Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 48 Ddaear

 

Después que los chicos habían abandonado la ciudadela y cuando ya habían avanzado mucho, Iker estaba por preguntar de nuevo cuánto faltaba para llegar al punto en el que podrían desmaterializarse cuando Niove les dio la voz de alto al tiempo que Nat empujaba a Iker.

  • ¿Qué demonios…?
  • Silencio – susurró Nat con urgencia

Sin embargo, eso no iba a servirles de nada, porque enseguida varias figuras trajeadas de negro hicieron su aparición, pero más allá de eso, una lluvia de flechas pasó a escasos centímetros de sus cabezas.

  • Svartálfar – informó Niove – Intentaré distraerlos mientras ustedes escapan
  • ¿Estás loco? – preguntó Iker y él mismo se contestó – Pregunta retórica – dijo colocando a Erskin en el piso

Nat ya había extraído sus canalizadores, pero también había sacado rápidas cuentas. Según lo que sabía de los Drows, eran criaturas rápidas y sumamente letales con un arco, algo esto último en lo que Niove podía ser muy bueno como sin duda era, pero también era uno solo y Nat no estaba muy seguro cuánta ayuda podría brindarle él; en el caso de Iker y si bien ahora era letal para casi todas las criaturas del mundo conocido, tenía relativamente poco tiempo de transformado y eso sin duda era una desventaja. No obstante, aquellos chicos no eran de la clase que se paraban a medir las consecuencias ante el peligro y reaccionaron según su costumbre enfrentándolo.

Aunque Nat estaba concentrado en lo que hacía despachando a aquellos infelices, no dejó de notar que fuera cual fuere su preocupación con relación a Iker, la misma parecía absurda, pues su primo era sin duda no solo hábil, sino veloz y muy peligroso, algo esto último que estaban comprobando los Drows en primera fila. Niove también estaba haciendo una extraordinaria exhibición de habilidad con el arco, pero como había pensado Nathaniel, los Dorws los superaban en número y pronto comenzaron a tener problemas.

  • ¡McKenzie, llévate a Erskin! – le gritó Niove
  • No voy a…
  • Para eso fui a buscarte – dijo el elfo interrumpiéndolo y con expresión de ira
  • En cualquier caso, yo no puedo desmaterializarme y hasta donde sabemos, esos son casi igual de veloces que un vampiro, así que… ¡Nathaniel!

Nat que naturalmente no había estado participando del pleito de aquellos dos, sino ocupándose de despachar a tantos Drows como le era posible, por un momento pensó que su primo estaba en problemas, de manera que se olvidó por unos segundos de sus canalizadores y les lanzó una llamarada al grupo al que enfrentaba, sin embargo, cuando se giró casi choca con…

  • ¡Izek! – exclamó – ¿Qué estás haciendo aquí?
  • Eres bueno para meterte en problemas, fenség – dijo él, aunque no agregó nada más, sino que lo empujó haciéndolo a un lado, y comenzó a atacar a los Drows

Nat corrió hacia donde estaban Iker y Niove aun pensando que el primero estaba en problemas.

  • ¡Iker!
  • Escucha, debes llevarte a Erskin mientras nosotros…
  • No voy a ir a ninguna parte sin ustedes

Y como en su opinión no había más que discutir, volvió a lo suyo mientras Niove maldecía para sus adentros. Con la llegada de Izek la balanza se equilibró un poco más, pero cuando las cosas se pusieron en realidad feas fue cuando tres Drows cercaron a Nat. En ese momento Iker pareció perder la razón, aunque no fue el único, porque Izek que hasta ese momento casi parecía haber estado divirtiéndose, enfureció. Niove quedó paralizado, pues, aunque ya tenía mucha experiencia en batalla, a partir de ese día pensaría que jamás había visto nada tan sangriento, pues entre Iker y Izek organizaron una verdadera carnicería. No obstante, las cosas parecían complicarse, porque si bien ellos estaban barriendo a una velocidad indecente e inclemente a los Drows, Niove vio que comenzaban a llegar más, pero cuando estaba por insistir para que se llevaran a Erskin, Izek sujetó a Nat y comenzó a arrastrarlo con él.

  • ¡Suéltame!
  • ¡McKenzie, sígueme! – dijo Izek

Como Iker pareció entender lo que Nat no, levantó a Erskin y empujó a un sorprendido Niove.

  • ¡Ningún Natchzhrer huye como un cobarde! – gritó Nat intentando soltarse
  • No es cobardía, es astucia – dijo Izek

Como eso no pareció convencer a Nat, siguió insultándolo y protestando hasta que fue lanzado sin mucha ceremonia por lo que le pareció un hueco. La caída no resultó nada graciosa y Nat se golpeó diversas partes de su cuerpo hasta que finalmente se detuvo.

  • ¿Qué demonios…? – estaba preguntando cuando Niove le cayó encima – ¡Maldición!
  • Vamos, por aquí – escucharon a Izek
  • ¿Por dónde es por aquí? – preguntó Niove cuando recuperó la verticalidad

La pregunta era apenas lógica, porque si bien Izek, Iker y Nat, aunque no tanto este último, podían ver casi sin dificultad en un lugar donde no entraba ni un mísero rayo de luz, no era el caso de Niove que no compartía con ellos la condición vampírica, de manera que como nadie le contestó, Niove encendió una Ylarwain.

  • Apaga eso, niño – dijo Izek
  • ¿Por qué?
  • Porque es peligroso
  • Por supuesto que no lo es, la Ylarwain no daña a ninguna criatura de la naturaleza sea esta vegetal o…
  • Esa cosa es energía positiva, estúpido – puntualizó Izek – encender eso aquí es como disparar una alarma muy ruidosa




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