Los bosques élficos se caracterizan no solo por su belleza, sino porque cualquiera que lo vea tendrá la impresión de que todo brilla en demasía, o como han dicho algunos de los afortunados a quienes se les ha permitido la entrada, como si hubiese una especie de polvo dorado flotando en el ambiente.
Aunque la principal labor de los elfos con relación al mundo era el mantenimiento de la naturaleza, una vez que quedaron establecidas las principales comunidades, cada una se dedicó a algo en específico, de modo que los elfos de Evendil eran conocidos también como los hijos del otoño, por lo que su bosque e independientemente de la época del año en la que estuviesen, siempre parecía vestido de los colores otoñales.
Cuando Erkin traspasó las puertas de acceso de Evendil, sintió que su corazón iba a abrirse a la mitad por efectos de la emoción, sin embrago, apenas había dado dos pasos dentro cuando se vino abajo, y de no haber sido por uno de los elfos de la guardia que se había apresurado a sostenerla, habría caído al piso, porque Caley no la estaba mirando.
Al ver a su hermana en brazos del escolta, juntó las cejas y luego componiendo expresión de fastidio se aproximó.
Dicho esto, se dio vuelta y continuó su camino mientras era seguido por la mirada del capitán.
La orden de Caley no parecía haber sentado bien a los elfos de la guardia, pero nada podían hacer, mientras que lo que acababa de ordenar Niove era más de su agrado y se alegraron de que éste estuviese con ellos, ya que solo alguien como Niove Jardel podía tomar una decisión como aquella sin sufrir horrorosas consecuencias por haber desobedecido una orden del temperamental Caley. Niove era hijo de una hermana de Caedmon, de manera que, estando emparentado con el señor de su bosque, y aunque existía la posibilidad de que Caley se enfureciese lo mismo, lo improbable era que pudiese hacer algo en contra de Niove debido al rango y posición de éste dentro de la jerarquía de su bosque.
Mientras Erskin era trasladada a su habitación, el otro elfo se fue a buscar a quien le habían ordenado y no se extrañó de que le franqueasen la entrada incluso antes de llamar.
Dicho esto, se levantó del piso donde había estado sentada y se puso en marcha.
Nairel era otra Galen, pero mucho más antigua, ya que era hija de Obelar Galen, el hermano mayor de Caedmon y quien debía ostentar el señorío de su bosque. Obelar había comprometido a Nairel en matrimonio con Amrod Faelvir, pero el día de la ceremonia de compromiso, Nairel se había negado a presentarse. Aquello era insólito por donde quiera que se viese, pues si las elfas no eran consultadas antes de tomar esa clase de decisiones, que por lo general eran pactadas apenas los niños nacían, ya no hablemos del derecho a oponerse. De más está decir el escándalo que aquello generó, pero como Obelar no estaba dispuesto a consentir aquella clase de comportamiento, envió una amenaza formal a su hija y que haría efectiva si no se presentaba. No obstante, más le habría valido no hacerlo, porque Nairel ciertamente se presentó, pero lo hizo desnuda y cargada de cadenas, se detuvo en medio del salón y miró a un joven y abochornado Amrod.
A continuación, los espectadores habían ahogado una exclamación al ver aparecer un aro de fuego alrededor de Nairel.
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Editado: 28.11.2023