró y sonrió.

  • Creo que no hay mucho qué hacer  --  dijo mirando a los Arzhaelíes
  • ¿Señor?  --  preguntó Eve
  • ¡Es una locura, Eowaz!  --  exclamó Iván a quien se le había permitido ver lo que pensaba el hombre
  • ¿De veras?  --  preguntó él  --  No hace muchos años conocí a unos jovencitos igualmente decididos y ya sabemos cómo terminaron las cosas.

Pero antes de que pudieran decir nada más en ningún sentido, recibieron un mensaje nada alentador. Los niños vieron aparecer una esfera de luz que adquirió rápidamente la antipática figura de Delos.

  • Eowaz, acaban de informarnos que Brice Corentin está en EDERNEZ, y según los Läkares, presenta los mismos síntomas que han estado presentando los Firbolg. Estamos en la Sala del Consejo.




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