Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 23 Larga conversación

 

Elijah comenzó a caminar sin soltar a Nat y sin dejar de vigilar a los vampiros, aunque lucía innecesario, porque Blaidd ya se encargaba de eso.

  • Ellos también vienen – dijo Elijah señalando a Iker y a Alexander
  • No estás en posición de exigir – dijo Ruslam destilando veneno y Elijah sonrió
  • Yo diría que sí – y Blaidd avanzó hacia Ruslam con decisión mientras un gruñido amenazante se dejaba escuchar
  • Intentarán escapar – le transmitió Ruslam a Ioan
  • Te doy mi palabra de que no voy a escapar, Branic – lo contradijo Nat – Solo déjenme hablar con ellos

Entre tanto, Alexander había sujetado a Iker comenzando a moverse, pero unos segundos después estaba sujetándose a una pared, porque Iker se había movido a la misma velocidad que Nat arrastrando a un desprevenido Alex.

  • Espera aquí – le dijo Nat a Izek
  • Me…
  • Te ordenaron seguirnos y te aseguro que no vamos a salir de aquí – lo interrumpió y entrando a la habitación cerró la puerta

Una vez dentro, lanzó un potente conjuro bloqueador, algo que ya estaba haciendo Elijah también, pero una vez hecho esto, ambos corrieron a abrazarse mientras Alex miraba con hostilidad a Iker.

  • No-vuelvas-a-hacer-eso – silabeó y el chico rio

Esto obedecía a que a él nunca le habían sentado bien aquella clase de traslados y ya se había peleado más de una vez con Elijah por ello. Pero mientras esto sucedía, Elijah y Nat seguían fundidos en el abrazo que habrían querido darse apenas se habían visto, sin embargo, después de la tensión vivida hacía un momento durante el cual no habían tenido tiempo de sentirse felices por el reencuentro, ahora lo estaban viviendo con la mayor emoción y por los ojos de ambos se desbordaban los ocho largos años de ausencia. Para ambos y fuera de lo anterior, era sumamente extraño, porque en el caso de Nat creía estar viendo a su hermano mientras que Elijah y a pesar de que al igual que Nat, su naturaleza le daba cierta ventaja a la hora de identificar a las personas, a quien creía estar viendo era a su abuelo Iván. Después de eso Nathaniel se giró hacia Alexander que ya había recuperado su apariencia habitual, pero, aunque Alex guardaba cierto parecido con Urs, este no era tan marcado, así que el joven individuo al que estaban viendo y si bien aún conservaba ciertos rasgos que podía recordar, era casi un desconocido. Pero haciendo eso a un lado, Nat avanzó hacia él y lo abrazó también.

  • Me alegra volver a verte, Alex
  • Y a mí me alegra que no…  – pero se detuvo al chocar contra los fríos ojos que lo miraban
  • Él no, pero yo sí, algo que supongo te alegrará poco – dijo Iker en tono helado

Iker no había tenido ninguna dificultad en ver lo que Alexander había estado pensando, pero para Elijah sí resultó sorpresivo, porque según lo que sabía de los vampiros y creía saber bastante, Iker aún no estaría en capacidad de hacer aquello y menos con alguien como Alex que había recibido el mejor entrenamiento para proteger su mente.

  • Iker por favor – dijo Nat – ¿Podrías regresar?
  • ¿Para qué?
  • ¡Es nuestra familia! – exclamó con exasperación
  • Puede que aún sea la tuya, pero de seguro no me consideraran…
  • Deja de decir tonterías, Iker McKenzie – lo interrumpió Elijah acercándose a él y colocando las manos sobre sus hombros – Créeme que no nos importa lo que ahora seas, porque, así como estábamos dispuestos a aceptar a Nat en el caso de que hubiese sido transformado, lo estamos a aceptar la misma situación contigo

En las presentes circunstancias, aquello no encontró eco en la mente de Iker, y lo que sí notó, fue que el aro dorado en los ojos de Elijah había hecho aparición, algo que, aunque Eli hubiese intentado evitar, y no solo no podía, sino que no era consciente de aquello, pues era una reacción natural de su raza en presencia de un vampiro, convencería a Iker de que no podía estar diciendo la verdad, así que siguió mirándolo con indiferencia.

  • Déjalo Eli, lo hará cuando se le antoje, porque como te podrás imaginar, ahora es peor que antes – le dijo Nat
  • ¿Hacer qué, exactamente? – preguntó Alexander y una fría sonrisa se dibujó en los labios de Iker
  • ¿Ya olvidaste lo que nos explicó el abuelo Iván acerca de los sentimientos de los vampiros? – le preguntó Elijah y Alex compuso expresión de desconcierto – Vamos Alex – dijo Elijah con fastidio – En aquella clase que nos dio el abuelo a todos los krigers nos lo explicó; nos dijo que para realizar su… excursión a este lugar, primero había tenido que desprenderse de sus sentimientos ¿recuerdas?
  • ¿Cómo dices? – preguntó Nat, aunque no era con él y Elijah lo miró con extrañeza

Evidentemente no era que Nathaniel no estuviese al tanto de aquella particular característica de los vampiros, lo que no sabía era que su padre se encontraba en aquel estado cuando había estado en Rejett, algo que Ruslam había omitido convenientemente cuando le había mostrado aquella visita, de modo que en ese momento Nathaniel estaba experimentado dos distintos sentimientos. Uno era el de querer arrancarle la cabeza a Ruslam, porque estaba seguro que el desgraciado aquel no se lo había dicho justamente para que él pensase como lo había hecho, es decir, que Iván no era mucho mejor que Ioan, lo que llevaba a Nat al segundo sentimiento que era el de la ira en contra de sí mismo por no haberlo imaginado y más aún por haber dudado del amor de su padre.

  • ¿Nat? – había dicho Elijah con cautela al ver el violento cambio de color en los ojos del chico




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.