Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 26 Asalto

 

En cuanto Elijah había registrado la agitación de Iker, y aunque estaba lejos de poder determinar el motivo, envió un urgente mensaje con Blaidd dirigido a Jorvik y a Jarle, pero al mismo tiempo sus sentidos se pusieron alerta y fue así como escuchó el escándalo procedente de algún lugar del enorme Castillo y que tenía todo el tinte de un furioso pleito entre aquellas criaturas. Como tampoco tenía oportunidad de determinar el motivo, que podía ir desde que estuviesen siendo atacados, a cualquier otro, también cursó la información de lo poco que sabía a Alexander en la que incluyó que se cubriese con su Skik, porque a pesar de que aún no eran arzhaelíes, ellos tenían las maitilins que Giulian les había regalado cuando aún iban a la escuela y siempre las llevaban con ellos.

  • No me importa de qué se trate esto, lo importante es sacarlos de aquí. Yo me ocupo de Nat y de Iker, ocúpate tú de la chica e intenta mantenerte tan cerca de mí como sea posible

Aquella le parecía a Alexander una disposición terrible, porque ni él ni Erskin poseían la velocidad de los demás, pero, aunque Elijah sabía eso, solo quería asegurarse de poder sacar a sus primos de allí, y en caso de que Nat o Iker, o incluso ambos se pusiesen difíciles, Alexander no tendría ninguna oportunidad mientras que él sí. Sin embargo, no tendría ocasión para preocuparse por eso, porque habían avanzado más bien poco cuando un grupo de vampiros les cerró el paso.

  • Fuera – dijo Izek
  • Dánoslo a él, primero – dijo el que estaba al frente señalando a Nat
  • Tú no quieres hacer esto, niño

Alexander y Erskin pensaron que aquel sujeto debía tener un serio problema visual, porque el que le había hablado les lucía como muchas cosas, pero niño no era una de ellas, y de hecho Izek se veía mucho más joven. Lo que ellos no parecían haber notado era que aquel era un vampiro transformado y de ahí su apariencia, pero que, si bien tenía más años de los que ellos se habrían podido imaginar, Izek tenía muchos más.

  • Tal vez él no, pero yo sí – dijo una voz helada

Los chicos habían determinado que la voz pertenecía a una mujer, pero que estaba muy alejada de la calidez comúnmente asociada a las féminas, y a continuación vieron avanzar a una. En el tiempo que Nat llevaba en aquel lugar, la había visto en cuatro o cinco ocasiones y en todas había experimentado la misma sensación de odio visceral, y aunque no era que él sintiese especial simpatía por ningún vampiro, lo que sentía en presencia de aquella mujer superaba en mucho lo que podía sentir por cualquier otro. Iker la había visto solo en dos oportunidades y siempre de lejos, aunque al igual que Nat sabía quién era, mientras que Erskin ni lo sabía ni la había visto nunca y le habría encantado continuar así. Y en los casos de Elijah y Alexander que la primera vez que habían visto a una vampiresa a la que no estuviesen atacando había sido el día anterior, pensaron que ésta a diferencia de la otra, despedía una enorme y concentrada energía negativa que sin duda paralizaría a la mayoría de sus víctimas habituales.

  • Sindre – dijo Izek

Como Elijah y Alex no tenían idea de quién podía ser ella, aquello les sonó más a insulto que a un nombre por el tono de indudable desprecio con el que había sido dicho, mientras que Erskin que, aunque no la conocía, había escuchado el nombre, apretó el brazo de Iker con fuerza y abrió los ojos con desmesura.

  • No des un paso más – advirtió Izek y sus ojos habían adquirido el color de los rubíes
  • Vamos Izek, no seas egoísta – dijo ella, aunque se había detenido y pasó sus ojos de Izek a Iker extendiendo su brazo en dirección a él – Ven conmigo, lindo – le dijo clavando sus ojos en los del chico – No tienes nada que temer, puedo enseñarte algunas cosas y te aseguro que vas a divertirte mucho en mi cama – concluyó exhibiendo su fría sonrisa

A Izek en realidad no le importaba la suerte de Iker, así que no intervino de ninguna manera, mientras que Erskin estaba a punto de sufrir un colapso y deseaba con todas sus fuerzas que Iker escuchase lo que su mente le estaba gritando y que era que no mirase los ojos de aquella mujer. Alexander y Elijah que sabían perfectamente lo que Sindre estaba intentando hacer, pusieron el mayor empeño en proteger la mente de Iker, el asunto era que él ahora era un vampiro y aquella era una tarea más bien difícil al menos para ellos que no lo eran. Y en el caso de Nat, no iba a perder el tiempo con delicadezas, pero no tuvo ocasión de decir nada, porque Iker se le adelantó.

  • En primer lugar, el aprendizaje puedo procurármelo yo solo; en segundo, es posible que haya algún desdichado que la encuentre… ¿atractiva? – dijo en tono de duda – pero ciertamente no es mi caso, porque sin duda soy exigente y desde luego usted no alcanza a cubrir mis expectativas, y tercero, francamente dudo mucho que nada a su lado pueda ser calificado de divertido – concluyó destilando desprecio

Los chicos querían ponerse a aplaudir mientras que Erskin y si bien por una parte se alegraba de que Sindre no hubiese podido hipnotizar a Iker, por la otra quería golpearlo a él por su incapacidad de permanecer en adecuado y muy conveniente silencio. Sin embargo, Sindre no era de las que renunciaba con tanta facilidad.

  • Esa insípida criatura que tienes a tu lado ni te pertenece ni te pertenecerá jamás, pero suponiendo que pudieses conseguirla, y puedes dada tu condición, terminarás matándola
  • Eso es seguro y es algo que habitualmente quiero hacer, porque así no tendría que escuchar de nuevo su irritante charla, pero para eso yo tendría que querer algo que no quiero, o al menos no de ella




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