Arzhvael (libro 10. Criaturas Mágicas)

Cap. 50 ¿Peligroso?

 

El desayuno había sido tan bullicioso como era habitual cuando estaban todos los chicos en casa. Sin embargo, Sam notó que Elijah estaba preocupado y fue algo evidente no solo para ella.

  • ¿Te sientes mal, Elijah? – preguntó Eve
  • ¿Mal? – preguntó él a su vez – No
  • Claro – dijo ella en un tono que dejaba claro que no le creía – Casi no has comido

Aquello atrajo la atención de todos los presentes y eso incluía a Brendan que había estado inmerso en su propio drama debido a la negativa de Galadriel a permitirle explicarse, de manera que solo jugueteaba con su taza de café y nadie estaba preocupado por él, porque sabían que él había heredado aquella manía tanto de su padre como de Giulian, pero que Elijah no estuviese arrasando con todo, era sin duda preocupante.

  • ¿Elijah? – dijo precisamente Brendan – ¿Sucede algo, hermano?
  • Claro que no – contestó él dedicándose a comer

Sin embargo, a esas alturas de su vida, Elijah aún no parecía muy consciente de lo mal que se le daban las mentiras, de modo que no lograría engañar a nadie, y después de finalizado el ruidoso desayuno, sería arrastrado a su habitación con muy poca ceremonia por Brendan y Dreo.

 

Sasha, Megan y Evrei fueron a la biblioteca no porque estuviesen interesadas en leer nada, sino porque habían visto a Izek dirigirse a la misma, y aquellas muchachitas parecían muy interesadas en aquel extraño sujeto. Pusieron en ejecución todo cuanto se les ocurrió para atraerse la atención de Izek, pero lo intentaban con el individuo menos propenso a distraerse con nada.

  • Vámonos de aquí – dijo Megan – ese tipo es muy antipático
  • Sí, mejor vayamos a buscar a Iker – dijo Evrei
  • ¿Estás loca? – preguntó Sasha – Si este es antipático, casi podría apostar a que recibió clases del señor McKenzie

Las otras dos rieron, porque era verdad que Iker era cualquier cosa, menos simpático, pero eso había traído sin cuidado a todo el mundo durante su infancia. Sin embargo, Sasha era la única que se peleaba con él hasta por respirar para mortificación de Evrei y regocijo de Megan. Cuando llegó Denielig que era la única de aquella generación que se comportaba con un poco más de consideración hacia sus padres durmiendo en su casa la mayor parte del tiempo, las chicas se fueron con ella, pero cuando estaban en el salón, Sasha vio por la ventana y lanzó una exclamación.

  • ¿Qué le pasa al estúpido ese?

Las otras suspendieron su conversación, pero no pudieron preguntarle a Sasha qué sucedía o de quién hablaba, porque un segundo después ella había desaparecido.

Iker maldijo para sus adentros en cuanto percibió que alguien se acercaba, y su ánimo empeoró mucho, porque, aunque no levantó la vista, supo sin ninguna duda de quién se trataba.

  • ¿Qué sucede contigo, estúpido? ¿Acaso quieres morir? – le gritó Sasha lanzándole una chaqueta
  • Ambas preguntas plantean la duda razonable en cuanto a quién es portador de la estupidez
  • ¿Qué? – preguntó Sasha a quien las palabras de Iker siempre le habían parecido poco inteligibles aun cuando eran niños
  • Largo – dijo él elevando apenas su mirada, algo que le pareció a Sasha como mínimo aterrador, aunque era tan terca que no iba a obedecer
  • No tienes derecho a echarme. Además, podrías mostrar un poco de agradecimiento, porque te traje algo para que te cubrieras y no vayas a enfermar y a morir – antes de que Sasha lo notara, Iker se había puesto de pie y estaba frente a ella
  • Estoy muerto, niña estúpida, así que déjame en paz si quieres seguir viva tú

Los ojos de Sasha parecían un par de enormes canicas azules mientras miraba a Iker quien percibió con claridad meridiana cómo había aumentado la presión sanguínea de ella, y casi podía ver la sangre corriendo enloquecida por sus venas. Los ojos de Iker enrojecieron, sus incisivos se extendieron, aunque él no fue consciente de ello, y experimentó lo que hasta ese momento no había sentido. Hambre.

Sasha que estaba siendo testigo de los violentos cambios que estaban dándose ante sus ojos, sintió que le faltaba el aire, pero cuando Iker la soltó para girarse, ella sintió como todo comenzaba a girar a su alrededor y el familiar vacío en el estómago que asociaba a la desmaterialización inconsulta.

  • ¡Lárgate! – exclamó Iker, pero como ella no estaba en condiciones de nada - ¡Corre niña, ahora!

No obstante, como ella no se movía, quien lo hizo fue él, aunque eso requirió de un esfuerzo titánico. No sabía cuánto había corrido, aunque no había sido tanto como había creído, pero de lo que estuvo seguro era de que su cuerpo iba a desintegrarse.

Entre tanto en la casa, Nat y Gema se dirigían hacia uno de los salones cuando Nat apenas vio el celaje de Izek.

  • ¡Izek!
  • ¿Qué sucede, Nat? – preguntó Gema que, si bien no lo había visto, sí lo había sentido, y antes de que él pudiese decir o hacer nada, agregó – ¡Iker!

La intención de Nat había sido la de seguir a Izek, pero solo, sin embargo, se vio arrastrado por Gema en la desmaterialización.

  • Izek – dijo Nat cuando se materializaron al lado de él y lo vieron con Sasha en los brazos
  • No le sucede nada y solo está desmayada – dijo colocándola en brazos de Nat – Voy por McKenzie
  • ¿Dónde está el?




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