A la mañana siguiente Iván entró a la habitación de Gail, pero para su sorpresa ya estaban allí Danny y Mael.
Cuando entraron al comedor, ya se encontraban los demás allí.
Sam había notado que Eve tenía los ojos enrojecidos de nuevo y miró muy mal a Vlad, lo que causó sorpresa a éste y lo hizo preguntarse qué habría hecho para merecer que aquellos ojos violeta lo mirasen con tanta ira. Una vez concluido el desayuno, Iván miró a Gail.
Los chicos miraron con sorpresa a Gail.
Y eso era algo de lo que estaban seguros, puesto que habían estado juntos todo el tiempo, de modo que miraron con curiosidad a Iván.
Gail se levantó para seguirlo, pero no se sentía nada bien. Por su parte los gemelos se preguntaban qué había sucedido para que Iván actuase de aquella forma. En los casi seis años que llevaban juntos, habían comprobado que nunca pedía hablar en privado con ninguno a menos que hubiesen hecho algo serio.
Gail palideció de manera instantánea y lo miraba con los ojos muy abiertos. Varias imágenes de la pareja y de la casa donde había pasado los primeros años de su vida irrumpieron en su cerebro. Pensó en su abuela y la recordó en el jardín en las tardes de primavera. Recordó a su abuelo montando a caballo en las mañanas. Recordó las noches de invierno frente a la chimenea y el olor a chocolate caliente.
Iván había seguido con atención el enloquecido recorrido que estaba haciendo su hijo por los recuerdos. Cuando finalmente parecieron detenerse, se acercó a él.
Iván lo miró sorprendido, porque si bien era cierto que no estaba seguro de cómo iba a reaccionar el chico ante la noticia, tampoco esperaba aquella ira serena y por lo mismo peligrosa.
No quería mentirle a su hijo, pero tampoco podía decirle lo que ellos sospechaban y de lo que tenían muy pocas dudas.
Pero cuando abrió la puerta se encontró con los demás que esperaban a corta distancia. Los chicos ya habían sido informados por Eve y Vlad, y en cuanto lo vieron salir caminaron hacia él, pero la verdad no sabían qué decir.
Finalmente Gail levantó los ojos y la miró. Un segundo después estaba abrazado a ella, dando salida al enorme dolor que había en su corazón.
***************************************
Partieron hacia Escocia y llegaron directamente a la casa de los McKenzie, porque según les habían informado, la casa de los McLean había quedado en pésimas condiciones. Anne y Peter los recibieron como siempre y se mostraron lo bastante discretos como para no hacer ninguna clase de comentarios en presencia de Gail, pero en el caso de las niñas, apenas lo vieron corrieron a abrazarlo, ambas tenían los ojos enrojecidos, ya que habían estado llorando desde que les dieron la noticia. Gail los había mareado a todos diciéndoles lo bien que iban a pasarlo cuando fueran a visitar a sus abuelos en aquellas vacaciones y ahora esto.
#804 en Fantasía
#126 en Magia
magia fantasia persecuciones, amigos familia secretos, profecia lealtad
Editado: 23.07.2022