Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 30 Rencillas familiares

 

Un poco después que Thorheld abandonase el salón de juntas en Arx y cuando terminaba de darse un baño, hicieron acto de presencia Svan y Khaler.

  • ¿Los encontraron? – preguntó
  • No – dijo Khaler y Thorheld lo miró con extrañeza

Si bien era cierto que, debido a su naturaleza, todos los berserkers eran excelentes rastreadores, aquel par de sujetos parecían haber desarrollado esa habilidad más allá de lo que les era usual, de manera que Thorheld estaba realmente sorprendido.

  • Eso nos deja solo una alternativa – estaba diciendo Khaler – y por poco probable que parezca, según lo que sabemos de este lopcyk, creo que no es tan descabellado
  • Bien, vamos allá entonces – dijo Thorheld
  • ¿No le avisarás a Mael? – preguntó Svan

Pero no hubo oportunidad para recibir una respuesta, porque ya estaban en marcha, y unos minutos después caminaban hacia el grupo, aunque lo que vieron les gustó poco, de modo que Svan le dio una orden a Valk y ahora escuchaban la furiosa protesta de Loki.

  • ¡Déjame en paz, estúpido pajarraco!

No había terminado de decirlo cuando los chicos se llevaron las manos a los oídos, porque un horroroso graznido parecía a punto de perforar sus tímpanos, mientras que Loki miraba hacia el fresno.

  • De acuerdo, no es estúpido, pero sí muy molesto y…

El graznido se repitió y el halcón que se posaba en la cabeza del águila que estaba sobre el fresno, dirigió sus malignos ojos hacia él.

  • Yo en tu lugar cuidaría lo que digo, Loki – escucharon que decía Thorheld – pero más aún, a quién se lo digo. Y ahora, suelta a la niña

Una vez que los graznidos del halcón se habían extinguido, los chicos habían apuntado de nuevo sus canalizadores hacia aquel individuo mientras que las chicas habían corrido hacia donde habían caído Elijah y los demás.

  • ¡Eli! – exclamaron Galadriel, Sasha, Denielig y Evrei

Atenea y Eurielle habían corrido hacia los gemelos mientras que Eve y Lyseryd ayudaban a Lizzy a ponerse de pie. En esta ocasión y a diferencia de cuando habían llegado allí, Elijah no había caído de pie, sino que de hecho parecía inconsciente, de manera que Galadriel y las otras intentaban apartarlo de Aria a quien tenía fuertemente abrazada.

  • ¡No! – exclamó el chico cuando pareció recuperar la consciencia
  • ¡Eli, soy yo! – intentó hacerse escuchar Galadriel

Aunque todos los miembros de aquella generación habían crecido muy conscientes de la condición de Elijah, como éste parecía haber dominado su carácter y jamás les hizo daño por muy furioso que estuviese, con el tiempo habían ido si no olvidándolo, al menos no recordándolo mucho, de modo que cuando la trilliza vio que su hermano clavaba en ella sus ojos esmeralda rodeados de aquel peligroso aro dorado, casi se hizo para atrás, pero definitivamente aquella era una Cornwall, porque volvió a intentarlo.

  • Eli mírame – le dijo – soy Galadriel

Lo último que debería recordar Elijah era la conversación con Þrúðr, pero por algún motivo lo que tenía en su mente era la urgente necesidad de proteger a Aria, de manera que de allí su violenta reacción cuando sintió que intentaban quitársela de las manos. No obstante, logró reconocer los ojos de su hermana y comenzó a tranquilizarse, pero acto seguido y al ver a Arianell que seguía inconsciente, su expresión cambió a una de horror, porque fue en ese momento que recordó la conversación anterior y pensó que se la habían devuelto, pero…

  • ¡No! – exclamó aferrando a la chica contra su pecho y sus ojos se llenaron de lágrimas

Los que miraban no estaban muy seguros de qué pensar, pero siendo que otra situación estaba teniendo lugar entre Thorheld y Loki, la atención estaba desesperantemente dividida entre ambas.

  • He dicho que la sueltes – repitió Thorheld
  • ¿Qué te hace pensar que puedes darme órdenes, pequeño…?
  • Tal vez él no, pero yo sí

Brendan y casi todos los varones, miraban en todas direcciones preguntándose por la procedencia de la nueva voz, aunque por lo menos la mitad de ellos estaban casi seguros que había sido el mismo Thorheld, pero no tuvieron mucho tiempo para pensar en ello, porque a continuación escucharon un estruendo que despertó un recuerdo en sus mentes, de manera que Ares olvidándose de toda precaución se lanzó hacia Gamariel justo en el momento en el que un rayo caía a los pies de Loki.

  • Eres muy inoportuno, hermano – escucharon que decía Loki

No obstante, a quien vieron aparecer fue a dos hermosas doncellas y casi inmediatamente escucharon a un furioso Elijah que comenzaba a gritarle cualquier cantidad de cosas a una de ellas o a ambas, no estaban muy seguros de eso tampoco.

  • Cálmate, held – dijo Þrúðr con serenidad – ella vive

Aquello fue como si repentinamente le hubiesen vaciado un cubo de agua helada a Elijah, porque no solo hizo silencio, sino que se quedó estático, pero aquella era una condición que no podía durar mucho en un sujeto como él.

  • Pero tú dijiste…
  • El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece – dijo ella en forma por demás extraña y que no aclaraba nada en opinión de Elijah
  • El amor – escucharon que decía Loki en tono irónico – algo muy sobrevalorado si me preguntan, y la verdad es que ya aburren ustedes hablando siempre de lo mismo




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